Figura 1. Bulbo olfatorio de ratón E13
destaca la uniformidad e inmadurez citológica en todo el espesor del tejido. Se
observan células de núcleo voluminoso y escasas organelas en el citoplasma.
Aumento: 63 X
El
bulbo olfatorio entre los días E15 y E17 empieza a mostrar su histoarquitectura
característica. Presenta un límite externo regular y bien delineado, la
población celular muestra el inicio de la diferenciación morfológica, mostrando
cierto grado de laminación, distinguiéndose al día E15 tres segmentos
celulares: el más externo con células pequeñas, de morfología variada, aunque
tienden a la elongación somática, en el segundo segmento se ven células de
mayor volumen somático, con núcleo grande y abundante citoplasma; mientras que
en la parte más interna las células son redondeadas con núcleos grandes y
escaso citoplasma distribuidas entre una neuropila que empieza a formarse (Figura.
2).
Figura 2.
Sección de bulbo olfatorio de ratón E15 se observa el inicio de la laminación tisular. La parte
periférica (a) está formada por células
de morfología, variada, algunas con amplio citoplasma. En la zona interna (b)
las células
tienden a ser redondeadas con núcleos grandes y escaso citoplasma. En
la parte intermedia se observan células que destacan por su mayor volumen
somático y nuclear (flecha). Aumento: 25
X.
Al día E17 entre los cuerpos celulares se distinguen prolongaciones
neuronales inmaduras, en las cuales es posible observar múltiples formaciones
vesiculares de diferentes tamaños y entre estas algunas semejantes a vesículas
sinápticas, además, a esta edad es posible ver la presencia, en un número muy
reducido, de pequeños depósitos de
material electrón denso adosados a la
cara interna de membrana de las prolongaciones celulares (Figura. 3), que pueden
ser interpretados como los primeros contactos intermembranosos y por tanto, el
inicio del proceso sináptico en la especie estudiada.
Figura 3. Prolongaciones neuronales observadas en la región plexiforme
del bulbo olfatorio de ratón E17, en cuyo interior destaca la presencia de formaciones vesiculares (flechas rectas) y
en algunos sitios de contacto entre las prolongaciones se observa depósito de
material electrón denso (flechas curvas). Aumento: 18.000 X.
Luego
a la edad E19 se va perdiendo la regularidad y uniformidad del borde periférico
del bulbo debido a la presencia de las primeras fibras del nervio olfatorio que
ingresan al mismo en forma de delgadas prolongaciones electrón densas que
ocupan la zona próxima al borde, distribuyéndose tanto de forma paralela al
mismo, como ramificándose
perpendicularmente hacia el interior del tejido para dar inicio a los
futuros glomérulos. La parte más periférica del bulbo olfatorio, a esta edad se
observa diferenciada en dos segmentos, uno externo donde la celularidad para
iniciar su transformación en una
verdadera capa plexiforme y uno interno, con un alto índice de cuerpos
celulares, donde destacan las células en penacho que son de mayor volumen que
el resto de la población neuronal. Por debajo de esta capa se observa la
presencia de grandes células elongadas,
de citoplasma claro y núcleo grande, dispuestas en varias capas, que
corresponden a las células mitrales y hacia
la parte más interna se observa la capa bien constituida de células granulosas (Figura. 4).
Figura 4. Se observa la irregularidad de la periferia
del bulbo olfatorio de ratón a la edad
E19, debido al ingreso de las fibras del nervio olfatorio (flechas cortas)
a la capa plexiforme (cp), donde puede observarse una incipiente formación glomerular (flecha
curva). Debajo de esta capa plexiforme se visualizan grandes células elongadas, de citoplasma claro y núcleo voluminoso,
dispuestas en varias capas, que corresponden a las células mitrales (CM). cg, capa de células granulosas. Aumento: 20 X.
Al
día E21 la región más periférica del bulbo olfatorio muestra una
proporcionalidad semejante de cuerpos celulares del tipo de interneuronas y de prolongaciones
neuronales; sin embargo, al alejarse del borde el tejido se hace más laxo y se
observa un aumento en la cantidad de formaciones glomerulares, a pesar de que todavía no están bien conformadas y que son
producto de la interrelación entre las prolongaciones neuronales del bulbo y entre estas y las fibras del
nervio olfatorio (Figuras. 5 y 6).
Figura 5.
Detalles de la interacción entre las fibras del nervio olfatorio
(cabezas de flecha) con los elementos neuronales (asteriscos) del bulbo
olfatorio en ratón E21, para formar los glomérulos (flechas curvas). Células en
penacho (flechas rectas); CPG, células periglomerulares. Aumento: 40X.
