Desde su infancia, José Vicente Scorza vivió en un entorno lleno de cambios políticos y sociales, que fueron moldeando su personalidad. Uno de los acontecimientos más significativos fue el que vivió durante las revueltas ocurridas luego de la muerte del presidente Juan Vicente Gómez. " Vi ametrallar en la esquina de Gradillas al pueblo, el 14 de febrero de 1935. Vi asesinar a estudiantes, uno de ellos cayó frente a mi casa. La violencia social, la expresión de la represión y el hambre las percibí y racionalicé", recuerda.

Durante la adolescencia, participó en las llamadas "células guerrilleras", varias de ellas dirigidas por personajes como Teodoro Petkoff, ex-ministro de Planificación y Desarrollo de la Presidencia de la República, durante el segundo período presidencial de Rafael Caldera (1993-1998).

En 1961, a través del Comité Central del Partido Comunista, Scorza viaja a China con la misión de aprender a producir explosivos para los frentes guerrilleros. A su regreso fue delatado y sometido a juicio. "Mi peor delito fue haber estado en China recibiendo entrenamiento. Esto me permitió desarrollar la granada táctica GT10, que cuando cayó en manos de las Fuerzas Armadas, se constituyó en la evidencia de que usábamos armamento checoslovaco".

José Vicente Scorza cae preso, y en la cárcel comienza a trabajar en el estudio de los mosquitos que pican de noche, los llamados culex. Años más tarde decide publicar un libro con el título "Bionómicas de culex pipens fatigans Wied". Durante los días de encierro, continuó su labor como docente. "En el pabellón estaban unos 240 reclusos, compañeros que habían pretendido organizar el país por medio de la lucha armada, Eran analfabetas, y con mi ayuda pudieron concluir la primaria y obtener su certificado reconocido por el Ministerio de Educación".

José Vicente Scorza guarda las imágenes en su memoria. Ahora es un espectador más en la función, y observa con serenidad a los nuevos actores que prometen vientos de cambio en el país.

-¿ Cuál es su opinión entorno al proceso político que dirige el presidente Hugo Chávez Fríasí

No quisiera ser pesimista, pero me es difícil pensar que cuatro generaciones formadas y educadas con los valores de la corrupción y la partidocracia, pueda tener gente diferente. Un Gobierno con reservas económicas como las que tenemos, puede establecer prioridades como la educación. Eso significaría atender la formación preescolar y primaria, evitar la deserción escolar, darle a los niños ropa, comida y zapatos para que adivinen, comprendan y propongan un mejor futuro. Un individuo hambriento que no tiene dónde comer y dormir, es poseedor de un primitivismo mental que rápidamente lo conduce al terreno de la delincuencia.

En la actualidad trabaja en el Centro de Investigaciones "José Witremundo Torrealba", en el Núcleo Universitario Rafael Rangel de la Universidad de los Andes, en el estado Trujillo. Allí dedica su tiempo a la formación de nuevas generaciones, inclinadas hacia el avance de la parasitología en Venezuela y Latinoamérica.