Julio-Septiembre 2016 67
ISSN 1317-987X
 
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Artículos
 




Bioquímica
Asociación entre el índice triglicéridos/colesterol-HDL y la natriuresis. Participación del componente cardiometabólico, la edad y el género

Discusión

Aunque el principal objetivo de este estudio fue determinar si existe correlación entre la natriurésis y el ITCH, resulta evidente que hay que tomar en cuenta ciertas variables como la edad, el género, la antropometría y el componente cardiometabólico, que eventualmente pudiesen intervenir en el establecimiento de tal correlación.

Clásicamente se ha reportado que el sexo femenino presenta menor concentración de triglicéridos séricos y mayor de c-HDL si se compara con el masculino, al menos hasta la menopausia(21), tal como se corroboró en el presente estudio (Tabla 1). También es sabido que en mujeres menores de 50 años, la prevalencia de Hipertensión Arterial es menor, sin embargo, luego de la menopausia las mujeres describen un incremento de la PA, de los triglicéridos y una disminución del c-HDL(21), por lo que esperaría encontrarse que el comportamiento del ITCH también mostrara variaciones con el sexo y la edad. En este sentido, en el presente trabajo dicho índice fue mayor en el sexo masculino (Tabla 1), en sujetos mayores de 39 años (Tabla 2) y dentro del grupo del sexo femenino, mostró un incremento significativo a partir de los 40 años de edad, lo que pareciera confirmar el papel que tiene este índice como factor predictivo de enfermedades cardiovasculares descrito anteriormente. Este resultado se asemeja al reportado previamente en japoneses, donde se determinó que el ITCH fue mayor en el grupo de mujeres de 60 a 70 años de edad, al compararlas con el que presentaron las mujeres de 35 a 40 años de edad, mientras que entre hombres de ambos grupos etarios de esa población, dicho índice fue semejante(16).

La mayor excreción renal de sodio registrada en el sexo masculino en esta investigación, pudiese ser atribuible a muchos factores, dentro de los que figura la elevada ingesta de sal por parte de este sexo. Se ha establecido que la determinación de la natriurésis en 24 horas, puede dar un estimado de la ingesta de sodio(22), lo que corroboraría, al menos en parte, el resultado obtenido en este trabajo. Así, en un metaanálisis realizado con más de 20 mil sujetos provenientes de diferentes etnias, se determinó que la ingesta de sodio dependía del sexo y de la edad, de manera que ésta fue mayor en el sexo masculino y en sujetos adultos (de 19 a 50 años) respecto a los niños (2 a 18 años) y a los adultos mayores a 50 años(23). Este comportamiento según los autores, probablemente sea debido al incremento de la ingesta calórica acompañada de la ingesta de sal en adultos masculinos de 19 a 50 años. Estos resultados pudiesen ser comparables con los obtenidos en el presente estudio, donde la natriurésis en 24 horas, fue significativamente mayor en el sexo masculino y este fenómeno eventualmente pudiese estar influenciado en cierto grado, por los cambios en la ingesta de sal en este sexo y grupo etario.

La mayor natriurésis mostrada por el sexo masculino, también se acompañó de mayores valores de PA al compararse con el sexo femenino (Tabla 1), lo que indica que este incremento de PA puede ser debido, no sólo a factores antropométricos como el aumento de la adiposidad central, sino también al incremento de la ingesta de sodio y como ya ha sido bien demostrado, un exceso de consumo de sodio puede generar cambios en la PA(24) y constituye un factor de riesgo para la hipertensión, la enfermedad cardíaca coronaria y el infarto de miocardio(25,26) .

Por otra parte, el hecho de que el ITCH fue mayor en el sexo masculino, corrobora la asociación que tiene este índice con el riesgo cardiovascular anteriormente descrita(27) y esto pudiese estar vinculado con la mayor natriurésis observada en este sexo en el presente estudio.

Por todo lo descrito anteriormente, también se esperaba que dicho índice tuviese correlación positiva con ciertos parámetros antropométricos y cardiometabólicos como el IMC, la CA, la PA, y la glicemia y de hecho ese fue comportamiento observado en esta investigación (Tabla 4).

Es importante destacar, que la correlación positiva encontrada entre el ITCH y los parámetros antropométricos y cardiometabólicos evaluados, tuvo mayor significancia estadística en el grupo de sujetos con 18 a 39 años de edad y de estos parámetros, la CA fue el que mostró mayor correlación (r= 0,471; p< 0,001) (Tabla 4), siendo esta una de las mediciones antropométricas que mayor poder predictivo de riego a ECM tiene(28), ya que constituye una manera de determinar adiposidad central y como es sabido, el tejido adiposo hoy en día es considerado como un órgano endocrino y paracrino que libera péptidos que pueden contribuir al estado proinflamatorio del obeso y así favorecer al riesgo cardometabólico(29). De esta manera, el hecho de que haya sido la CA el parámetro que mayor correlación presenta con el ITCH, pone en evidencia una vez más, el poder predictivo de ECM que dicho índice pueda tener. Este comportamiento es semejante al mostrado en japoneses, en donde la correlación entre la obesidad y el índice en estudio, disminuyó con la edad y fue mayor en las mujeres menores respecto a los hombres del mismo grupo etario(16), aunque hay que destacar, que en el presente estudio, la mayoría de los sujetos presentaban sobrepeso y no obesidad.

