La presencia de una zona
débil en un área del diafragma, hernia diafragmática (HD), puede permitir que
el contenido abdominal experimente herniación hacia el tórax. Estas pueden
ubicarse en el hiato esofágico; hernia hiatal, cerca de este, hernia
paraesofágica, a nivel posterolateral hernia de Bochdalek o a nivel
paraesternal hernia paraesternal, retrocondroesternal, retrocostoxifoidea,
retroesternal, subcostal, subesternal o subcostoesternal (1). Su
etiología puede ser adquirida o congénita. Hasta un 7% de los pacientes que
sufren un trauma toracoabdominal cerrado presentan desgarro diafragmático
postraumático, de preferencia en el lado izquierdo (2,3). En las
hernias de presentación tardía (edad adulta o senil) un aumento de la presión
intraabdominal y la depresión torácica constituirían factores de cierta
importancia en la formación de la hernia. De este modo, en pacientes obesos o
con desviación cifoescoliótica episodios repetidos que aumentan la presión
abdominal, como vomitar o toser, podrían actuar sobre regiones de menor
resistencia del diafragma.
El
origen congénito se demuestra en los casos en que los síntomas se manifiestan
en el periodo neonatal, la prevalencia de la hernia diafragmática congénita
(HDC) es de 0,3-0,5/1.000 nacimientos y una mayor localización en el lado
izquierdo (hernia de Bochdalek),
con un predominio 2:1 en la mujer (4,5). En la práctica HDC es una
anomalía grave, no muy bien entendida y de tratamiento no siempre efectivo que
presenta una alta mortalidad como resultado de la hipoplasia pulmonar
subyacente(6,7,8). La mayoría de estas hernias se encuentran y se
reparan en niños, pero un 5% de estas se diagnostican casualmente en los
adultos al realizarles un reconocimiento por otros motivos(9,10). Las hernias diafragmáticas no traumáticas son la
hernia de Morgagni que es un defecto del diafragma retroesternal, que permite
el paso de vísceras abdominales hacia el tórax.