Enero-Marzo 2012 49
ISSN 1317-987X
 
Buscar




Artículos
 



Odontología
Pautas para el manejo odontológico de pacientes bajo terapia con anticoagulantes: revisión de la literatura

Introducción

La hemostasia se define como una serie de mecanismos bioquímicos y fisiológicos que tienen como finalidad detener el sangrando que se presenta cuando los vasos sanguíneos son lesionados. Para la hemostasia intervienen cuatro mecanismos bien diferenciados aunque interrelacionados: a) vasoconstricción local, b) formación del trombo de plaquetas: adhesión y agregación, c) formación del trombo de fibrina: coagulación y d) disolución del coagulo: fibrinólisis. (1, 2)

La coagulación es una fase de la hemostasia que tiene como finalidad la transformación del fibrinógeno (proteína soluble que actúa como componente de unión entre las plaquetas y el trombo primario) en fibrina, que es ya una proteína insoluble que formará mallas dotando de estabilidad y resistencia al agregado. Esta transformación tiene lugar a través de la activación secuencial en “cascada” de una serie de factores plasmáticos que habitualmente se encuentran inactivos en la circulación. Esto sucede a través de dos vías: la intrínseca, en la que los factores implicados se encuentran en el torrente sanguíneo, y la extrínseca, que se activa por un factor tisular.(2, 3)

Un paciente puede presentar alteraciones en la coagulación de muy diversa índole, tanto por exceso (estados de hipercoagulación) como por defecto (sangramientos). La terapia de anticoagulación es una de las formas de tratamiento más usadas en la medicina contemporánea, esta incluye: intravenosa con heparina no fraccionada, subcutánea con heparina de bajo peso molecular y oral con agentes cumarínicos; en los últimos años se han incorporado nuevos anticoagulantes orales como el dabigatran etexilato y el rivaroxaban los cuales no requieren controles mensuales de laboratorio y poseen menor interacción con otros fármacos. Con el incremento de la edad en la población y la alta incidencia de enfermedades cardiovasculares en la sociedad, millones de sujetos están sometidos a algún protocolo de terapia anticoagulante. El objetivo principal de esta terapia es reducir la ocurrencia de tromboembolismos, los cuales ocurren en aquellos pacientes que han presentado historia de: angina de pecho, ateroesclerosis, fibrilación atrial, accidentes cerebrovasculares, trombosis venosas profundas, enfermedad arterial periférica, cardiopatía isquémica, infarto del miocardio y embolismo pulmonar, además en pacientes a los cuales se le han realizado angioplastia y colocación de stents, cirugía de bypass, prótesis valvulares, entre otras.(4, 5)

Cada vez es más frecuente realizar tratamientos odontológicos en pacientes que están bajo terapia anticoagulante, visto el riesgo significativo de episodios hemorrágicos en estos pacientes, incluso graves, son necesarios controles periódicos para averiguar que los valores de las pruebas analíticas estén dentro del rango terapéutico del fármaco. En la literatura se han propuesto tres protocolos terapéuticos: mantener la terapia anticoagulante, reducción de la dosis o sustitución del principio activo con moléculas más fácil de antagonizar en caso de cirugías más complejas o donde se espere mayor sangrado, siempre y cuando se realice la interconsulta con el médico tratante.(6, 7)

Tipos de anticoagulantes

Existen tres métodos artificiales de anticoagulación: (5, 8)

- Heparina no fraccionada (HNF): es un agente parenteral obtenido del intestino de cerdo que suele utilizarse para tratar episodios trombóticos agudos o como profilaxis de los mismos en pacientes hospitalizados. Se trata de un glicosaminoglicano sulfatado que actúa sobre la coagulación al fijarse a la antitrombina III (AT-III), sobre la que actúa como importante cofactor inactivando así la trombina, factor IXa y Xa. Posee una vida media plasmática de 60 minutos, aunque es extremadamente variable en cada caso. Para la monitorización se utiliza el tiempo parcial de tromboplastina (PTT) que debe mantenerse en un rango definido entre 1,5 y 2,5 veces el valor control. Puede potenciarse su efecto si interactúa con AINE´s y antiagregantes plaquetarios, por el contrario el uso de nitroglicerina intravenosa disminuye la efectividad de la misma.(2, 5, 9,10,11)

- Heparina de bajo peso molecular (HBPM): la despolarización química o enzimática de la HNF produce moléculas más pequeñas disminuyendo su peso molecular, obteniéndose distintos tipos de HBPM (dalteparina, ardeparina, enoxaparina, entre otras). Su acción se basa en servir de catalizador de la AT-III pero su acción se centra en el bloqueo del factor X activado, tiene menor interacción con el factor plaquetario que la HNF, menor afinidad con el endotelio vascular y son metabolizadas menos rápidamente por este, lo que contribuye a su mayor vida media (hasta 24 horas). En los últimos tiempos se ha favorecido el uso de este anticoagulante debido a su baja incidencia en episodios hemorrágicos, conveniente vía de administración (subcutánea), alta biodisponibilidad, respuesta predecible lo que permite dosis menos frecuentes y la eliminación del monitoreo, por tanto permite que el paciente sea manejado en su domicilio con una inyección subcutánea diaria y sin necesidad de pruebas de coagulación.(2, 5, 9,10,11,12)

Fundamentalmente se usa para profilaxis de complicaciones tromboembólicas en cirugía vascular, infarto al miocardio, angina de pecho, en pacientes que reciben tratamiento de hemodiálisis, embarazadas, retardo en el crecimiento fetal, entre otros.(2,9,10,12)

