En
Venezuela durante los últimos 5 años hemos tenido una incidencia de tétano
generalizado de 0,08 casos por cada 100.000 habitantes (5). Lo cual
nos arroja una frecuencia muy baja de esta patología en las emergencias de
nuestros centros asistenciales. Setenta por ciento de los casos son secundarios
a presencia de heridas del tipo de punciones o laceraciones, 23% son lesiones
de otro tipo como quemaduras o úlceras y en 7%
no es posible encontrar la fuente de
entrada. Sin embargo, en algunas series se
han reportado hasta 23% de casos criptogénicos(6).
El
tétano generalizado, se caracteriza por la presencia de trismus como primer
signo, y la presencia de la risa sardónica y posteriormente la presencia de
rigidez generalizada incluyendo los músculos dorsales conocida como posición de
opistótonos, es importante destacar que los pacientes no pierden el estado de
conciencia y los espasmos son extremadamente dolorosos y desencadenados por
cualquier estímulo externo(7).
En
el caso de la paciente anteriormente mencionada se presentó clínica de trismus,
disfagia progresiva, espasmos musculares generalizados, además del antecedente
de la inyección intramuscular, doce días antes de su consulta, la cual progresó
a un absceso de piel y partes blandas, se plantea la infección mediada por
toxina y el diagnóstico definitivo de tétano generalizado. Tras descartar los diagnósticos
diferenciales pertinentes como intoxicación por estricnina, meningitis, absceso
cerebral e hipokalemia, se procedió a estadiar el grado de severidad, según la
adaptación de la escala de T.P. Bleck(8). Se clasifica como severo
para una letalidad de 20 a 40%.
El
tratamiento en este caso de tétano generalizado fue la aplicación de medidas
generales para lo cual ameritó, además de su manejo médico, el ingreso en una
unidad de cuidados intensivos con apoyo ventilatorio a través de traqueostomo (justificado
por el trismus que imposibilitaba el mantenimiento de una entubación
orotraqueal, además de la probabilidad de una estancia prolongada en acople
ventilatorio), el aislamiento sonoro y lumínico y la cura y debridación de la
herida en el glúteo. En cuanto a la terapia antimicrobiana, a su ingreso se
administró penicilina cristalina y metronidazol endovenoso en dosis adecuadas,
por vía endovenosa, la cual fue posteriormente cambiada para una cobertura más
amplia hacia gérmenes productores de neumonía asociada a ventilación mecánica
específicos de la institución. Como medidas especificas para la neutralización
de la toxina, se empleo como inmunidad activa la dosis intramuscular de toxoide
tetánico, como inmunidad pasiva la administración de inmunoglobulina
antitetánica equina, la cual en vista de no contar con la dosis en nuestra
institución, ni con su contraparte de origen humano, se administraron 18000 UDS
lo cual a pesar de no cumplir con la dosis indicada por el personal médico de
la institución (30000 UDS) se encuentra dentro del parámetro indicado para esta
inmunoglobulina (entre 10000 y 50000 UDS) todo indicado en dosis
intramusculares en diferentes regiones. Para su sedación se indicaron
benzodiacepinas endovenosas en infusión continua para lograr el control de los
espasmos asi como dosis en bolos endovenosos de relajantes musculares.
Es
de destacar el diagnostico temprano en este caso el cual fue admitido en la unidad
de cuidados críticos al momento de su llegada, además de que se cumplió el
inicio de la terapia descrita en la literatura, posterior a su estabilización
en sus primeras 24 horas pasa a la unidad de cuidados intensivos para su manejo
posterior. La
mortalidad por el tétanos varía con la edad; en los EE.UU., la mortalidad en
adultos menores de 30 años puede ser tan baja como cero. Sin embargo, los
mayores de 60 años representan el 75% de las muertes por tétanos, con
mortalidad mayor del 50%, esto secundario a: debilidad inmunológica inherente a
la edad y la presencia de comorbilidades
como hipertensión arterial, diabetes mellitus entre otras. La incidencia global
del tétanos se ha estimado en un millón de casos al año, con una mortalidad que
varía entre el 20 a más del 50%(9). La mortalidad general de esta
enfermedad se ve expresada en el caso que presentamos, una femenina de 81 años
de edad con criterios para estadiarla dentro de tétano generalizado severo,
quien además presento disautonomia en los primeros 3 días de estancia
hospitalaria, este caso finalmente fallece víctima de un cuadro séptico de punto
de partida en las vías respiratorias.
Conclusiones: Son
varios los aspectos a resaltar en este caso, primordialmente el hecho de que
este tipo de patología sigue afectando a nuestra población, a pesar de su baja
incidencia y el uso de inmunización sistemática, debemos tenerla como
diagnostico diferencial en casos de intoxicaciones por estricnina, infecciones
del sistema nervioso central como meningitis y encefalitis, botulismo, y sobre
todo plantearla firmemente al evidenciar la clínica característica, en nuestro
país tropical en vías de desarrollo su incidencia es una realidad, además de
una alta mortalidad en vista de la susceptibilidad de los pacientes en edades
extremas. Cabe resaltar que la red de epidemiologia estadal no se encontraba
preparada para la inmunización pasiva de esta paciente, suministrando
inmunoglobulina antitetánica equina la cual en nuestro continente está
actualmente en desuso por sus reacciones adversas descritas, aunado a esto no
se logro completar el esquema completo de indicación, se recomienda que se
tomen las medidas respetivas para equipar los hospitales de la región con la
inmunoglobulina antitetánica humana la cual es actualmente indicada universalmente.