Dr. Augusto Pi Suñer: Maestro Revolucionario
Instituto de Medicina Experimental
Augusto Pi Suñer
se encontraba exiliado en Francia en 1939, trabajando en el Recherche Scientifique,
cuando el Ministro de Educación de Venezuela, Dr. Enrique Tejera, le
invitó a venir a Venezuela. De esta manera comenzó a trabajar
dentro de la cátedra de Fisiología de la UCV y formó parte
de los fundadores del Instituto
de Medicina Experimental (IME) (1).
“El
instituto está en marcha. Nuestro propósito es la enseñanza
de unas disciplinas médicas en las mejores condiciones posibles. Para
ello será necesario reunir una biblioteca suficiente, de obras clásicas
y de las novedades más relevantes. La biblioteca del Instituto no existe
en el presente; pero el Ministerio de Educación se ha mostrado una vez
más solícito, y es de esperar que este aspecto de la organización
del Instituto se vea próximamente iniciado y que nos sea posible la organización
del fondo informativo sin el cual no es posible la investigación, ni
tampoco la enseñanza” (1),
son parte de las palabras que dijo el Dr. Pi Suñer en la inauguración
del Instituto de Medicina Experimental de la UCV el 28 de junio de 1940 (Ver
discurso completo). Al evento asistieron el Profesor Arturo Uslar Pietri,
Ministro de Educación Nacional, y el General Eleazar López Contreras,
Presidente de la República.
El Dr. Pi
Suñer revolucionó la enseñanza de la medicina desde su
llegada a Venezuela . Transformó la cátedra de Química
Médica en la de Bioquímica; se creó la de Fisiopatología
en conexión con la de Patología General y reemplazó la
cátedra de Terapéutica General y Materia Médica por una
más moderna llamada Farmacología (3).
El IME comenzó
sus labores en Caracas, en una vieja casona de la Escuela de Medicina cerca
del Hospital Vargas. A su vez las clases de Fisiología, Química
y Física médicas se dictaban en dos casitas de la Avenida San
Martín, en la misma capital(1).
Augusto
Pi Suñer fue director del IME por diez años, desde 1940 a 1950.
La promoción de médicos de su último año como director
le dedicó una placa con su efigie, la cual se conserva en la actual sede
del Instituto, en la UCV (1).
Uno de sus
discípulos, el Dr. Marcel Granier Doyeux, se expresó del maestro
con las siguientes palabras: “Por su talla gigantesca
de auténtico científico el Maestro descuella muy por encima de
la mayoría de sus contemporáneos. Sus méritos incontables
le han hecho acreedor al más profundo respeto por parte de todos cuantos
han tenido el honor, el privilegio y la dicha de contarse entre sus discípulos.
En Pi Suñer existen indudablemente dos aspectos: por una parte, el sabio
que, mediante el estudio, la observación y la experimentación,
guiados por el razonamiento, ha logrado remontarse hasta las cimas más
altas del conocimiento científico; por otra parte, el hombre de sensibilidad
exquisita, de una generosidad que no conoce límites, de bondad paternal.
Severo en sus apreciaciones, porque sólo le inspira la justicia, aconseja
provechosamente con la ayuda de su vasta experiencia. La obra por él
realizada constituye una verdadera revolución en la docencia universitaria;
gracias a la fundación del Instituto de Medicina Experimental y al fervor
con que se ha dedicado a su labor, ha logrado hacer renacer en nuestra juventud
estudiosa el interés por las ciencias experimentales” (1). |