Varias evidencias definen una serie de genes candidatos potencialmente involucrados en la resistencia humana innata a la infección por SARS-CoV-2 (4)(5). Uno de ellos es el locus ABO, que determina el grupo sanguíneo, el cual fue identificado en estudios de asociación del genoma completo (GWAS, por sus siglas en inglés) (4). Aunque los primeros datos fueron inconsistentes, un metaanálisis reciente de casi 50.000 personas de 46 estudios apoya la relación del locus 9q34.2 con la susceptibilidad a la infección. Asimismo, la región cromosómica 3p21.31, que contiene seis genes (SLC6A20, LZTFL1, CCR9, FYCO1, CXCR6, and XCR1), relacionados con moléculas que participan en la vigilancia efectora inmunológica de los sitios de infección e inflamación, ha sido más fuertemente asociado con la gravedad. Esta región comprende un segmento genómico de aproximadamente 50 kilobases de tamaño heredada de los neandertales, presente en casi el 50% de las personas en el sur de Asia y 16% de los europeos (6). Más recientemente se han descrito otros genes localizados en las regiones cromosómicas 12q24.13, 19p13.2, 19p13.3 y 21q22.1, correspondientes a los clusters OAS, TYK2, DPP9 y IFNA2 respectivamente, asociados significativamente con gravedad en pacientes con COVID-19 en comparación con la población general (7).