Abril-Junio 2015 62
ISSN 1317-987X
 
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Nutrición
Biomarcadores cardiometabólicos e indicadores antropométricos de adiposidad en adolescentes escolares.

Discusión

La adolescencia se caracteriza por ser una etapa de importantes cambios a nivel psicobiológico que se expresan, entre otros, en marcadas variaciones en la cantidad y localización de la grasa corporal, características fisiológicas, hormonales, nivel de actividad física, hábitos alimentarios y aspectos psicológicos que ameritan atención para prevenir el comienzo o persistencia de situaciones de riesgo cardiometabólico que pudieran influir en su expectativa de vida(24).

En particular, la concentración sérica de los diferentes componentes del perfil lipídico y los indicadores antropométricos presentados en esta investigación han sido de interés creciente en los últimos años. Los resultados presentados en cuanto al primer grupo de indicadores resultaron ser más altos a los reportados en estudios como el de Pedrozo y col.(25), Ramírez y col.(26), Morales y Montilva (27) y Villalobos y col.(28) en niños y adolescentes argentinos, colombianos y venezolanos de los estados Mérida y Lara respectivamente; mientras que estuvieron ligeramente por debajo a los valores de referencia obtenidos en niños y adolescentes españoles (29). Cabe resaltar que los valores de Col-T y HDL-C reportados por Kit y col.(30) en niños y adolescentes estadounidenses de 6 a 19 años de edad son similares a los conseguidos en este trabajo, sin embargo los valores de LDL-C y Tg fueron ligeramente superiores.

Por otra parte, las prevalencias en la alteración de Col-T y LDL-C fueron menores a las reportadas por Kit y col.(30) en adolescentes norteamericanos de 12 a 15 años de edad en el lapso 2007-2010, mientras que en los Tg alterados fue mayor y en HDL-C bajo fue similar. Estas diferencias podrían estar relacionadas con diversos aspectos que caracterizan el estilo de vida de las poblaciones a las que pertenecen los grupos considerados, principalmente en características de patrones de alimentación y actividad física, lo que ameritaría el desarrollo de estudios que incluyan la evaluación de estos aspectos en los adolescentes.

En otro contexto, las prevalencias de alteración de los elementos del perfil lipídico reportadas por Uḉar y col.(31) en niños y adolescentes turcos de 7 a 18 años fueron menores a las conseguidas en esta investigación, mientras que los valores de Col-T, LDL-C y Tg reportados por Caamaño y col.(14) en niños mexicanos de 6 a 12 años de edad son superiores, a diferencia del HDL-C, el cual resultó inferior a los del presente estudio. Asimismo, Caamaño y col.(14) reportaron valores similares a los obtenidos en este trabajo, aunque para Col-T se consiguió una proporción ligeramente mayor. Es de resaltar que si bien la incidencia de HDL-C bajo es inferior al 10%, se observó que una alta proporción de sujetos tenían la concentración sérica de esta lipoproteína en el rango de limítrofe.

La HDL-C está asociada a procesos cardioprotectores, pero su concentración disminuida se ha relacionado a condiciones genéticas del propio sujeto(32, 33), a cambios hormonales propios de la adolescencia(34) o a un apreciable consumo de glúcidos simples(35) y baja actividad física(36) lo que pudiera favorecer el riesgo cardiometabólico.

En cuanto a la prevalencia de peso elevado con relación a la talla, los resultados contrastan con los reportados por el Instituto Nacional de Nutrición(37) que señala que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adolescentes a nivel nacional, es de 12,0% y 9,3% respectivamente, siendo más evidentes estas diferencias al tomar en cuenta los resultados referidos al Distrito Capital, 5,37% en sobrepeso y 14,77% en obesidad contra 24,7% y 7,5% respectivamente en este estudio. Tal diferencia pudiera estar relacionada con el punto de corte seleccionado por el INN para el diagnóstico de la obesidad, la cual tomaron a partir del percentil 85. Sin embargo, también reportan que las mayores incidencias de sobrepeso y obesidad estuvieron en los sujetos masculinos, al igual que en este trabajo.

