El 70,29% de los consultados
presenta adherencia al tratamiento antirretroviral, porcentaje que coincide con
el estudio diagnóstico hecho por el Estado venezolano en el 2008 que ubica la
adherencia entre 65-84%1, ambos resultados por encima de otros
países como España que ubicó en un 63,63 % el nivel
de adherencia (4).
Ninguno de los factores estudiados en esta investigación tuvo una
incidencia limitante u obstaculizadora significativa o fuerte sobre la
adherencia al tratamiento antirretroviral según lo manifestado por los
participantes de esta investigación. Cabe destacar que se tomaron en cuenta un
gran número de indicadores para estudiar su posible incidencia limitante sobre
la adherencia al tratamiento, pero la mayoría fue baja o débil. La adherencia
al tratamiento antirretroviral parece ser una decisión personal que trasciende
los potenciales factores obstaculizadores, no obstante, la combinación de
algunos de ellos sí dificulta o incide negativamente sobre la adherencia al
tratamiento antitrretroviral.
- Las principales causas de la no
adherencia, en orden de importancia
son: (a) el olvido, (b) el cambio de estado de ánimo por
enfermedad, (c) no tomarlo a la hora indicada, y (d) el olvido durante el
fin de semana. El conocimiento
sobre la adherencia no es un factor que incida sobre el cumplimiento fiel
del mismo, lo que contrasta con estudio realizados en Europa (4,5).
El grupo de los no adherentes demostró un conocimiento alto, mientras que
el de los adherentes fue muy alto.
Los factores que en un nivel bajo o débil pueden obstaculizar la
adherencia son:
- El hecho de combinar otros
medicamentos o prescripciones con el tratamiento antirretroviral.
- El número de pastillas, lo que es
coincidente con estudios en otros países (4, 5, 6).
- Los efectos secundarios como
sueño, pesadez, insomnio, mareos y
diarrea.
- El temor que el tratamiento
pueda alterar la apariencia física (alteración morfológica), coincidencia
similar en porcentaje a lo hallado por Hernández y colaboradoras (1).
- El padecimiento por malestar
físico o anímico que induce a no tomarse la dosis.
- La autocomplacencia de saltarse
algunas dosis (no ser estricto).
- La alteración de la rutina
diaria por días feriados, fines de semanas o invitaciones imprevistas.
- La falta de previsión de llevar
consigo dosis extras.
- El descarte consciente de la
dosis por ingesta de alcohol.
- No poder haber contactado al
médico para despejar una duda.
- El hecho que el médico tratante
no indague ni le consulte al usuario/a sobre su estilo de vida (horarios,
rutinas, trabajo) al prescribir el tratamiento. Resultados similares se
obtuvieron en un estudio nacional1 y en España (4).
- Dificultades para retirar el
medicamento en su centro de salud por razones de distancia y horario, lo
que refuerza lo hallado por Hernández y colaboradoras (1), en
la región oriental de Venezuela.
Estos indicadores de forma individual no representan un obstáculo
fuerte para la adherencia al tratamiento antirretroviral, pero sí de manera
conjunta o sistemática pueden causar un efecto negativo según lo demostró la
correlación entre los distintos factores estudiados. Los factores emocionales y
el sistema de salud son los más influyentes sobre los otros factores integrados
al estudio como los problemas en la ingesta/ dosificación del medicamento y los
efectos secundarios biofisiológicos.
La mejora de la adherencia parece apuntar a controlar los factores
emocionales de los usuarios/as, y a reforzar el sistema de salud, sobre todo,
en la relación médico/paciente y la accesibilidad y simplificación normativa para
retirar los fármacos en los centros de salud. podriamos hipotetizar que a medida que se incremente las dificultades con uno
de estos factores (problemas de la ingesta y dosificación, emociones negativas vinculadas
al tratamiento, efectos secundarios biofisiológicos y problemas del sistema de
salud) habrá una incidencia negativa en las otras, creando en forma conjunta
las condiciones para la no adherencia.
