Aunque el término "parásito" envuelve conceptualmente
a todos los seres vivos capaces de causar daño a otro, usualmente en medicina
este nombre se emplea de forma exclusiva a los protozoos, helmintos y
artrópodos que viven temporal o permanentemente en el ser humano, compitiendo
por los nutrientes que ingiere el huésped (1). Existen una
gran variedad de helmintos y protozoarios intestinales, donde algunos se
comportan como patógenos y otros comensales. En América Latina, se han
publicado estudios sobre prevalencias mostrando cifras de prevalencia variables
aunque generalmente elevadas dependiendo del país, la muestra evaluada y las
técnicas de diagnóstico coproparasitológicas empleadas (2-4). Durante el
periodo de julio 2008-abril 2009 Chincha y cols. en Perú, evaluaron la
frecuencia de las parasitosis intestinales en pacientes con y sin infección por
VIH atendidos en un hospital público de la ciudad de Lima, encontrando diversas
especies de parásitos como: Blastocystis
hominis 35,4% Giardia lamblia
3,8%, Entamoeba histolytica 1,2%, Strongyloides stercoralis 6% y Ascaris lumbricoides 1% 10 (5) . González y
cols., refieren 84,4% de parasitosis intestinales, en pacientes con
enfermedades mentales de un hospital psiquiátrico de Matanzas en Cuba, siendo
los más frecuentes Trichiuris trichiura
(78,6%) y el complejo Entamoeba
histolytica/E. dispar (26,8%) (6). Más recientemente, en el río Chagres,
Panamá, Arosemena y cols, observaron en tres comunidades indígenas, que 82% de
las personas estaban parasitadas, donde B.
hominis presentó la mayor frecuencia con 20,5%, Entamoeba coli 16,4% G.
intestinalis 18,3%, Entamoeba
histolytica/E. dispar 14,4 % y A.
lumbricoides 4,6% (7).
Entre los parásitos más importantes desde el punto de vista
de prevalencia y deterioro de la calidad de vida del hospedero adulto, se
encuentra Entamoeba histolytica. En los últimos años se han descrito otras
amibas morfológicamente idénticas a E.
histolytica, pero que aparentemente no son patógenas (Entamoeba dispar y Entamoeba
moshkovskii) (8,9). E.
histolytica es la única amiba reconocida como patógena para
el hombre y afecta al 5-10% de la población mundial (3). Según la
OMS, hay 50 millones de nuevas infecciones por año y 70.000 muertes. La
disentería amebiana se presenta frecuentemente en países tropicales aunque
también existen casos en las zonas templadas y frías (10).
De acuerdo con los mecanismos patogénicos, es posible
aseverar que la amibiasis es variable en relación con los síntomas que causa en
el ser humano. La amibiasis puede ser intestinal produciendo colitis
ulcerativa, disentería, ameboma y apendicitis; y amibiasis extraintestinal,
afectando principalmente el hígado (produciendo absceso amibiano hepático),
pulmón (amibiasis pleuropulmonar), piel (amibiasis cutánea, principalmente en
homosexuales) y cerebro (necrosis cerebral) (11,12).
En Venezuela, según información publicada por el Ministerio
del Poder Popular para la Salud en el anuario de morbilidad 2011, refieren
110.015 casos de amibiasis con una tasa de 375,8 por cada 100.000 habitantes y
en el estado Zulia 28.352 casos de los cuales 11.388 eran mayores de 20 años (13).
El diagnóstico de las amibiasis generalmente se realiza a
través de técnicas de laboratorio convencionales (examen microscópico fecal),
sin embargo, esta metodología presenta una gran limitación; ya que no se pueden
diferenciar las especies del complejo Entamoeba
(E. histolytica, E. dispar y E.
moshkosvkii). Esto solo se logra por medio de pruebas más laboriosas y
costosas como son las técnicas inmunológicas (ELISA) y biología molecular (PCR)
(12).
Estudios a nivel nacional demuestran diversas prevalencias
de parásitos intestinales. En el estado Sucre, Mora y col. (1)
investigaron la prevalencia del complejo E.
histolytica/E. dispar en pacientes con síntomas gastrointestinales de
diarrea procedentes de Cumaná, a través de métodos coproparasitológicos y
encontraron 16% de prevalencia para el complejo, encontrándose otras especies
como B. hominis (19,3%), E. coli (9,3%), T. trichiura (4%) y A.
lumbricoides (3,8%).
