Octubre-Diciembre 2001 9
ISSN 1317-987X
 
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Vida de médicos
 



Jorge García Tamayo
El don de la palabra hecha literatura

Reencuentro con la literatura

Muchos años transcurrieron para que García Tamayo se reencontrara con la literatura. A comienzos de la década de los noventa y luego de algunos tropiezos editoriales, se publica "Reflexiones de un Anatomopatólogo", libro que recoge diversos tópicos sobre sus vivencias dentro de la Anatomía Patológica y en el que muestra la realidad social de dicha especialidad en Venezuela.

Durantelos siguientes años desarrolla un agudo sentido de denuncia socio-político y especialmente en el sector de la salud, el cual se verá reflejado en distintos artículos publicados en los principales diarios nacionales y regionales del país, y que además recopila en su libro "Más reflexiones sobre la patología y el país", publicado en el año 1997.

A comienzos de los años ochenta abre un paréntesis para dar rienda suelta a la escritura y escribe dos novelas de gran extensión, "La Entropía Tropical" y "La Peste Loca", las cuales mantendrá inéditas. A principio de los noventa asiste, durante tres años, a un taller de narrativa dictado por el escritor Eduardo Liendo, el cual sentaría las bases definitivas para moldear su peculiar manera escribir. "Los talleres fueron muy buenos porque la gente iba, no a hablar de la literatura, sino a escribir y a leer lo que habían escrito, y luego lo discutíamos. De allí que mucho de lo que sé, todo lo que está en mi obra lo aprendí de esos talleres, oyendo los comentarios de mucha gente joven, además muy interesantes porque escribían de verdad muy bien", nos dice.

En ese entonces, lo aprendido en el taller cultivó en él la idea de escribir una nueva novela, la cual titularía: "Escribir en La Habana", una historia narrada desde la óptica de tres personajes, cuyas relaciones se entretejen en un sin fin de interesantes situaciones.

Pero su andar en el oficio de escribir literatura también se ha visto mermado por las políticas de publicación que imperan en diversas editoriales venezolanas.

- ¿Cómo es la suerte de los escritores frente a la publicación de sus libros en las editoriales venezolanasí

- Cuando me dieron el Premio "Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra" por "Escribir en La Habana", quise llevarla a Monte Avila Editores. Allí me dijeron que sí, que era un premio muy bueno, pero que primero había que ponerlo en lo que ellos llaman "lectura", para que lo examinasen a ver si valía la pena. Ya había tenido la "Peste Loca" en Monte Avila durante año y medio y al final me dijeron que era demasiado larga, que me olvidara porque quién carrizo le iba a publicar a un autor desconocido, La Peste!..., con la buena pro de los que la leyeron en Monte Avila Editores, la devolvieron. Al principio pensé: "Yo tengo un libro premiado y estoy hecho", pero había una lista de espera de por lo menos dos años. Las personas que están en ese medio generalmente son demasiado críticos, para ellos todo es malo y no hay muchos incentivos, además, se sabe que sólo le publican a los que conocen, son una rosca impenetrable - sostiene.

Aunque la mayor parte de sus cualidades como escritor se las debe a las lecturas de la infancia y a cierta facultad innata, no hay que ocultar el hecho de que desciende de una familia tachirense, entregada al arte de leer y escribir literatura. Cuatro de sus nueve tíos se dedicaron a escribir y publicar algunos poemas en revistas literarias y diarios de la región. Pero, especialmente su tío Fernando Carlos Tamayo fue la figura que más resaltó en este oficio.

En un interesante trabajo inédito de Jorge García Tamayo titulado: "Fernando C. Tamayo Poeta Tachirense", narra lo siguiente:

"Fernando Tamayo formó parte de un grupo de jóvenes tachirenses, inquietos y talentosos, muchos de ellos agrupados en torno a la revista "Bloques", escritores de poemas y ensayos quienes mantenían viva la actividad cultural en la San Cristóbal de comienzos de siglo. En aquellos duros días, en una Venezuela rural, acogotada por guerras y dificultades económicas, Fernando Tamayo, con José Abel Montilla, Ramón Leonidas Torres, Eduardo López Vivas, y su hermano Francisco Tamayo, comenzaban a descollar en la actividad literaria del Estado Táchira y del país".

Presentación
Remembranzas de un comienzo
Reencuentro con la literatura
El lenguaje como protagonista
Su familia, la pintura y nuevos proyectos
Galería de imágenes

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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