Cirugía de cabeza y cuello
Manejo inicial de los traumatismos faciales penetrantes
Resultados
La edad osciló entre 12 y 65 años, con una media de
34 años. La gran mayoría correspondió al sexo masculino, 83,3%. Como mecanismo
lesivo, el 66,6% correspondió a proyectiles percutidos por
arma de fuego de baja velocidad, el resto a heridas por arma blanca. Un cuarto
de la serie presento lesiones asociadas en cráneo y cuello.
La mitad de las lesiones se
ubicaron cada una en las zonas mediofacial y mandibular. El ingreso de los
distintos mecanismos lesivos se correlacionó con la región anatómica.
Proyectiles percutidos por arma de fuego presentaron su orifico de entrada en
las regiones nasogeniana, mentoniana y
fosa nasal en un 41,6%, 16,6, y 8,3% respectivamente. Las heridas por arma
blanca ingresaron exclusivamente por la región parotídea en un tercio de la
serie. Cuatro proyectiles cruzaron la línea media con orificios de salida
contralateral. Por orden de frecuencia dos en la región parotídea, uno por la rama
ascendente de la mandíbula y otro en la zona II de cuello. Todos los que ingresaron en región mentoniana
y uno de la región geniana se ubicaron en el espacio prevertebral.
Grupo A. Ocho pacientes fueron incluidos. Correspondieron a aquellos con
mecanismo lesivo de ingreso en región parotídea, tres en la región nasogeniana,
y uno en la región mentoniana. Todos
acudieron por hemorragias profusas evidenciadas según el caso por la herida
parotídea, por epistaxis o por cavidad oral. La mitad con signos de shock
hipovolémico. Fueron sometidos a intervención quirúrgica inmediata.
La mitad del grupo se acompañó
de estridor laríngeo y disnea. Las lesiones de las regiones nasogeniana y mentoniana
requirieron maniobras por parte del anestesiólogo para asegurar la vía aérea. Fue
necesaria la realización de dos traqueotomías ante la imposibilidad de parte
del especialista señalado para lograr la entubación por el abundante
sangramiento, secreciones, edema de la mucosa y restos tisulares. Una de las
derivaciones traqueales requirió taponamiento nasal posterior (Figura 2a). ![](/images/user/Figura 2 - JCV89.png)
Figura 2. Esquemas de
trayectorias de proyectiles percutidos por arma de fuego en pacientes con
traumatismos faciales penetrantes severos. Asterisco rojo, ubicación clínica de
la hemorragia. a) Trayectoria del proyectil (Pa) que ingresa por antro maxilar
izquierdo y sale por rama ascendente de mandíbula contralateral. Ocasiona
epistaxis y hemorragia por cavidad oral, ambas profusas. Fue necesario ejecutar
traqueostomía y taponamiento nasal posterior. b) Proyectil (Pb1) penetra en
antro maxilar y se aloja en espacio prevertebral. Durante su trayectoria
produce soluciones de continuidad en orofaringe, ocasionando hemorragia
abundante por cavidad oral. Proyectil (Pb2), trayecto en región frontal. c)
Sección de vasos arteriales carotideos en la base de cráneo producido por
proyectil (Pc) que ingresa en región mentoniana y egresa por región mastoidea
del mismo lado. Hemorragia profusa en piso de boca asociado a hematoma cervical
expansivo, se somete a cervicotomía exploradora para ligadura de vasos
arteriales.
Se efectuaron cierres
primarios con sutura absorbible en heridas de la mucosa de la cavidad oral y
orofaringe en tres heridos del grupo. No hubo dehiscencia en las reparaciones
de la vía digestiva. Dos pacientes presentaron
deterioro progresivo de la Escala de Glasgow. El
primero se relacionó con el paciente de la herida mentoniana cuyo trayecto
seccionó ambas arterias carótidas a nivel de la base de cráneo. Se ejecutó
cevicotomía exploradora seguido de oclusión de ambos vasos, ante la
imposibilidad de algún tipo de reconstrucción por la ubicación anatómica de la
transección. El segundo presento una herida asociada por proyectil percutido
por arma de fuego en región frontal y requirió craniectomía descompresiva a
cargo del especialista en neurocirugía (Figura
2b y c).
