Si bien su trayectoria musical ha sido importante, su desempeño en la medicina tampoco ha dejarlo de serlo. Entre los cargos más importantes que ha desempeñado figuran: Director de la Sociedad de Cirugía Plástica, miembro de la Sociedad Norteamericana de Cirugía Plástica, de la Sociedad Brasileña de Cirugía de Cabeza y Cuello y de la Confederación Internacional de Cirugía Plástica. En la actualidad tiene el cargo de Jefe de Servicio de Cirugía Plástica del Centro Médico Docente de la Trinidad, y labora como Cirujano Plástico en el Hospital de Clínicas Caracas. Pero la medicina y la música no son las únicas actividades que ocupan su tiempo, su esposa –que también es médico y estudió música-, y sus dos hijos estudiantes universitarios, forman parte importante en la vida de este músico.

- ¿Sus hijos han seguido sus pasos en el campo de la música?

- Andrés estudia ingeniería, pero estudió guitarra con el profesor Bartolomé Díaz, e Inés, que estudia arquitectura, cursó un año de teoría y solfeo en la escuela de Chacao, con la profesora Margot Ascanio, quien es madre del gran pianista venezolano: David Ascanio.

- ¿Qué nuevos proyectos tiene pensado realizar en el campo musical?

- Dentro de un buen tiempo tomaré un año sabático no médico, y me trasladaré a Francia, para meterme de lleno en todos los estudios de la música renacentista y barroca. También tengo pensado dar clases de arpa venezolana, bandola llanera y cuatro solista a la gente que quiera recibirla. Creo que para mi esta experiencia va a ser algo muy fundamental.

- ¿Qué se necesita para lograr la excelencia?

- Creo que hacer las cosas con verdadero cariño. La música es un complemento de mi vida, creo que únicamente con el oficio de la medicina no me sentiría feliz. Lla música es una necesidad, una válvula de escape. Después de diez horas quirúrgicas, lo primero que tomo es un instrumento.

- ¿Qué piensa Rafael Casanova acerca de la percepción que tenemos los venezolanos sobre la música folklorica venezolana?

- Existen asociaciones y personas que han luchado por mantener nuestras raíces y nuestro folklore. Pero lamentablemente se ha perdido el interés que se tenía en la década de los cuarenta y cincuenta, cuando se escuchaba música venezolana y los artistas salían más allá de nuestras fronteras a llevar la música venezolana a todas partes del mundo y a lugares donde se hicieron famosas.

Según Casanova la música popular venezolana no recibe apoyo por parte de los medios de comunicación social, especialmente la radio y la tevisión, que al contrario están inmersos en un mercado discográfico que en su mayoría es foráneo. "Te aseguro que hoy día le preguntas a cualquier muchacho quién es la mejor cantante de música llanera de Venezuela, y no te sabe responder. En cambio le pides que te diga la última canción del grupo Maná (agrupación mexicana) o de cualquier otro grupo, y en seguida te responden", afirma.

- ¿Cuál es el mejor medio para rescatar el sentimiento por la música tradicional de nuestro país?

- La educación es la mejor manera. El aprendizaje viene de casa, pero en los colegios deberían enseñarse nuestras raíces, no sólo la historia de Venezuela, sino también la música como una materia más. Así como las matemáticas, la física, la química y la biología, son fundamentales en la educación venezolana, la música y además la filosofia, deberían serlo del mismo modo.

Casanova abogó por retomar aquel 1 de septiembre del 19 74, cuando junto al maestro Freddy Reyna en la Plaza Bolívar de Caracas, acordadon nombrar ese día como "El Día del Cuatro", y además insistió en la necesidad de obsequiar un cuatro como regalo, especialmente en época de Navidad, para "despertar y reafirmar el entusiasmo por la música folklórica venezolana, sobretodo en los niños", concluye.