Otros estudios en grupos de niños, niñas y adolescentes de diferentes localidades de Venezuela desarrollados por Paoli y col.(15), Mederico y col.(38), Morales y Montilva(27) y Pérez y col.(39); señalan también prevalencias de sobrepeso y obesidad inferiores a las obtenidas en los adolescentes evaluados, diferencias que también pueden estar influenciadas con el uso de distintos puntos de corte y al estilo de vida particular de cada grupo estudiado. Sin embargo, el apreciables porcentaje de déficit de peso en las adolescentes y el exceso de peso en los adolescentes coincide a lo reportado por Morales y Montilva(27) y Pérez y col.(39). Esto evidencia la necesidad de unificación de criterios para el establecimiento de niveles de prevalencias en el diagnóstico de los riesgos considerados así como el desarrollo de investigaciones más completas que incluyan otros aspectos.

En otros países de Latinoamérica la prevalencia de exceso de peso también se ha observado de manera regular. En adolescentes argentinos(25) se ha señalado un sobrepeso de 11,5% y 3,4% de obesidad. Para adolescentes cubanos entre 15 y 19 años de edad, participantes en la II Encuesta Nacional sobre Factores de Riesgo (2001)(40) se reporta un 20,3% (sobrepeso y obesidad), en tanto que en Brasil, Lunardi y Petroski(41) señalaron en niños con edad promedio de 11 años, luego de categorizar el IMC por la propuesta de Cole y col.(21), una prevalencia de exceso de peso de 19,8% (14,7% sobrepeso y obesidad 5,1%), siendo en todos los casos las prevalencias de sobrepeso inferiores a las reportadas en este trabajo y similares para la obesidad.

Para niños mexicanos, Caamaño y col.(14) refieren un sobrepeso de 21% y 13% de obesidad por el uso de los puntos de corte propuestos por Cole y col.(21); mientras que Posada-Sánchez y col.(16), con los mismos puntos de corte, consiguieron que 4,7% de niños y 5,7% de niñas eran obesos y el sobrepeso fue observado en 18,3% de los niños y 24,3% de las niñas. Suárez-Ortegón y col.(42) reportaron una prevalencia de exceso de peso para la edad en adolescentes colombianos de 14,5% por el uso de los valores de referencia propuestos por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, siglas de nombre en inglés); mientras que Rosini y col.(43) en estudio realizado en niños y adolescentes brasileños consiguieron una prevalencia de sobrepeso y obesidad de 33% y 11,5% respectivamente, utilizando los valores de referencias propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por su parte, Ogden y col.(44) señalan que la prevalencia de obesidad en niños y adolescentes de 2 a 19 años de edad de los Estados Unidos entre el 2011 – 2012 estuvo en 16,9%; mientras que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adolescentes de 12 a 19 años, rango de edad similar al de los sujetos de esta investigación, fue de 34,5% y 20,5% respectivamente, las cuales están por encima a las prevalencias reportadas en este trabajo.

Por otra parte, la mayoría de las investigaciones realizadas en niños y adolescentes con relación a la situación del IMC no resaltan la condición de bajo peso, el cual podría dar un panorama más completo del estado nutricional de los jóvenes. En este trabajo se observó que 11,5% de las adolescentes cursaban con bajo peso, lo cual ameritaría mayor investigación ya que las adolescentes pueden ser más propensas a sufrir trastornos de la imagen corporal y de la alimentación que podría tener efectos nocivos sobre su salud.

En cuanto a los indicadores de obesidad centralizada los valores medios de CC encontrados están por debajo del promedio reportado por Vargas y col.(45) en niños y niñas de 13 a 18 años de edad del municipio Maracaibo del estado Zulia, siendo mayor la diferencia en las niñas. Un comportamiento similar se observó en relación con el trabajo de Mederico y col.(38) en niños y adolescente de Mérida. Por su parte, Hidalgo y col.(46) en una investigación en población pediátrica de tres regiones de Venezuela reportan que la CC de sujetos entre 15 y 19 años de edad, sin diferenciar por sexo, fue de 73,7 ± 9,4 cm, valor que es similar al reportado en este trabajo para los adolescentes, pero mayor al de las adolescentes. En otro contexto, Li y col.(47) señala valores de CC e ICT y prevalencias de obesidad abdominal por estos indicadores, en niños y niñas de 12 a 17 años de edad más altos a los observados en este trabajo.

