Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
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Salud hoy
 





El hospital como núcleo de las infecciones

Variedad de causas, diversidad de problemas

Estar hospitalizado durante periodos relativamente largos es el factor que más incide en la aparición de una infección intra-hospitalaria. “El hecho de que los pacientes puedan estar mucho tiempo en el hospital hace que se pueda colonizar con gérmenes propios de la flora hospitalaria, por llamarlo así, y luego pueda producirse infección”, explica Alfredo López, Jefe de la Unidad de Infectología del Hospital Domingo Luciani, de El Llanito.

Aunado a esto, existen otros problemas. En primera instancia, “la falta del lavado de manos efectivo por parte de los médicos y el personal paramédico”, que puede convertirlos a ellos mismos en portadores de bacterias entre los pacientes. En segundo término, el uso indiscriminado de antibióticos, lo cual “conlleva a la selección de bacterias multi-resistentes”. Sobre este aspecto Pitteloud señala que “es muy grave, sobre todo en terapia intensiva, donde se trata de combatir las infecciones con antibióticos más potentes o supuestamente mejores y, a mi juicio, no es la medida más adecuada”. En tercer lugar, y retomando a López, la presencia de “ciertos factores de riesgo propios de los pacientes: que esté muy enfermo, que tenga patologías que lo hagan estar predispuesto a las infecciones, etc.”. Y en cuarta posición, pero no menos importante, los procedimientos invasivos “para hacer el método del diagnóstico, sobre todo en Terapia Intensiva donde los pacientes tienen catéteres, sondas, tubos y bloqueantes del estómago que condicionan su Ph, haciéndolos más propensos a sufrir de infecciones respiratorias nosocomiales”, tal y como lo indicó Isabel Silva.

Con respecto a los modos de transmisión, se reconocen cuatro tipos: por contacto, vehículo común, vía aérea o vectores. Según Pitteloud, “la principal vía que se conoce universalmente es el contacto, directo o indirecto. Directo sería la mano de la persona que está atendiendo al paciente, e indirecto a través de la contaminación de los materiales por parte del personal, y después, quizás, el uso de estos materiales contaminados en los pacientes”. A esto último se refiere López cuando afirma que la infección intra-hospitalaria “puede ocurrir por contaminación de objetos, o que el mismo personal la lleve de un paciente a otro; es decir, que sus manos sirvan de puente para transmitirla; o a veces el estetoscopio o material que se usa para antisepsia está contaminado. Incluso las mismas aguas pueden estar contaminadas”.

El segundo tipo de transmisión es por vehículo común, y se refiere, por ejemplo, a la contaminación de alimentos o medicamentos, casos en los cuales el agente infeccioso pasa a diversos pacientes a través de un vehículo de transmisión único.

El tercer tipo se denomina por vía aérea porque “puede ocurrir a varios metros entre la fuente (paciente infectado) y el nuevo hospedero cuando pequeñísimas gotas o partículas de polvo permanecen flotando por largo tiempo en el aire y pueden transportarse a grandes distancias” (www.drscope.com). Según Pitteloud, y como dato interesante, se estima que aproximadamente el 10% de las infecciones hospitalarias se transmiten por esta vía.

Finalmente, está la transmisión por vectores, tales como: moscas, cucarachas o mosquitos, la cual es más frecuente en aquellos hospitales y clínicas donde reinan paupérrimas condiciones de limpieza.

Sea un caso u otro, los factores causales de una infección nosocomial sólo pueden tener dos orígenes posibles: o el paciente la adquiere a partir de su propia flora bacteriana o la recibe del medio ambiente que le rodea (www.tusalud.com.mx).


Tipos de infecciones
No hay consenso sobre cuántas categorías de infecciones intra-hospitalarias existen en la práctica. Isabel Silva las agrupa de la siguiente manera: Urinarias, a través de la colocación de sondas o catéteres urinarios; Respiratorias, cuando la persona ha permanecido mucho tiempo en Terapia Intensiva, y ha estado conectada a ventilación mecánica y ha recibido múltiples antibióticos, sobre todo de amplio espectro; Vía Obstétricaendometriosis, en aquellos casos donde median los embarazos y demás aspectos ginecológicos; y Quirúrgicas, en las cuales es fundamental contar con “un reporte de cómo clasificar las heridas en las operaciones, porque no es lo mismo un paciente que llegó con una apendicitis a otro que sufrió una herida por arma de fuego o arma blanca, que tiene la mitad del abdomen abierto, que de entrada es una herida contaminada”.

Para Alfredo López, las infecciones nosocomiales “se clasifican por el sistema que involucran. Cuando pasan a la sangre estamos hablando de bacteriemia; cuando son producidas por catéter, son infecciones asociadas a catéter; cuando son respiratorias y asociadas a ventilación mecánica, se llaman neumonías asociadas a ventilación mecánica o neumonías nosocomiales asociadas a ventilación mecánica”. De igual forma, indica que puede haberlas por heridas operatorias (o quirúrgicas), urinarias asociadas a sondas urinarias e intra-abdominales.

Jean Pitteloud, por su lado, tiene una visión más global del problema, al afirmar que “cualquier tipo de infección que se desarrolla en un paciente mientras está hospitalizado, puede considerarse como una infección hospitalaria. Las mismas infecciones que uno ve a nivel de los pacientes en la comunidad pueden ocurrir en los pacientes hospitalizados. El caso es que se asume como infección hospitalaria a la infección que el paciente desarrolla mientras está hospitalizado”. Esta condición (el estar hospitalizado) no significa que el agente causal de la infección sea el nosocomio, “sino que hay que tomar en cuenta los factores relacionados con los pacientes: si son de edad avanzada o están muy enfermos. Todo eso va a favorecer la infección hospitalaria. La culpa en sí no es atribuible directamente al hospital”.

Asimismo, reconoce como principales tipos de infecciones a las urinarias, respiratorias, por catéter y quirúrgicas. Con respecto a esta última, destaca que la gran mayoría se detectan cuando el paciente ha abandonado la institución hospitalaria, es decir, cuando ya ha sido dado de alta, y los motivos por los cuales se infectó esa persona pueden ser varios. Por ejemplo, es posible que la bacteria siempre haya estado presente, “y a pesar del tratamiento de antibióticos, se multiplicó y desarrolló la infección”. Pero también es muy probable que haya sido el propio paciente el responsable indirecto de la contaminación: bien por falla del tratamiento clínico, “o con su misma mano. La mano del paciente es muy importante porque se toca la herida, la contamina y después viene la infección. En la medida preventiva debe haber también educación del paciente, sobre lo que no debe hacer mientras está hospitalizado, mientras tenga un aparato”.
Consideraciones generales
Variedad de causas, diversidad de problemas
Importancia y futuro de los comités de control

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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