Figura 6. Segmento de un glomérulo en formación ubicado
en la zona periférica del bulbo olfatorio de ratón E21, donde se observan
entremezcladas tanto prolongaciones electrón densas pertenecientes a fibras del
nervio olfatorio (cabezas de flecha), como procesos neuronales de mediana densidad
electrónica que pueden corresponder a dendritas (d) de células mitrales y
células en penacho. Aumento: 8.000X.
La zona profunda de la capa externa se observa
mejor organizada, destacando la presencia de células en penacho, que son
neuronas de mediano tamaño distribuidas irregularmente entre las prolongaciones
gliales y neuronales. En la región intermedia se visualizan células voluminosas
bien definidas, con núcleo grande con uno o dos nucléolos y abundante
citoplasma electrón transparente; estas células están distribuidas en varios
niveles constituyendo una capa multicelular en profundidad y corresponden a las
primeras células mitrales identificables como tales. Inmediatamente por debajo
de estas, se encuentra una gruesa capa de células granulosas, que en
la parte más profunda forman una lámina uniforme hacia el interior del bulbo
olfatorio. Al día P0 la mayoría de las
fibras en la región más interna de la capa plexiforme comienzan a orientarse
perpendicularmente al borde bulbar, observándose entre los trayectos de las
fibras, escasas células redondeadas y de pequeño diámetro. La capa de las células
granulosas incrementa considerablemente su espesor en función del aumento de la
población celular constituida por cuerpos neuronales con escaso citoplasma y
núcleo voluminoso, con prolongaciones de trayectos cortos, orientados
radialmente.
Al
observar el bulbo olfatorio de ratones P1 llama la atención la presencia de
largas, aunque escasas, prolongaciones neuronales de mediana densidad
electrónica, que corresponden a dendritas de células mitrales, algunas de las
cuales se extienden hasta los límites donde están ubicados los glomérulos. Se
observa cómo han disminuido tanto la celularidad en la zona más externa del
bulbo que prácticamente está ocupada solamente por trayectos neuronales, como
la distancia entre los glomérulos y el conjunto de cuerpos de las células
mitrales, segmento bulbar donde se visualizan cuerpos de células mitrales que
aun no han alcanzado su topotípia y
algunas células en penacho (Figura. 7).
Figura 7. Día P1, se observan trayectos
neuronales horizontales (asterisco) en la parte más periférica e inmediatamente
hacia el interior se ven formaciones glomerulares (cabezas de flecha) hacia
donde convergen prolongaciones dendríticas (flechas rectas) de las células
mitrales (CM). Aumento : 40 X.
Mientras que al día P3 la mayoría de las células mitrales han descendido
hasta ocupar su sitio definitivo y sus prolongaciones dendríticas se hacen más
delgadas, alargadas y ramificadas, observándose células en penacho y células
periglomerulares entremezcladas con esas prolongaciones (Figura. 8).
Figura 8. Segmento de bulbo olfatorio de
ratón P3 donde se aprecia una amplia
capa plexiforme (cp), formaciones glomerulares (cabezas de flecha), la capa de
células mitrales (CM) y la capa de células granulosas (cg). Aumento: 25 X.
Es de destacar que a la edad P3, en la zona periférica
se pueden observar trayectos descendientes del nervio olfatorio, que al
ramificarse para formar los glomérulos se dirigen en sentido transversal y/u
oblicuo; sin embargo, más profundamente
ya se visualizan zonas de neuropila donde se puede observar que gran parte de
las prolongaciones neuronales poseen en su interior vesículas del tipo
sináptico (Figura.9), presentando algunas
terminaciones neuronales, engrosamientos de membrana y en oportunidades se
pueden distinguir contactos sinápticos dendro-dendríticos en formación (Figura.
10).
Figura 9. Detalle
de la capa plexiforme de bulbo olfatorio de ratón P3. Se observan formaciones
vesiculares en el interior de las prolongaciones neuronales y en algunos sitios
se observa engrosamiento de las membranas (flechas). Aumento: 18.000 X.
Figura 10. Conjunto de prolongaciones
dendríticas (d) en bulbo olfatorio P3, observándose entre dos de ellas el
inicio de la formación inicial de un contacto interneuronal (flecha). Aumento:
18.000 X.
Al
día P5 el bulbo olfatorio de la especie estudiada ya tiene una organización
tisular definida y las células presentan un alto porcentaje de sus
características propias. Las células periglomerulares ubicadas en proximidad de
los glomérulos, son células de baja densidad electrónica, con escaso citoplasma
y núcleo grande. Las células en penacho de cuerpo grande, núcleo voluminoso y
citoplasma de baja densidad electrónica, se localizan en la mitad inferior de
la capa plexiforme. Al aumentar el bulbo olfatorio de volumen y tamaño, las
células mitrales modifican su distribución multilaminar y al día P5 sus cuerpos
forman una monocapa o una bicapa celular, sus prolongaciones dendríticas que
iniciaron su verticalización a partir del día P0 y P1, se hacen más gruesas,
alargadas y ramificadas y se distribuyen en todo el espesor de la capa
plexiforme (Figura. 11), que al integrarse conjuntamente con las
fibras olfatorias y las
dendritas de las células en penacho, participan en la formación de los glomérulos (Figs. 11 y 12),
en cuyo interior ya es notoria la presencia de contactos sinápticos
axo-dendríticos y dendro-dendríticos (Figura.12). Distribuidas en todo el espesor
de la capa plexiforme y entre los cuerpos de las células mitrales, es frecuente
observar interneuronas.
