El
tétano es un trastorno neurológico, caracterizado por un aumento del tono
muscular y por la presencia de espasmos, provocado por la tetanoespasmina, una
potente toxina proteínica elaborada por el Clostridium
tetani. Este microorganismo se encuentra en el suelo, el medio inorgánico,
las heces animales y, en ocasiones, en las heces humanas (1) La
enfermedad se ha descrito desde hace mas de 3000 años, y a pesar de que se
dispone de inmunización pasiva desde 1893 y de vacunación activa eficaz desde
1923, constituye todavía un problema de salud en países en vías de desarrollo.(2)
El tétano aparece de forma esporádica y afecta casi siempre a personas que no
están vacunadas, parcialmente vacunadas o a aquellas que han recibido la
vacunación completa pero que no mantienen la inmunidad suficiente mediante la
dosis refuerzo de la vacuna. Aunque el tétano se previene mediante la
vacunación, la carga de esta enfermedad es enorme en todo el mundo.(1)
La aplicación incompleta de la
vacunación entre la población de riesgo es el principal factor, pero la
calidad del toxoide y cómo se guarda también es importante. Muchas de las
vacunas producidas no cumplen los requerimientos propuestos por la OMS. (2)
La contaminación de las heridas por
esporas del C. tetani. Probablemente
resulte frecuente. No obstante, la germinación y la producción de la toxina
solo tiene lugar en las heridas con escasa capacidad de oxidorreduccion, como
las que contienen tejidos desvitalizados o algún cuerpo extraño, o presentan
una infección activa, el C. tetani por si mismo no provoca inflamación salvo que
exista una infección por otro microrganismo.(1) El tétano
generalizado a pesar de ser una enfermedad rara debe diagnosticarse ante la
presentación clásica de rigidez generalizada, trismo, risa sardónica y espasmos
convulsivos dolorosos de los músculos esqueléticos que se siguen de disfunción autonómica.
Habitualmente ha habido una lesión o herida anterior (3). Por lo
general se distinguen tres formas clínicas del tétano en el adulto: la forma
focalizada, la cefálica y la generalizada. Las dos primeras pueden evolucionar
a la forma generalizada.(4) En
el tétanos local (cefálico o focalizado) solo resultan afectados los nervios
que inervan los músculos dañados. Se produce tétano generalizado cuando la
toxina liberada en la herida accede a los vasos linfáticos y al torrente
sanguíneo y se propaga a las terminaciones nerviosas distantes; la barrera
hematoencefalica bloquea el acceso directo al sistema nervioso central.(1)
La severidad y el pronóstico del tétano
viene dada por las siguientes características evaluables: puerta de entrada de
alto riesgo (quemaduras, intervenciones quirúrgicas, aborto, fracturas
complejas, inyecciones intramusculares); periodo de incubación corto (menor de
7 dias); periodo de invasión rápido (menor de 48 horas); intensidad del trismo
y presencia de disfagia; extensión, intensidad y frecuencia de las
contracciones musculares; alteraciones respiratorias y vegetativas.(4)
Una complicación vinculada a menudo en
los casos graves es la disfunción autonómica,
caracterizada por hipertensión lábil o sostenida, taquicardia, arritmia, hiperpirexia, sudación profusa, vasoconstricción periférica y aumento
de la concentración
plasmática y urinaria de catecolaminas.(1)
El objetivo de la exposición del
presente caso clínico es centrar la atención del personal de salud acerca del tétanos
generalizado, resaltando que, a pesar de su baja incidencia, sigue siendo una
realidad en nuestro país.