Farmacología
Efecto nefrotóxico causado por cisplatino mediante su acumulación a través de proteínas transportadoras
Introducción
El cisplatino (cis-diaminadicloroplatino II-CDDP) es un fármaco oncológico incluido en la mayoría
de los tratamientos de quimioterapia para tumores sólidos o hematológicos, pues es altamente
efectiva en cáncer de ovario, testículos, vejiga, cervical, cabeza y cuello, además de pequeños
tumores en pulmón1,2
. Fue descubierto accidentalmente por el biofísico Barnett Rosenberg y sus
colaboradores, cuando estudiaban los efectos de los campos eléctricos sobre el crecimiento de
Escherichia coli y observaron que los electrodos de platino producían mediante reacciones redox
algunos complejos de platino que provocaban la inhibición completa del crecimiento de la cepas
bacterianas1
. Si bien el cisplatino es un fármaco que ha logrado aumentar la supervivencia por 5
años más en aproximadamente un 5% de los pacientes con cáncer de pulmón de células no
pequeñas (CPCNP) y ha sido eficaz como tratamiento de primera línea en combinación con
algunos fármacos antineoplásicos tales como paclitaxel (cáncer de mama, ovario y
adenocarcinoma gástrico), doxorrubicina (carcinoma de glándulas salivares), ifosfamida y
vinblastina (cáncer testicular)2
, también posee importantes efectos adversos entre los cuales se
pueden mencionar: neurotoxicidad, ototoxicidad, nefrotoxicidad, náuseas y vómitos, por lo que la
dosis aplicada a los pacientes debe ser limitada. Se administra vía intravenosa debido a su
limitada solubilidad acuosa. Su mecanismo de acción se centra básicamente en la unión de este
fármaco al ADN genómico en el núcleo de las células, donde los sitios más accesibles y
nucleofílicos son los átomos de nitrógeno en la posición 7 (N7) de las bases de guanina y
adenina que se encuentran en el surco mayor de la doble hélice, inhibiendo así los mecanismos
de replicación y transcripción del ADN de células tumorales y no tumorales, entre ellas las
células del túbulo proximal del riñón3. Los efectos adversos del cisplatino a nivel renal afectan específicamente a las células epiteliales
del segmento S3 del túbulo proximal y subsecuentemente al aparato yuxtaglomerular y túbulo
distal; este efecto ocurre en el 40% de los pacientes a pesar de las medidas profilácticas
utilizadas. Además, se ha reportado que el deterioro de la función renal se ha visto en el 25 al
30% de los pacientes tratados con una única dosis de cisplatino, seguidamente se puede
observar la disminución del 20 al 40% de la filtración glomerular luego de 10 días de la
administración intravenosa del tratamiento junto con incremento de los niveles de creatinina,
reducción de la tasa de filtración glomerular (TFG), hipomagnesia e hipocalemia. Todo esto se
atribuye mayormente a diversas causas como: altas concentraciones de cisplatino en los riñones
y el impacto adverso sobre el sistema de transporte renal, pues este fármaco es mayormente
excretado por la vía renal, ya que las células epiteliales proximales son las encargadas de
mediar la excreción de xenobióticos y metabolitos y reabsorber proteínas de bajo peso molecular
que son filtradas por el glomérulo. Para tal fin, las células epiteliales del túbulo proximal
expresan diferentes proteínas de transporte que median el flujo de entrada y salida de las
moléculas3
. Para que la nefrotoxicidad del cisplatino se produzca, este debe ser metabolizado a su
correspondiente metabolito nefrotóxico en el túbulo proximal, por lo que es conjugado con
glutatión y luego es metabolizado a través de la enzima γ-glutamil transpeptidasa y una vía
dependiente de β-liasa y cisteína-S-conjugada dando como producto un reactivo aniónico tipo
tiol, que es una nefrotoxina potente4. Durante muchos años se han estado estudiando los mecanismos bioquímicos y moleculares
para entender un poco más a fondo la nefrotoxicidad causada por el cisplatino. Se ha reportado
que un conjunto de factores se encuentran interconectados y están involucrados en el daño
tubular del riñón causado por cisplatino, entre ellos: la acumulación de cisplatino a través de los
transportadores de membrana, la conversión a nefrotoxinas, el daño en el ADN genómico, la
disfunción mitocondrial, estrés oxidativo, respuesta inflamatoria, activación de transductores de
señales y mensajeros intracelulares y activación de vías apoptóticas1. Cada uno de estos
factores ha sido estudiado por separado y aún siguen en estudio a fines de disminuir el daño
renal. Es por ello, que este trabajo tiene como objetivo exponer algunos estudios realizados
acerca de la acumulación de cisplatino mediante los transportadores de membrana, su
contribución a la nefrotoxicidad, así como posibles estrategias para la reducción de este efecto
tóxico, esto con el fin de proporcionar una perspectiva actualizada de lo que hasta hoy en día se
ha reportado respecto a este tema en particular. |