Figura 11. Al día P5
el bulbo olfatorio de ratón muestra características de madurez
organizacional. Se observan trayectos
claros de dendritas (flechas rectas) de las células mitrales (CM) y de las
células en penacho (cabezas de flecha), células periglomerulares (CPG) y en la
parte superior un segmento de un
glomérulo (flecha curva). cg, capa de células granulosas. Aumento: 25
X.
Figura 12.
Sección de glomérulo de bulbo olfatorio de ratón P5 donde se distinguen
prolongaciones dendríticas neuronales (d) y fibras terminales del nervio
olfatorio (asteriscos). Se pueden visualizar contactos sinápticos
axo-dendríticos y dendro-dendríticos. Aumento: 10.000 X.
Todas
las características observadas en el día P5 se consolidan y se hacen
definitivas al día P7 de desarrollo postnatal, edad en la cual toda la
población celular del bulbo olfatorio ha alcanzado su citotipia e histotipia,
observándose una bien definida organización de los glomérulos, los cuales
tienden a hacerse más periféricos y posteriormente aumentan de tamaño hasta
adoptar en la mayoría de los casos su forma esferoidal (Figura. 13).
Figura 13.
Se muestra la citotipia y la histotipia del bulbo olfatorio al día P7.
Aumento : 20X.
Figura 14.
Contactos sinápticos dendro-dendríticos y axo-dendríticos observados al
día P7 en el bulbo olfatorio de ratón. d, dendritas; ax, axones. Aumento:
a, 25.000X; b, 20.000X.
En los días P7 (Figura. 14) y P9 los contactos sinápticos tienen todas sus
características de madurez morfológica tanto los axo-dendríticos como los
contactos dendro-dendríticos y su presencia es cuantitativamente más elevada en
relación a las edades previas (Figura. 15, Tablas 1 - 4). Tabla 4. Comparaciones
múltiples de los promedios de las medias en el número de sinapsis
axo-dendríticas utilizando la Prueba de Tukey (n = 50).
El análisis estadístico realizado al número de
sinapsis dendro-dendríticas en el bulbo olfatorio durante el desarrollo
postnatal (P3- P9), dio un nivel de significancia de p=0,000, lo cual significa
que hay una diferencia estadísticamente muy significativa entre las edades
estudiadas ya que p<0,05 (Tabla 1). Cuando analizamos el test a posteriori (Tabla 2) encontramos que los
promedios en el número de sinapsis dendro-dendríticas, son diferentes con
respecto a cada edad, lo que indica que existen diferencias estadísticamente
significativas en el número de contactos sinápticos en las edades estudiadas. En la figura 15 se muestra en forma gráfica
el aumento en el número de sinapsis dendro-dendríticas en el bulbo olfatorio de
ratón entre P3 y P9. Se puede observar que hay un aumento constante en el
número de sinapsis durante el período de desarrollo analizado.
Los resultados
obtenidos después del análisis estadístico con ANOVA (Tabla 3) del número de
sinapsis axo-dendríticas en el bulbo olfatorio de ratón desde E17 hasta P9, reflejaron
un valor de p=0,000, lo cual indica
que hay diferencias muy significativas en el número de sinapsis axo-dendríticas
en las edades estudiadas. Al comparar con el test a posteriori (Tabla 4), se observa que los valores obtenidos en las
edades E17 y desde P1 a P9 muestran una diferencia estadísticamente
significativa, mientras que entre las edades entre E19 a P0 no se observaron
diferencias estadísticamente significativas. Durante la etapa prenatal E17 a E21 el crecimiento en el número de
sinapsis axo-dendríticas es muy lento y tiende a ser constante. Es a partir de
P0 y P1 cuando se observa un leve aumento en el número de formaciones
sinápticas. Como se observa en la
figura 15 el aumento real del número de sinapsis axo-dendríticas comienza a
partir de P1 y este incremento se hace constante y progresivo hasta P9, última edad
analizada en este trabajo.
De los resultados
obtenidos tanto del promedio de las medias en el número de sinapsis
axo-dendríticas como de las dendro-dendríticas, se puede inferir que la
formación principal de ambos tipos de sinapsis comienza durante el desarrollo
postnatal, es decir, entre las edades P3 y P9.