Las hemorragias en la región parotídea fueron
detenidas, a través de prolongaciones de las heridas traumáticas. Se identificó y se ligó diversos vasos arteriales como
las arterias temporal, occipital y maxilar interna como causa de las perdidas hemáticas
de la región descrita. Se reparó la glándula parotídea en los casos que se
encontró seccionada y se cateterizo el conducto de Stenon por vía bucal en un
caso de transección de este último. Se
constató una sección del tronco principal del nervio facial durante su salida a
través del agujero estilomastoideo y se procedió a su reparación con rafia bajo
visión microscópica (Figura 3a-c). ![](/images/user/Figura 3 - JCV89.png)
Figura 3. a) Esquema de paciente con herida facial
penetrante en región parotida.a1. Disposición en la región descrita de la
incisión traumatica.a2.Trayecto del mecanismo lesivo y hallazgos
intraoperatorios. Presentó como complicación fistula salival con colección
purulenta que se drena varios días después. Fue necesario cateterizar el
conducto de Stenon. b) Aspecto postoperatorio del paciente anterior. c) Esquema de lesión por arma blanca que ocasiona hemorragia profusa. Se
identifican seccionadas las arterias temporal superficial y occipital, se
ocluyen. Reparación microscópica del tronco del nervio facial.
Todos los pacientes con
heridas en la región nasogeniana presentaron fracturas del antro maxilar.
Adicionalmente un herido de esta localización mencionada y otro de la región
mentoniana se acompañaron de compromiso del hueso mandibular. Una vez
estabilizados fisiológicamente en unidades de cuidados intensivos fueron
evaluadas y corregidas por los servicios de cirugía plástica y maxilofacial, en
un segundo tiempo quirúrgico.
Grupo
B. Cuatro pacientes integraron este grupo. Se
incluyo dos con orificios de entrada en región geniana,
uno en la fosa nasal y otro la región mentoniana. Los orificios de salida de
los primeros se ubicaron en región parotídea y zona II cervical. El
signo predominante fue la asimetría
facial no expansiva; no presentaron
hemorragias profusas, ni disnea. El herido en fosa nasal requirió un
taponamiento nasal anterior. Fueron sometidos a observaciones frecuentes, se
realizaron diversos estudios paraclínicos de acuerdo a los hallazgos clínicos y
a la disponibilidad de los mismos. Nasofibrolaringoscopías para evaluación de
la vía aéreodigestiva donde se constató la presencia de hematomas no expansivos
parafaríngeos o en base de lengua. Tomografías de cuello donde se evidencio
edema de partes blandas, no hubo fracturas de las estructuras óseas. Se
indicaron ecosonogramas doppler de
cuello a las tres semanas después del traumatismo para el descarte de
pseudoaneurismas, sin hallazgos de relevancia
(Figura 4a-c). Se mantuvieron
hospitalizados por 72 horas sin alteraciones. ![](/images/user/Figura 4 - JCV89.png)
Figura 4. a y b). Esquema e
imágenes de paciente con herida por proyectil detonado por arma de fuego que
ingresa en región geniana y sale por región parotídea. c) Tomografía axial
computarizada de las áreas afectadas donde se evidencia edema de partes
blandas.
En cuanto a las
complicaciones, dos pacientes con heridas en la región parotídea del grupo A
desarrollaron fistulas salivales que condicionaron la aparición de colecciones
purulentas, que requirieron drenaje a través de incisiones preauriculares. Se
administró antibioticoterapia con cefalosporina de primera
generación, con buena evolución. Un cuarto de la casuística presentó parálisis
facial permanente, tres pacientes con compromiso de la región parotídea,
incluido aquel sometido a reparación microscópica del nervio facial. El
paciente con sección de ambas arterias carótidas, desarrollo un evento
isquémico masivo que condiciono su fallecimiento al séptimo día. La morbilidad
y mortalidad de la serie se ubicó en 41,6% y 8,3%, respectivamente. |