Abril-Junio 2012 50
ISSN 1317-987X
 
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Actualizaciones en Pediatría y Puericultura
Guía para la prevención de acuerdo al grupo de edad en la consulta del niño sano

El control del niño sano

La supervisión del niño sano tiene sus orígenes al inicio del siglo XX en los Estados Unidos de Norteamérica, cuando se establecieron estaciones para “donar leche”, el propósito era proporcionar leche pasteurizada a los infantes y contrarrestar la morbilidad y mortalidad por leche y agua contaminada. Posteriormente, en 1930, en estos establecimientos se agregaron las inmunizaciones, guías y consejos sobre nutrición, desarrollo del niño, y progresivamente se incorporaron procedimientos como las consultas programadas. Actualmente es una consulta de suma importancia que permite realizar una actividad completamente integradora de todos los aspectos de la salud, desde el recién nacido hasta el adolescente.

Aproximadamente entre el 25 a 50% de las consultas al pediatra son para el control de niños sanos, proporción que disminuye en la medida que el niño aumenta de edad. Estas consultas toman en promedio más tiempo que las del niño enfermo y ocupan casi de la mitad del tiempo de trabajo del pediatra en su consultorio.

Los objetivos de la consulta

Los objetivos de la consulta del niño sano son:

1. Establecer o incrementar la relación entre el médico y el niño, para proveer soporte emocional al niño y a la familia.

2. Identificar problemas manifiestos o potenciales de salud.

3. Orientar a los padres en la alimentación de sus hijos

4. Aplicar las vacunas

5. Aplicar medidas específicas o guías para prevenir o aminorar los problemas de salud y permitir un desarrollo físico y emocional adecuado

En cada control de rutina del niño sano se consideran las inquietudes de los padres como parte central de la atención de salud tomando en cuenta los factores de riesgo familiares y personales. Se evalúa el desarrollo psicomotor y las actividades cognitivas. El examen físico debe ser siempre completo.

Se hacen intervenciones de suma importancia como la aplicación de vacunas de acuerdo a los calendarios vigentes y se incorporan estrategias educativas para reproducir cambios en las conductas de salud.

Las conversaciones con los niños mayores y adolescentes durante las consultas, se han hecho cada vez más horizontales, permitiéndoles a ellos mismos ser partícipes de la toma de decisiones con relación a los cuidados de su persona.

La consulta pediátrica en el área preventiva y de la puericultura debe proporcionar a los padres y cuidadores de los niños, la atención especializada que les permita aprender a anticiparse a los eventos que se van desarrollando a lo largo de la etapa infanto-juvenil.

La consulta prenatal.

La consulta prenatal llevada a cabo por el pediatra, en nuestro medio se ha adjudicado al obstetra tradicionalmente, por lo que se hace con el segundo hijo, cuando los padres llevan a la consulta a su primer niño. No obstante, la visita prenatal debería programarse en conjunto obstetra y pediatra durante el último trimestre del embarazo, de ser posible con la presencia de ambos padres, suele ser la primera entrevista con la nueva familia, provee la oportunidad óptima a los padres y al médico para conocer el estilo y forma del manejo de los problemas potenciales. El objetivo principal de esta consulta es preparar a los padres para los cuidados del recién nacido, averiguar el entorno ambiental para el nuevo habitante del hogar, los procedimientos hospitalarios durante el parto, la vuelta al trabajo de la madre, la lactancia materna y para aclarar dudas que se presenten, así como preguntas de los padres y de los familiares..

La consulta del recién nacido.

En este periodo se inicia la adaptación del hogar entorno al nuevo ser, se enfrentan condiciones maternas como el cansancio o alguna enfermedad y los cambios en la dinámica familiar.

Las recomendaciones esenciales son: la alimentación debe ser con lactancia materna exclusivamente hasta el sexto mes, sin horarios, cuando la madre y el niño lo requieran; la limpieza del cordón umbilical se hace con alcohol absoluto hasta que se desprenda, con cada cambio del pañal y el baño puede ser diario con productos sindet (sin detergente) para el cuidado de la piel.

Las vacunas que se aplican al recién nacido son: BCG y la primera dosis de la vacuna contra la Hepatitis B preferiblemente en las primeras 24 horas de vida.

El examen ocular del reflejo rojo del fondo de ojo y la toma de muestra de sangre del cordón para pesquisa de enfermedades originadas por errores innatos del metabolismo, como Hipotiroidismo, Fenilcetonuria y Galactosemia, se realizan al egreso de la maternidad.

Lactante hasta los seis meses.

En este periodo el niño debe evaluarse mensualmente para verificar su progreso en peso, talla y perímetro cefálico, su alimentación y sus hábitos. Se inicia la aplicación de la mayoría de las vacunas como: antipoliomielítica, triple (difteria, tosferina y tétanos), vacuna contra el Haemophilus influenzae, Neumococo, Hepatitis B, Rotavirus y Antigripal. Existen combinaciones pentavalentes o hexavalentes.

Se evalúan además parámetros relacionados con el desarrollo psicomotor como: sostén cefálico a los 3 meses, respuesta social, emisión de sonidos y poder sentarse a los 6 meses. La prevención de accidentes como: caídas, enredos con mantas o móviles y la broncoaspiración, está directamente relacionada con la responsabilidad de sus cuidadores.

Lactante hasta los 24 meses.

Las consultas pueden realizarse bimensuales hasta el primer año y trimestrales hasta el segundo. En esta edad se desarrolla la confianza y el apego del niño a su cuidador, lo que le da seguridad y rechazo a los extraños al final del primer año de vida. Desde los seis meses, se inicia la introducción de los alimentos sólidos progresivamente con frutas tropicales no cítricas, vegetales en sopas y purés, carnes, granos a los ocho meses y huevo a partir de los ocho meses. Los cítricos, clara de huevo y pescado después del año de vida. Se recomienda mantener la lactancia materna hasta los dos años. Se enseña al niño a utilizar el vaso, la taza y la cuchara para comer en su plato, bajo la supervisión de un adulto. La erupción dentaria se inicia al sexto mes, el gateo al octavo mes, se para cerca de los nueve o diez meses y camina alrededor del año.

Cuando empieza a caminar, debe considerarse la prevención de accidentes intradomiciiliarios como: aspiración o deglución de cuerpos extraños, envenenamiento, enredos con cables y situaciones traumáticas con muebles, gabinetes o gavetas. La prevención y el manejo de enfermedades frecuentes en esta edad, como diarreas e infecciones respiratorias, también es necesaria.

A partir de los doce meses se aplican las vacunas virales como: trivalente viral, fiebre amarilla, antivaricela, hepatitis A y a los dieciocho meses los refuerzos. Debe tener una evaluación oftalmológica. La autonomía y los hábitos de autocuidado comienzan a desarrollarse a partir de los dos años.


Guía para la prevención de acuerdo al grupo de edad en la consulta del niño sano
El control del niño sano
El pre-escolar de 2 a 6 años
Evaluación pediátrica de acuerdo al grupo de edad
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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