Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
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Medicina interna
Podopatía crónica en pacientes diabéticos

Discusión

Los datos relacionados con la epidemiología de PD en Latinoamérica son escasos y diversos. Las úlceras y amputaciones son un gran problema de salud pública que genera un alto costo social y económico al paciente, sus familiares y a los Sistemas de Salud.(24)

En cuanto al género de la población con PD se observó que en su mayoría fueron masculinos, coincidiendo con resultados de la investigación realizada por Navicharem (20) y Pérez (23), en la cual predominó el género masculino (51,3 y 54,6% respectivamente) aunque con menor porcentaje que en el presente estudio. Esto nos resulta interesante porque se podría asumir que los hombres se complican más con la PD, dejando una ventana abierta a próximas investigaciones en torno a una mayor consciencia de autocuidado en el género femenino respecto a la higiene, la estética y la ejecución regular de actividad física, lo cual podría favorecer un mejor control metabólico de la DM entre las mujeres. Por su parte en cuanto a la edad, Navicharem (20) la reporta con mayoría por encima de los 60 años y Pérez (23) sobre los 69 años, concordando con los resultados presentados. No obstante, llamó la atención que pacientes en edades productivas (42-52 años) fueron afectados por esta patología (26,1%), implicando para ellos disminución de calidad de vida, ingreso económico y desarrollo social.

Al considerar los factores de riesgo se encontró que en la mayoría de los pacientes coexisten dos factores de riesgo y con un mismo porcentaje los pacientes que consumían alcohol. Resulta relevante destacar que estos factores son potencialmente modificables con cambios de estilo de vida, y no hay duda de que su presencia puede perpetuar el curso de la enfermedad, haciéndola crónica, tal como concluyó la investigación realizada por Bustos y Prieto (21).

Con respecto al riesgo de desarrollar PD, se encontró que fue mayor después de 9 años de diagnosticada la diabetes, asimismo, predominaron los estadíos IV y V con 59,57%, por encima de lo reportado por Schneider Weissman y col (22) que ubican las lesiones mayores en 46%. La mayoría de estos pacientes fueron ingresados al hospital en estadíos avanzados, lo cual era de esperarse por tratarse de un Hospital tipo IV donde por lo general, se atienden patologías mayores por la emergencia. Esto dificulta la aplicación de tratamientos conservadores, por lo cual, debieron recurrir a técnicas quirúrgicas radicales como la amputación de miembros. Todo ello aumentó la permanencia intrahospitalaria, afectando la calidad de vida del paciente.

Ahora bien, una limitación para el presente estudio fue que no se pudo asociar el nivel de hemoglobina glicosilada con el estadío de PD, debido a que sólo 2 de las 47 Historias Clínicas revisadas contaban este examen paraclínico, a pesar de ser un estudio fidedigno para verificar control metabólico del paciente diabético en los seis meses previos (25). En cuanto al tratamiento médico de estos pacientes, la mayoría se encontraban con hipoglicemiantes orales. Lo que enfatiza la importancia de realizar nuevos estudios para verificar control metabólico del paciente diabético en los seis meses previos (25). Por último, el tratamiento quirúrgico que prevaleció fue la amputación supracondílea seguida por amputación de dedos, lo que sugiere que no existe un buen control de la DM. Esto, puede ser debido a varios motivos como el incumplimiento del tratamiento por parte del paciente, la falta de recursos para la adquisición del mismo o una relación médico-paciente deficiente, en la cual el personal médico no realiza la adecuada promoción y educación propia de la atención primaria.

Los pacientes diabéticos, principalmente aquellos afectados con DM tipo II, poseen escasa información y educación sobre la enfermedad, especialmente el cómo prevenir, retrasar o detener el desarrollo de sus complicaciones. Se considera fundamental, la realización de prácticas higiénicas y la prevención para ayudar a detener el problema de salud que esto representa. Por ello se recomienda al paciente diabético un adecuado control y seguimiento preciso de la DM; cumplimiento estricto del tratamiento; estilo de vida saludable, evitar tabaco alcohol y tratar hipertensión arterial; hacer actividad física de manera regular, por lo menos veinte minutos tres veces por semana; cumplir dieta específica para la patología; establecer medidas de higiene y cuidados especiales en miembros inferiores, tal como uso de calzado confortable y lavado diario de ambos pies. Así como, no cortar las uñas, en su lugar limarlas, para así prevenir heridas potencialmente infectables.

Para el servicio médico se recomienda ejercer una función de promoción de salud informando, educando y orientando al paciente diabético con respecto a su patología. Tratar al paciente con PD con un equipo multidisciplinario, que incluya, endocrinólogo, traumatólogo, internista, infectólogos y cirujanos general y vascular periférico, además de enfermeras entrenadas en el área de podología.




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Podopatía crónica en pacientes diabéticos
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Discusión
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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