De
un total de 80 pacientes evaluados, la anemia ferropénica (etapa III) se
encontró en el 32,5 % de los casos, el grupo de edad más afectado fueron los
preescolares con 57,6 %. Según datos recogidos por la OMS (3), se ha
hecho la estimación de que alrededor de 1.620 millones de personas padecen
anemia (un 24,8 % de la población), en su mayoría debido a una deficiencia de
hierro. El impacto es mayor, por este orden, en niños lactantes y preescolares,
en mujeres embarazadas y en mujeres en edad fértil. En trabajo de revisión
realizado por Monteagudo M y colaboradores en el año 2010, en España, en preescolares reporta 0,2 % de frecuencia (10).
Fernández
A y colaboradores, en el año 2007, en estudio realizado en Lima, Perú, reporta una frecuencia de anemia ferropénica
de 8,3 % de los pacientes evaluados, con
edad entre 4 -7 años, lo cual contrasta con los resultados del presente estudio
(11). Alcaraz G y colaboradores, en el año 2005, en Antioquia,
Colombia señala 23,6 % de pacientes con anemia por deficiencia de hierro (1).
Díaz y colaboradores, en el año 2006, en Chile reporta 1 % de anemia, y ningún
paciente con anemia ferropriva, el 99 % y el 69 % de los niños consumían
diariamente pan y leche fortificada respectivamente. Es altamente probable que
la mejoría de la nutrición del hierro de los niños se deba al consumo de
alimentos fortificados con hierro, harina de trigo y leche, distribuida por el
programa nacional de alimentación complementaria (12). Solano L y
colaboradores en el año 2008 señalan una incidencia de anemia ferropénica en
23,6 % en niños de 6 a 48 meses, en la
parroquia Miguel Peña del Municipio
Valencia (13). Llama la atención que el presente estudio realizado
en la misma comunidad, dos años después, y con grupos de edad predominante de
preescolares y escolares, en quienes la frecuencia de la anemia es menor que en
los lactantes, muestren una alta incidencia de anemia ferropénica. Un
aspecto a considerar es que las condiciones socioeconómicas de las familias
evaluadas siguen siendo desfavorables.
En
la Etapa II (ferropenia sin anemia), se encontró que el hierro sérico se ubicó por debajo de
los puntos de corte con mayor frecuencia en el grupo de edad de preescolares 40
%, seguido de los escolares y adolescentes 31,2 % y los lactantes 28 %. Fernández A y
colaboradores, en el año 2007, en estudio realizado en Lima, Perú, reporta un 22,9 % de los niños con ferropenia
(estadio II), con mayor frecuencia en el grupo de edad de 8 a 10 años, inferior
a lo señalado en el presente estudio y en el mismo grupo de edad (11).
En
trabajo de revisión realizado por Monteagudo M y colaboradores en el año 2010,
en España, señala una frecuencia de 2,1 % de ferropenia, en la etapa II, lo que contrasta con lo
encontrado en el presente estudio en el grupo de edad de los lactantes, lo cual
pudiera estar en relación a las diferencias de estratos socioeconómicos y
estilo de alimentación entre ambos países (10).
Del
total de pacientes evaluados 55 % se encontraban en la Etapa I (ferropenia latente). El grupo de edad de los preescolares fue más afectado con 52 %, seguidos de los
escolares y adolescentes 27,2 %, y
lactantes 20 %. Estos resultados contrastan con lo señalado por Winocur
y colaboradores, en Argentina en el 2004, quienes encontraron 4,4 % de déficit
de hierro en niños de 3 a 12 años y de bajo estrato socioeconómico (14).
Diaz y colaboradores, en el año 2006, en Chile señala 5,2 % de disminución de
los depósitos de hierro en niños de 2 a
5 años (12). Fernández A y colaboradores, en el año 2007, en estudio
realizado en Lima, Perú señala 68,8 % de
los pacientes en estadio I , con mayor frecuencia en el sexo femenino y entre
los 11 y 14 años (11). Ruiz N en el año 2006, en niños escolares del
Municipio Naguanagua, del Estado Carabobo, con nivel socioeconómico IV en 66,7
% de las familias evaluadas según el método de Graffar M, reportó una frecuencia de 44,4 % de ferropenia
(15).
Los
resultados del presente estudio muestran la alta frecuencia de la deficiencia
de hierro en todas sus etapas, lo cual puede obedecer a una baja ingesta de
hierro o baja biodisponibilidad del hierro de la dieta, no obstante en
Venezuela, la harina de maíz precocida, base de la arepa (alimento popular) se
encuentra enriquecida en hierro. Por otra parte, el déficit del hierro puede
deberse a un incremento de las pérdidas a causa de hemorragias o infecciones
parasitarias, lo cual ha sido reportado en otros estudios de la misma comunidad,
con 51,4 % de frecuencia de parasitosis intestinal (16).
Es
importante diagnosticar la deficiencia de hierro en el estadio I, para evitar
la progresión hacia los estadios evolutivos propios de la enfermedad (estadio
III) y sus consecuencias desfavorables sobre el crecimiento, desarrollo y
respuesta inmune.