Octubre-Diciembre 2001 9
ISSN 1317-987X
 
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Vida de médicos
 



Jorge García Tamayo
El don de la palabra hecha literatura

Remembranzas de un comienzo

"Maracucho regionalista de la República del Zulia" es como, de manera jocosa, se define este personaje, nacido un 22 de noviembre de 1939 en Maracaibo (capital del estado Zulia, principal región petrolera venezolana), y quien desde los primeros años de su vida e influenciado por sus padres, se entregó al hábito de leer y devorar cuanto texto tenía al alcance de sus manos.

Resulta natural que al mencionarle autores de la talla del escocés A.J. Cronnin, David Coperfield o Julio Verne -sólo por mencionar algunos-, recuerde aquellas vacaciones en los poblados andinos de Timotes o en La Puerta, donde junto a su familia sucumbía ante el placer de la fábula escrita. Cuenta, además, que el mejor registro de sus primeras incursiones en la literatura está inscrito en algunas hojas sueltas de los años de su adolescencia. "En papeles guardados veo poesías, poesías que riman en endecasílabos y en esos versos que empiezan corticos con dos y luego con cuatro y con seis estrofas, como un ejercicio, y resulta que apenas cursaba secundaria. Por eso sé que la cosa es verdad...", evoca.

Desde muy pequeño soñó con ser escritor pero, llegada la juventud, sintió deseos de estudiar Medicina. En 1963 egresó de la promoción de médicos cirujanos de La Universidad del Zulia (L.U.Z), y aunque, por un lado comenzaba una etapa prometedora en la vida de Jorge García Tamayo, por otro, se desvanecían los sueños de llegar a ser como aquellos grandes literatos, cuyos relatos lo habían transportado a tantos mundos imaginarios. "Cuando empecé a estudiar Medicina, me alejé de la literatura, casi no leía. Estudiaba con fanatismo y furia, absorbiendo como una esponja y luego, cuando me especialicé en Patología, fue peor todavía, porque no sólo era estudiar, sino también hacer investigación". Hoy día, tiene un récord de más de 150 trabajos científicos publicados y diferentes reconocimientos por su labor investigativa.

Una vez graduado, emprendió vuelo a los Estados Unidos, donde cursó estudios de postgrado en la Universidad de Wisconsin y de Pensilvania (1964-1967), obteniendo la especialización en Anatomía Patológica. Al regresar a Venezuela, tomó la Dirección del laboratorio de Microscopía Electrónica del Hospital General del Sur hasta el año 1975. En 1971 obtuvo un Doctorado en Ciencias Médicas en L.U.Z y en 1975 trabajó como Neuropatólogo en el "Hospital Vargas de Caracas". Luego de ese último año, García Tamayo dice adiós a Maracaibo para trasladarse definitivamente a la Universidad Central de Venezuela en Caracas, donde viviría nuevas e insospechadas experiencias. Una de ellas fue la de pintar y vender cuadros, actividad a través de la cual, además de obtener ingresos adicionales, le permitió desarrollar aún más esa faceta creativa. "Llegó un tiempo en el que pude vender hasta cien cuadros en la Venezuela Saudita de ese entonces. Con ello podía pagar el colegio de los niños, pues la situación económica estaba muy difícil y yo apenas ganaba sueldo mínimo".

Labor científica e investigativa

Diversas son las áreas desarrolladas como investigador. Sus trabajos científicos pueden dar constancia de ello; desde 1971 empieza a publicar en revistas de Virología y de Patología en los Estados Unidos y Europa. Comienza, además, a trabajar enfáticamente en el campo de la patogenia y la neuropatología del virus de la encefalitis equina venezolana (EEV), gracias al empleo del Microscopio Electrónico (ME). "El uso del ME también sirvió para demostrar detalles en los estudios sobre rabia en humanos y animales, planteados desde la época de Pasteur pero nunca mostrados en los humanos". También, gracias al ME, García Tamayo y su equipo publicaron trabajos sobre Trichomoniasis y cáncer del cuello uterino, aparte de destacar la presencia del virus del papiloma humano en las lesiones precancerosas del cuello uterino (área en la que se le ha reconocido por su contribución a la investigación médica).

"La observación con el Microscopio Electrónico de amibas de vida libre en casos de encefalitis humana, mereció varias publicaciones. Desde que comencé en el Instituto Anatomopatológico "José Antonio O'Daly" de la UCV, como Jefe de la Sección de Microscopía Electrónica en 1976, las publicaciones se orientaron hacia el estudio de los tumores y de las infecciones virales. Cuando a comienzos de la década de los 80 se inició la pandemia del SIDA, fuimos nosotros desde el Instituto quienes publicamos toda la patología del SIDA, recopilada en el libro de Avances de Patología, volumen 3", indica.

Tamayo recuerda que durante su gestión como director y subdirector del IAP, éste se había constituido como uno de los mejores de Latinoamérica, especialmente por haber hecho énfasis en la formación de sus egresados, "algunos tan brillantes que fueron premiados por la Academia Nacional de Medicina y por el Colegio de Médicos con el Premio Luis Razetti" .

Presentación
Remembranzas de un comienzo
Reencuentro con la literatura
El lenguaje como protagonista
Su familia, la pintura y nuevos proyectos
Galería de imágenes

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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