En Ciudad Bolívar, estado Bolívar durante el periodo de
octubre 2012-febrero 2013, se analizaron 62 muestras fecales de adultos mayores
recluidos en el Instituto Nacional de Servicios Sociales (INASS), aplicando diversas
técnicas coproparasitológicas obteniendo una prevalencia de parásitos
intestinales de 53,2% (14).
Marcano y cols (2013) realizaron un estudio coproparasitológico a 324 habitantes de la comunidad 18 de
Mayo, las muestras fueron recolectadas y analizadas con microscopia óptica por
las técnicas convencionales encontrándose a Blastocystis sp. (34,9%) ocupando el primer lugar de
prevalencia seguido de Endolimax nana (22,2%), y en baja prevalencia a E. histolytica/ E. dispar
(0,6%). Con respecto a los helmintos
los principales fueron A. lumbricoides 0,9% y T. trichiura 3,4% (15). Rodulfo y
cols. (16) investigaron 1141 muestras fecales, de las cuales solo
150 presentaron el complejo Entamoeba
por medio de la microscopía convencional. A través de técnicas moleculares
encontraron 9,3% de infecciones por E.
histolytica, 4% con E. dispar y 4,7% de infecciones mixtas.
En el estado Zulia, los estudios de prevalencia de
parasitosis intestinales en población adulta son escasos, sin embargo, diversas
investigaciones (17-21) en población general refieren una alta
prevalencia de los agentes parasitarios sin importar raza ni sexo. Para el año 2007, Calchi y
cols. (17) estudiaron 216 individuos de la comunidad Santa Rosa de
Agua en Maracaibo, encontrando un 86,58% de parasitados, donde los protozoarios
B. hominis (64,07%), E.
coli (26,73%), G. lamblia (22,45%) y Complejo E. histolytica/E.
dispar (19,78%) ocuparon
los primeros lugares; mientras que entre los helmintos: T. trichiura (56,68%),
A. lumbricoides (44,09%) e Hymenolepis nana (5,34%) fueron los
más frecuentes. Rivero y
cols. (18) identificaron mediante ensayos de PCR en individuos de
una comunidad del estado Zulia, Entamoeba
histolytica en un 10,78%, Entamoeba dispar 7,84% y 4,41% con
infecciones mixtas,; así mismo detectaron Blastocystis
hominis (53,92%), E. coli (21,08%),
T. trichiura (43,14%) y A. lumbricoides (35,29%). Rivero y cols
en el año 2012, estudiaron adultos asintomáticos de diferentes comunidades del
estado Zulia, donde la mayor frecuencia de enteroparásitos se debió a Blastocystis
spp. (50,52%), Entamoeba histolytica/E.
dispar (10,41%), E. coli
(11,57%), A.
lumbricoides (6,31%) y T.
trichiura (4,21%) (19). Por otro
lado, en comunidades indígenas de la región, Bracho y cols. (2013) recolectaron muestras
de heces y suero, realizando una técnica de ELISA comercial para la detección
de anticuerpos IgG anti-Entamoeba histolytica en suero, y técnicas
convencionales a las muestras fecales. Refieren un 98,6% de parasitados
y entre las especies encontradas destacaron, A. lumbricoides como el principal helminto
(65%), y Blastocystis sp. (59%) como el protozoario más frecuente. Entamoeba
histolytica/E. dispar/E. moshkovskii se detectó por microscopia en 25
individuos (36% de prevalencia), donde se incluyó un caso de infección por E.
histolytica, por haberse encontrado trofozoítos hematófagos. Se observó una
seroprevalencia de anticuerpos contra E. histolytica, del 83% (20). En el mismo
año, se determinó la prevalencia de parasitosis intestinales y tisulares en una
comunidad Yukpa, donde predominaron los protozoarios sobre los helmintos siendo
los más prevalentes Blastocystis sp. 51,64%, E. coli 48,35%,
Complejo Entamoeba
histolytica/E. dispar/E. moshkovskii 41,75%, A. lumbricoides 38,46%,
Ancylostomideos 31,86% y T. trichiura 12,08% (21).
El éxito en la disminución y erradicación de las
enfermedades parasitarias dependerá en gran medida de los recursos que se
inviertan en capacitar y cambiar los hábitos de comportamiento humano frente a
los cuidados de salud. Debido a que son escasos los estudios que se han
realizado en el grupo de personas adultas y lo importante que es la
identificación de los enteroparasitos, en particular el complejo Entamoeba, se decidió realizar esta
investigación para determinar su prevalencia y poder contribuir con las
estadísticas del estado Zulia.