Esto se evidencia cuando se le preguntó a los participantes del
estudio sobre las condiciones favorecedoras
de la adherencia y estas fueron que:
- El tratamiento no tuviera
efectos secundarios biofisiológicos, lo cual coincide con los estudios
realizados en el ámbito nacional e internacional (1,4,5,6).
- Reducir el número de pastillas
por día
- Las farmacias entregaran medicamentos antirretrovirales para más
de un mes y en un horario más extenso.
- Mejor trato por parte de los
funcionarios de farmacia.
- Mayor información por parte del
médico tratante acerca de las indicaciones para la dosis y la ingesta de
medicamentos.
- Mayor tiempo durante las
consultas, así como acceso y disponibilidad del médico tratante
- Acceso del usuario/a a un apoyo
emocional y psicológico de forma profesional. Y adicionalmente asistir a
actividades de apoyo como yoga,
risoterapia, o meditación
para reducir y controlar el estrés.
La relación médico/paciente ha de mejorarse en función de disponer
de mayor tiempo durante la consulta, sobre todo en lo que se refiere a la información
sobre la dosificación y al despeje de posibles dudas, así como hablar sobre el
estilo de vida del usuario/a antes del inicio del tratamiento antirretroviral,
con el objetivo de disminuir el impacto o bien prevenir o corregir a tiempo,
los posibles efectos secundarios. También es importante que se dedique tiempo
para hablar de medidas preventivas o minimizadoras de los efectos secundarios
biofisiológicos, como las consecuencias y límites de la combinación de medicamentos
antirretrovirales con la ingesta de alcohol y las
consecuencias de saltarse algunas dosis (8).
Es recomendable crear estrategias entre médico y paciente para
mantener una comunicación fluida a fin de que se despejen las dudas en el mismo
momento cuando surjan de parte del usuario/a. Esta conclusión coincide con
estudios nacionales e internacionales (1,4,5,6,7).
Es importante asesorar al usuario/a a diseñar estrategias personales
que minimicen el olvido de dosis por alteraciones de rutina y durante los fines
de semana. Aquí cobra vital importancia la asesoría y acompañamiento emocional
que puedan recibir los/las usuarios/as por parte de profesionales y otras
personas viviendo con VIH/sida que hayan tenido éxito en la adherencia al
tratamiento; asistencia que puede ser
prestada por el sistema de salud, las organizaciones de servicio comunitario en
la temática VIH/sida o por una
vinculación conjunta entre ambos (9).
Las terapias alternativas como la yoga, la relajación, la
meditación, musicoterapia o la risoterapia, serían un complemento de reducción
del estrés y emociones negativas vinculadas al tratamiento que con el tiempo
pueden dar pie a más emociones negativas, a
problemas con la ingesta/dosificación del medicamento, y a la aparición/reforzamiento o
multiplicación de efectos secundarios biofisiológicos (10,11).
También sigue siendo importante el diagnóstico a tiempo de tal
manera que el usuario/a pueda enfrentarse solamente a la ingesta de
medicamentos antirretrovirales y no a la complejidad que supone tomar
medicamentos adicionales asociados a infecciones oportunistas, tal como lo plantea Cooper (2008)8 en un
estudio donde los pacientes que fueron evaluados más rápida y eficientemente,
con los avances de biotecnología y que incluyen un recuento de linfocitos mayor
a 200 por m/m 3 tuvieron una esperanza
de vida mayor.
En esta misma línea es
importante recibir apoyo emocional y terapias alternativas antes y durante el
tratamiento antirretroviral a fin de:
(a) controlar las emociones negativas
asociadas al mismo, (b) prevenir y descartar la posible prescripción de
pastillas generadas por dichas emociones y por efectos secundarios
biofisológicos que las mismas puedan ocasionar o traer aparejadas. Al igual que
en otros estudios se ha demostrado que las intervenciones que combinan los
componentes cognitivos, conductuales y afectivos son más eficaces que aquellos
que se centran en uno solo de estos aspectos (10,11,12,13).
