Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia
Variabilidad genética del hospedero y COVID-19
Infección por SARS-CoV-2 y grupo ABO
Una de las hipótesis más estudiadas
para explicar la vinculación del grupo sanguíneo ABO con susceptibilidad al
SARS-CoV- 2, está basada en la capacidad de este virus a interactuar
directamente con el antígeno del grupo sanguíneo A, expresado en las células
epiteliales respiratorias de tipo I (8), mediante la proteína S. Los antígenos oligosacáridos A y B son
producto de la enzima glicosiltransferasa, codificada por un gen autosómico
ubicado en el locus ABO, del cual
existen dos alelos codominantes (A y B). Estos antígenos se expresan
principalmente en la superficie de los glóbulos rojos, de las células
endoteliales y epiteliales, y en las mucinas secretadas por las glándulas
exocrinas, dependiendo de la funcionalidad del gen secretor FUT2 altamente polimórfico, que codifica
la enzima α-2-fucosiltransferasa (9). Mutaciones en este gen impiden que los antígenos ABO se produzcan en
los tejidos de las mucosas o en secreciones corporales, determinando el estatus
“no-secretor” (10). Los antígenos A y B se les conoce también como antígenos de grupo histo-sanguíneo
(o HBGA, por sus siglas en inglés), los cuales están implicados en la patogenia
de múltiples infecciones (9). Debido a su ubicación en tejidos que cumplen importantes funciones de
barrera, los HBGA pueden mediar las primeras interacciones con los
microorganismos. En particular, el tipo de sangre ABO ha sido asociado con susceptibilidad
a tuberculosis, malaria, cólera, infección por norovirus, VIH, virus
Chikungunya, Helicobacter pylori y Escherichia coli (9). Los mecanismos
subyacentes propuestos son muy variados, desde una participación sencilla actuando
como receptores para patógenos, o correceptores, hasta más complejas, limitado
a una cepa viral, toxina, o factores de virulencia, donde anticuerpos naturales pueden
actuar como inhibidores por mimetismo molecular entre patógeno y hospedero. Esos también favorecerían la colonización de las mucosas por la misma presencia en secreciones, o por modificación de glicanos sobre la célula
blanco que afectaría la respuesta a las infecciones (11). La
hipótesis con más peso para explicar la relación entre grupo sanguíneo y
susceptibilidad a la infección por SARS-CoV-2, es que anticuerpos naturales
anti-A presentes en individuos de grupo O, podrían inhibir la adhesión entre la
proteína S y los receptores ACE2 de la célula hospedera, interfiriendo con la
infección. La afinidad molecular de la proteína S hacia antígenos A presentes
sobre células blanco de la mucosa respiratoria favorecería la interacción con
el receptor ACE2 en los individuos de grupo A (11).
La relación entre el grupo sanguíneo ABO y el riesgo de infección por SARS-CoV-2
ha sido investigada ampliamente. La mayoría de los estudios indican que los
individuos de grupo A tendrían un mayor riesgo de infectarse que los de grupo O
(12), algo muy similar a lo descrito durante la
epidemia de SARS-CoV-1 en Hong Kong (13). Los estudios apuntan a que el efecto
protector del alelo O es, sin embargo, pequeño, con una razón de probabilidad
de ~0,90 (14).
Variantes de pérdida de
función de genes de moléculas que participan en la vía del interferón tipo I y
II, como los receptores tipo toll (TLR) 3 y 7, que median la producción de citoquinas y son necesarios
para el desarrollo de una efectiva inmunidad, son también candidatos para
explicar cursos más graves de COVID-19 (15). Por tanto, son de gran
interés por su potencial
como biomarcadores
pronósticos para predecir la susceptibilidad a infecciones, así como en
el abordaje
terapéutico para pacientes con COVID-19 (16) |