En una revisión de investigaciones sobre la prevalencia de obesidad abdominal en adolescentes realizada por de Moraes y col.(48) encontraron un rango que varió de 3,8 a 51,7% de adolescentes en países en desarrollo. De acuerdo con los autores, tal variación se debió, principalmente, a la utilización de diferentes puntos de corte para determinar obesidad abdominal por el uso de la CC. En el caso de los adolescentes estudiados este porcentaje de obesidad abdominal se ubicó en 7,9% tomando como punto de corte el percentil 90 para esta variable en el grupo considerado. Es de resaltar que este porcentaje se vio incrementado al considerar el ajuste de esta variable por la estatura (ICT), el cual es un indicador reciente que ha mostrado mayor independencia para capturar el posible riesgo de alteración cardiometabólica en niños y adolescentes(49). Sin embargo, Arnaiz y col.(50) en investigación realizada en niños y adolescentes chilenos concluyeron que el ICT y el IMC expresados como puntaje Z predicen igualmente el riesgo cardiometabólico en niños y adolescentes.

Posiblemente debido a la existencia de diferentes referencias y puntos de corte utilizados para diagnosticar exceso de peso y obesidad abdominal en niños y adolescentes, los resultados arrojados por los distintos estudios son muy variados y no permiten identificar un patrón consistente en el comportamiento de las variables estudiadas, lo cual evidencia la necesidad de continuar monitoreando sistemáticamente el comportamiento de las mismas en poblaciones de niños y adolescentes para poder tomar acciones preventivas adecuadas, adaptadas a grupos particulares.

Por otra parte, la variación de los marcadores cardiometabólicos al compararlos con las categorías de las variables antropométricas y la asociación establecida por medio de análisis de correlación, refleja un comportamiento similar al reportado en adultos(51,52), pero sin llegar a ser significativa en la mayoría de los casos, posiblemente por efecto del tamaño de la muestra. Sin embargo, cabe destacar que las diferentes categorías de IMC e ICT presentaron variación significativa en algunos marcadores cardiometabólicos, principalmente los índices aterogénicos, los cuales mostraron coeficientes de correlación significativa con los indicadores antropométricos de adiposidad en los adolescentes, lo que pudiera estar indicando que la adiposidad ejerce efectos adversos equivalentes en los factores de riesgo vascular desde etapas tempranas de la vida hasta la adultez, principalmente en los hombres.

Debido a las apreciables prevalencias observadas en exceso de peso y obesidad abdominal, relacionados con los componentes del perfil lipídico e índices aterogénicos limítrofes, se podría sugerir que la muestra de adolescentes evaluados se ubica en una categoría de riesgo moderado para ECNT, riesgo que podría agravarse de persistir hábitos de riesgo en los estilos de vida asumidos.

La ampliación de este tipo de estudio, en número de sujetos y diversidad de variables consideradas, ayudaría a disponer de evidencias objetivas para la formulación de programas de promoción de estilo de vida saludable para adolescentes que redunde en la disminución del riesgo asociado a ECNT y contar en un futuro con adultos más sanos y con mayor nivel de satisfacción y productividad personal y social.

AGRADECIMIENTO

A los adolescentes y sus representantes que accedieron a participar en la investigación, así como al personal docente del colegio El Carmelo. Investigación financiada por el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela (PG - 0908247-2011/1 y PI – 058131-2011/1).




Continua: Referencias

Biomarcadores cardiometabólicos e indicadores antropométricos de adiposidad en adolescentes escolares.
Introducción
Sujetos y métodos
Resultados
Discusión
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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