La asociación que existe entre la obesidad, la hiperglicemia(30) y las enfermedades coronarias puede declinar con la edad(31) y se ha determinado que el sobrepeso en poblaciones de más edad, no está asociado con un riesgo aumentado de mortalidad(32), ello debido a que en los sujetos de edad avanzada, intervienen una red compleja de factores para el establecimiento de ECM(16), hecho que concuerda con el comportamiento que mostró la correlación del ITCH en los diferentes grupos etarios en la presente investigación, donde llama la atención que fue precisamente en el grupo G1 donde la natriurésis mostró correlación con el ITCH, lo que pudiese evidenciar una vez más el posible papel de indicador de riesgo a ECM que tienen ambos parámetros y la correlación entre estos, la cual, al igual que otras correlaciones, se pierde con la edad .

Por otra parte, se ha reportado que existe una asociación entre el ITCH y la resistencia a la insulina, la cual puede estar presente en el SM(14, 15), así como también ciertos hallazgos indican que existe correlación entre el SM y la natriurésis(19, 20). Al dividir a los sujetos evaluados en dos grupos tomando en cuenta el valor de la mediana del ITCH que fue igual a 2,34; la natriurésis fue mayor, en aquellos sujetos cuyo ITCH fue ≥ 2,341 (Fig. 1). Esto puede sugerir que la excreción de sodio a nivel renal, esté incrementada en aquellos sujetos con mayor ITCH. Curiosamente, el incremento en el sexo femenino del ITCH con la edad, pareciera acompañarse del aumento de la natriuresis (Tabla 3), lo que indicaría una probable correlación positiva entre estos parámetros, sin embargo, tal comportamiento en la excreción de sodio, no resultó ser estadísticamente significativo; a pesar de ello, dicha correlación se hizo evidente al evaluar a la totalidad de los sujetos del grupo etario de 18 a 39 años (Tabla 4). Este hallazgo probablemente indica, como se mencionó previamente, que después de los 40 años intervienen otros factores que determinan riego a ECM, los cuales eventualmente pudiesen atenuar la correlación observada entre la natriurésis y el ITCH en los sujetos del G1.

Resulta complejo intentar dar una explicación bioquímica a la correlación positiva observada entre la natriurésis y el ITCH, debido a que esta puede ser el producto de la interacción de una red intrincada de factores, sin embargo, en animales de experimentación se ha determinado que la ingesta de sodio puede modificar la secreción de adiponectina y se ha demostrado que el bloqueo de los receptores de mineralocorticoides, puede incrementar los niveles de adiponectina(33), al mismo tiempo que una disminución del sodio en la dieta a largo plazo, puede aumentar la producción de adiponectina en el tejido adiposo y cardíaco(34). Tomando en cuenta que la adiponectina regula el metabolismo lipídico(35) y conociendo la interacción reportada entre la ingesta de sodio y la adiponectina, resultaría lógico suponer que exista una correlación positiva entre el ITCH y la natriurésis, sin embargo, los estudios en realizados en el presente ensayo, no son suficientes para confirmar tal aseveración.

Con todo lo mencionado anteriormente, se puede concluir que independientemente de que se conozca con certeza si la adiponectina participa en la correlación observada, los hallazgos obtenidos en el presente estudio, en cierta forma corroboraran la validez del uso del ITCH para evaluar riesgo a ECM e indican que pareciera existir una correlación positiva entre la natriuresis y el ITCH, la cual se hace evidente entre los 18 a 39 años de edad.

Agradecimientos:   Al financiamiento otorgado por el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (FONACIT), a través del subproyecto S1.20010000679, el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico (CDCH) a través de los subproyectos 06-006247-2006, PI06-00-6248.2006, PG06.00.6513.2006 y 06-7273-2008 y a la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI): IIF-LOCTI-002 y LOCTI-003.

A la Lic. en Bioanálisis Alcira Ramírez, por el procesamiento de las muestras sanguíneas.




Continua: Referencias

Asociación entre el índice triglicéridos/colesterol-HDL y la natriuresis. Participación del componente cardiometabólico, la edad y el género
Introducción
Pacientes y métodos
Resultados
Discusión
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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