Octubre-Diciembre 2010 44
ISSN 1317-987X
 
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Artículos
 




Bioética
Apreciaciones sobre la Muerte en Estudiantes del Último Año de Medicina.

Introducción

Si quieres poder soportar la vida, debes estar dispuesto a aceptar la muerte.

Sigmund Freud.(1856-1939)

La muerte ha sido tema de interés para diversas disciplinas cientí­ficas, grupos sociales y lí­deres religiosos, representando un campo complejo y multidimensional: histórico, polí­tico, social, cultural, psicológico, antropológico y cientí­fico técnico (1). Las transformaciones que a través de los años se han presentado en las sociedades hasta la modernidad, han influido en las relaciones humanas, las cuales tienden a hacerse cada vez más impersonales. No escapa a esta realidad la asistencia médica y el entorno hospitalario donde se forma el estudiante de medicina. Sin embargo, al médico se le prepara para considerar mucho más los aspectos biológicos, que el hecho psicológico o lo espiritual de las personas. La muerte es un proceso natural y uno de los rasgos culturales, junto con el de la construcción de la vida, más importantes del hombre (2). La forma como sea percibido el sentido de la vida y el fenómeno de la muerte influyen también en cómo se vivencia esta experiencia. La actitud que se adopta ante el hecho cierto, que toda persona ha de morir determina en parte cómo se vive (3). Un obstáculo para la vida serí­a propiamente la actitud de quien se niega a admitir la naturalidad de estos hechos constitutivos de la finitud de la vida, esta negación de la propia realidad, puede llegar a ser causa de deshumanización y de frustración vital (4). Ante el hecho común en las relaciones interpersonales de la práctica médica, de estar frente al sufrimiento y la muerte, hay muchos imperativos éticos, aspectos psicológicos y socioculturales en juego. En medio de estas reflexiones resalta la importancia de incorporar la subjetividad de los profesionales de la salud, el estudiante y el paciente, el valor y el alcance de la práctica como ciencia, como arte, como profesión y como un quehacer filosófico, desde la formación universitaria (5). Frente al diagnóstico de enfermedad terminal y la muerte, suelen darse conductas que van entre la negación, el abandono y el encarnizamiento terapéutico, traduciéndose esta última actitud, en una acción de intervención terapéutica agresiva, que significa aumento del dolor y costos materiales y emocionales. Es lo que Bonet (6) define como "la deshumanización de la muerte en los hospitales". Sánchez-Torres(7) describe que "...ante la muerte solemos asumir una actitud ambivalente: por un lado, queremos ignorarla, y por el otro nos mostramos preocupados por ella". Por su lado, Callahan(8) considera como alta calidad en cuanto a la atención del paciente terminal, proporcionar a cada uno de ellos algo más que un nivel mí­nimo adecuado de cuidado dando a cada uno, un muy buen cuidado. Pero a medida que avanza el progreso médico el standard de lo que se considera cuidado de calidad, continúa elevándose, y quizás no siempre el médico estarí­a dispuesto a ello, sobre todo si desconoce el manejo de un paciente terminal. Esto aumenta la incertidumbre del grupo familiar, quienes se sienten dejados de lado, sin ningún tipo de soporte moral y afectivo (9).b) Abram Rosenblatt found that when people reminded of their mortality they react more harshly toward moral transgressors and become more favorably disposed toward those who uphold their values. Abram Rosenblatt (10) encontró que cuando la gente piensa en su mortalidad reaccionan con más dureza a los transgresores morales y tienen una actitud más favorable hacia aquellos que defienden sus valores. A través de la historia, se han dado múltiples significaciones a la muerte y ha sido vinculada al inicio mismo de las religiones, con elementos comunes, pero que son interpretados de forma diferente (11). Siendo el tema de la muerte uno de los más difí­ciles de tratar en Medicina y la vida cotidiana, los médicos se ven obligados por su ocupación a estar más en contacto con ella, pero su formación puede ser insuficiente. Sabemos que la muerte es la desaparición del propio yo, y nos causa pánico el solo pensarla o intuirla (12), y requiere para su comprensión y abordaje, considerar muchos más aspectos que solo lo biomédico. Pepe Rodrí­guez (13) destaca que "cuando la muerte, en cualquier contexto cultural o histórico, pasa a formar parte de alguna rutina cotidiana, ya no golpea, inmuta ni escandaliza, se integra como algo "natural" y sólo deja de verse así­ cuando las circunstancias han cambiado completamente". Bretas y col (14) en Brasil, hicieron entrevistas parcialmente estructuradas a 15 cursantes del sexto y séptimo semestre de enfermerí­a, acerca de la preparación ante la muerte. Encontraron dificultades con relación al proceso muerte-morir en los pacientes asistidos y para enfrentarse con sentimientos como la ansiedad, culpa e impotencia, causados por la experiencia frente a la muerte. Además, evidenciaron problemas de relación y comunicación con los familiares, ofreciendo cuidados eminentemente técnicos y burocráticos. Esto último también lo afirman Gala y col (15) en una revisión conceptual que realizaron del tema en el 2002. Igualmente, en un estudio de tipo descriptivo correlacional realizado por Maza y col (16), en 157 profesionales de enfermerí­a de dos hospitales de Concepción, Chile, se analizó la actitud de los profesionales de enfermerí­a ante la muerte de pacientes, relacionándola con factores que la condicionan. Los autores destacan como resultados que la edad, la preparación de pregrado acerca del tema, la edad de su primer contacto con la muerte y los años de experiencia profesional influyen en su actitud.

En este orden de ideas, una encuesta telefónica fue hecha a estudiantes, profesores y residentes de diferentes centros médicos de Boston, para conocer el grado de educación médica de los cuidados en el final de la vida e identificar oportunidades para mejorarla. Concluyen que los estudiantes y residentes de los EEUU no se sienten preparados para proveer un buen cuidado para la muerte de sus pacientes terminales. (17) En Venezuela, en la Universidad de los Andes, Mazzari1, Wong, López y Rivas (18) realizaron una investigación en Residentes y estudiantes de medicina encontrando que 48% respondieron estar de acuerdo en facilitar la muerte sin sufrimiento a enfermos terminales, 89% de los encuestados se mostró a favor de la legalización de la eutanasia y 73.5% estuvo a favor de la eutanasia activa. Es por ello que se planteó esta investigación, para explorar algunas consideraciones respecto a la muerte y necesidades de formación en el tema, en estudiantes de medicina del último año de la carrera en la Universidad de Carabobo, sede Valencia. ¿Cómo asumen los estudiantes de medicina estas experienciasí ¿Cuáles son las significaciones de la muerte, las vivencias familiares del término y las creencias religiosasí También se indagó sobre cómo consideran su preparación frente a la muerte, si conocen el significado de la palabra eutanasia, y si estarí­an dispuestos a aplicarla, aún cuando no es el tema principal a abordar en la presente investigación.


Apreciaciones sobre la Muerte en Estudiantes del Último Año de Medicina.
Introducción
Materiales y métodos
Resultados
Discusión
Referencias
Anexo (Encuesta)

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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