Warfarina sódica y acenocumarol : son derivados sintéticos de la cumarina que al antagonizar en forma competitiva la vitamina K e inhibir la síntesis de la enzima epóxido reductasa, lo hace también con los factores de coagulación dependientes de la vitamina K, entre ellos los factores II, VII, IX y X y las proteínas C y S. la biodisponibilidad es casi completa cuando se suministra el fármaco por vía oral, intramuscular, endovenosa o rectal. Se encuentra en el plasma una hora tras la toma y las concentraciones alcanzan el valor máximo de 2-8 horas. La vida media del fármaco varía entre 20 y 60 horas. Su buena solubilidad en lípidos le permite ser absorbida rápidamente y completamente desde el tubo digestivo, uniéndose a la albumina y por hidroxilacion es metabolizada en el hígado y excretada a través de la orina. Es usada terapéuticamente en pacientes con alto riesgo de episodios tromboembólicos como portadores de válvulas cardiacas protésicas, accidentes cerebrovasculares a repetición, fibrilación atrial, embolismos pulmonares anteriores, entre otras.(4,6,8,9,10,13)

El nivel de anticoagulación de un paciente se mide utilizando el tiempo de protrombina, aunque existían diferencias entre los valores de los laboratorios por los distintos reactivos que utilizaban, por esto en 1983 la Organización Mundial de la Salud introdujo el índice normalizado internacional (INR) para llevar a cabo una estandarización del tiempo de protrombina, posteriormente se estableció un rango terapéutico óptimo internacional. Por lo cual el Comité Internacional sobre trombosis y hemostasia solicitó en 1985 que en todas las partidas de tromboplastina figurara su índice de sensibilidad internacional (ISI). El ISI establece como referencia estándar de 1,0 la tromboplastina derivada del cerebro humano. Si el ISI es superior a 1,0 la tromboplastina es menos sensible, y si es inferior a 1,0 la tromboplastina es más sensible. Ello permitió uniformar los resultados al introducirse el INR, calculado según la fórmula: INR= (ITP)ISI, siendo el ITP, o índice del tiempo de protrombina del paciente, igual al tiempo de protrombina dividido por el plasma control. Esto provocó una disminución en los niveles de anticoagulación de los pacientes, y por consiguiente en la morbilidad por hemorragia iatrogénica. Una persona normal tiene un INR cercano o igual a 1.0, el INR ideal para cada paciente depende de la patología por la cual sea anticoagulado, su historia clínica y las metas del tratamiento (Tabla I). Entre más alto sea en INR, más posibilidades de complicaciones por sangrado puede tener el paciente, por lo que la tendencia es a manejar el menor valor posible dentro de los rangos terapéuticos.(5,14,15,16,17)

Indicación

INR

Profilaxis de la trombosis venosa

2,0 - 3,0

Riesgo de trombosis venosa

2,0 - 3,0

Riesgo de embolismo pulmonar

2,0 - 3,0

Prevención de embolismo sistémico

2,0 - 3,0

Válvulas protésicas mecánicas (alto riesgo)

2,5 - 3,5

Tabal I. Rango terapéutico recomendado para la anticoagulación oral.14

La interacción farmacológica se ha correlacionado con un incremento en las tasas de sangrado, así como la dificultad para obtener valores terapéuticos de anticoagulación según sea el caso (Tabla II), a través de mecanismos que incluyen: disfunción plaquetaria (ácido acetilsalicílico, clopidogrel), irritación gástrica directa (AINE´s), interferencia en el metabolismo (amiodarona, rifampicina, inhibidores selectivos de la serotonina), disminución de la síntesis de vitamina K ( antibióticos de amplio espectro, macrolidos y metronidazol), interferencia con metabolismo de vitamina K (acetaminofén). Otro factor a tener en cuenta y que suele omitirse en la práctica clínica es la dieta del paciente, teniendo en cuenta que el consumo de determinadas cantidades de vitamina K pueden generar variaciones semana a semana del INR. Se acepta que el consumo diario de vitamina K puede ser de 60 y 85 mg/día. Alimentos como espinacas, lechugas y espárragos tienen altos valores de esta vitamina, por lo que se debe orientar a los pacientes con respecto al consumo adecuado de estos alimentos.(5,12,17,18)

Incremento de actividad anticoagulante

Disminución de actividad anticoagulante

Acetaminofén

Azatioprina

Alopurinol

Antitiroideos

Amiodarona

Carbamazepina

Clopidogrel

Rifampicina

AINE´s

Vitamina K

Metronidazol

Haloperidol

Macrolidos

Anticonceptivos orales

Hormona tiroidea

Barbitúricos

Ciprofloxacina

Penicilinas

Cefalosporina

Inhibidores selectivos de la serotonina

Omeprazol

Tabla II. Interacciones comunes de los fármacos anticoagulantes. (5,18)

Pautas para el manejo odontológico de pacientes bajo terapia con anticoagulantes: revisión de la literatura
Introducción
Manejo odontológico del paciente bajo tratamiento con anticoagulantes
Conclusión
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





Instituto de Medicina Tropical - Facultad de Medicina - Universidad Central de Venezuela.
Elaborado por el Centro de Análisis de Imágenes Biomédicas Computarizadas CAIBCO,
caibco@ucv.ve
Este portal ha sido desarrollado gracias al apoyo del Fonacit