Según la opinión de los participantes, el sistema de salud es un
factor potenciador de la adherencia al tratamiento antirretroviral. De acuerdo
con este punto y a la correlación positiva y significativa con los otros
factores estudiados, el sistema de salud puede ser usado como un regulador y
minimizador de los posibles efectos obstaculizadores causados por los restantes
factores integrados en el estudio. Las medidas urgentes a tomar serían
simplificar la normativa y el protocolo para retirar el medicamento, aunado a
una multiplicación y mayor amplitud de las farmacias dispensadoras, así como un
mejor trato del personal de farmacia (3,15)
En este estudio se confirmó una vez más que la adherencia al
tratamiento antirretroviral es una situación compleja con matices en
correspondencia con las individualidades de cada persona viviendo con VIH/sida.
La adherencia al tratamiento antirretroviral es una decisión personal, que
desde el mismo momento que es tomada y asumida por el usuario o la usuaria,
viene afianzada para superar los posibles factores limitantes, esto refuerza lo
hallado por Carrobles, Orejudo y Ladero(7) quienes concluyeron que
la autoeficacia percibida y el esfuerzo necesario percibido son efectos
predictores para la adherencia al tratamiento antirretroviral.
En este estudio, quedaron descartadas por completo la incidencia
limitante sobre la adherencia al tratamiento antitrretroviral de la falta de
conocimiento y de los factores socioambientales y conductuales (laborales,
familiares y recreativos), es decir, la participación frecuente a fiestas, reuniones, citas,
paseos, así como la motivación de familiares, pareja y amigos, tienen un impacto nulo sobre la adherencia
según la población consultada en este estudio. Estos dos hechos contrastan con las investigaciones
anteriores sobre la materia (1, 4).
Lo que sí coincide con antecedentes, sobre todo con el estudio de
Hernández y colaboradoras (1) así como de Carrobles, Orejudo y
Ladero (7) es el impacto del sistema de salud sobre la adherencia.
En este estudio se encontró en primer lugar, que la simplificación de la
normativa para acceder y retirar el tratamiento, el mayor acceso en cuanto a
distancia y horarios de las farmacias dispensadoras, potencian y favorecen la
adherencia al tratamiento antirretroviral.
En este orden de ideas, se corroboró también lo hallado por estudios
diagnósticos realizados en Venezuela (3,14), y en otros países de acerca
de la necesidad de ampliar el número de médicos tratantes a personas que viven
con VIH/sida y hacer las intervenciones más individualizado, a fin de
proporcionar mayor información al paciente acerca de las indicaciones del
tratamiento, lo que coincide lo hallado en 2008(1) sobre la poca
confianza de la relación médico/paciente como causa de la no adherencia a los
ARV´s. También se encontró la necesidad de que los médicos estén más
disponibles para despejar dudas a sus pacientes.
Estos aspectos pueden estar relacionados al hecho de que el número
de médicos – infectólogos/inmunólogos son insuficientes para la proporción de
personas viviendo con VIH/Sida en el país; y en especial en los centros
asistenciales de la Región capital, por lo que se recomiendan realizar estudios
estadísticos y más profundos en este sentido.
La menor cantidad de pastillas es un efecto necesario pero no
imprescindible para la adherencia según los encuestados, mientras que un buen
sabor de las mismas sería deseable. Esto contrasta con investigaciones que
consideraban este factor como fundamental para lograr la adherencia (2,4).
Otra coincidencia con investigaciones
anteriores (1) es que las personas conscientemente saltan dosis
cuando ingieren alcohol. Por lo tanto, hay que reforzar la información y
alertar al beneficiario/a en este sentido, preferiblemente por parte del médico
tratante. En conclusión, la falta de
adherencia al tratamiento antirretroviral tiene un proceso causal complejo en
el cual no hay un solo factor obstaculizador si no una combinación de factores
limitantes.