Las células germinales mediante la gametogénesis a nivel gonadal
(testículos y ovarios) dan origen respectivamente y por meiosis a las células
reproductoras masculina –espermatogénesis- y femenina –ovogénesis-. Todo se
inicia cuando –producto generalmente de
un apareamiento-, un espermatozoide haploide, luego de ingentes esfuerzos, se encuentra con una inmensa mole
redondeada y rodante, con diámetro varias veces mayor que él: un óvulo –también
haploide-, y logra localizar el único sitio de su superficie por donde puede
penetrarlo: entonces ocurre su decapitación, pues solo penetra su porción
cefálica, la citada célula reproductiva femenina se hará de su carga genética y
expulsará al exterior hasta al capuchón craneal que lo transportaba.
En su interior se encontrarán
los 23 cromosomas de cada uno con su homólogo, reconstituyéndose así el número diploide común humano (23 pares)
y estableciéndose el sexo de la nueva criatura pues el óvulo siempre es X, es
el espermatozoo el que llevará cromosoma X ó Y; esa es la fertilización en la
que el nuevo espécimen implica una muerte: la del portador varonil y la
continuidad del femíneo, ahora fecundado, que viaja hacia el sitio de
implantación definitivo, en el fondo uterino. (Figura 1).
Figura 1. Cariotipo
normal XX.
Las discusiones acerca de
cuándo se inicia la vida no forman parte de éste trabajo sino de textos
teológicos que cada quien considere: en ningún momento de los hechos narrados antes
deja de haberla, primero porque óvulo y espermatozoide son células vivas,
después se tornan una sola, también con vida, pasa cerca de nueve meses para formar
sus partes que le son propias, y luego desarrollándolas, siempre como células
vivas. Discernir si esa vida se hereda o se transmite tampoco se trata aquí, el
concepto de vida –como el de sexo- es biológico y el de alma, espíritu o
similares –como el de género- es social o teológico, según el caso. (Figura 2).
Figura. 2. Microfoto. Células haploides: Óvulo (izquierda)
y espermatozoide (derecha).
No siempre la formación de
nuevas criaturas ocurre de manera apropiada, por diversas causas –en genes,
cromosomas o medio ambiente- puede alterarse cualquier paso que implica interrupción
de secuencias naturales. Los humanos, -ahora más tolerantes-, no arrojan por una
montaña Taigeto (con 2400 Mts. de altura) a los niños malformados o con
defectos físicos como en Grecia antes, sino que los acoge, habilita y educa
según sus capacidades y potencialidades: ya no dependen del veredicto de una
deidad que, si sobrevivían a semejante caída, era indicación a los mortales de
que los criasen; con sus altibajos, la Humanidad parece más encaminada a la
grandeza que a la decadencia, pese a las decisiones posibles a tomar con un
diagnóstico precoz.(1-3)
Conocer los diferentes
aspectos en torno a la manera en que se forman las nuevas generaciones de seres
vivos permite identificar tanto la normalidad como las variantes convencionales
y las anomalías que pueden presentarse a nivel individual. Morfología es una extensa parte de las Ciencias Naturales que
comprende el origen -Embriología, con inclusión de conceptos de Genética,
Bioquímica, Anatomía y Fisiología-, conformación definitiva convencional (Anatomía) y aspecto
microscópico (Histología) de los seres vivos. Morfogénesis es el conjunto de fenómenos biológicos (codificados en
los genes) que permiten que los seres vivos desarrollen su forma y ubicación
espacial durante la aparición, crecimiento y maduración de cada uno de sus
componentes en la inicial embriogénesis y en la siguiente organogénesis. Para
ello se vale de los mecanismos morfogenéticos: diferenciación celular,
crecimiento, migración, inducción y muerte celular o apoptosis.(4-5)
Esos procesos dependen de los
morfógenos, que son moléculas que dependiendo de su concentración, participan
en la morfogénesis: los factores proteicos de transcripción que contribuyen a
la ubicación celular final, los factores proteicos de adherencia (cadherinas),
las integrinas que permiten la existencia de la matriz extracelular (formada
por laminina, fibronectina y colágeno) que sirve para las migraciones, etc.(6)
El medio juega un papel
importante, porque es el que provee micronutrientes (zinc, calcio, cobre, etc.)
y otras sustancias más complejas (folatos, proteínas) indispensables para el
inicio y continuidad de gran cantidad de mecanismos anabolizantes y
catabolizantes normales, por eso sus fallas durante períodos tempranos del
desarrollo pueden resultar en alteraciones del mismo. (7-9) También
hay que tomar en cuenta posibilidad de que anomalías genéticas pueden resultar
en biodisponibilidad alterada de esos micronutrientes, como en el síndrome
recesivo de Menken –con cobre deficitario- o la hereditaria enfermedad de
Wilson –por exceso de su acumulación-.(10) Es muy conocida la
relación entre deficiencias de ácido fólico y neuromalformaciones severas al
provocar merma en la capacidad de
multiplicación y migración que impiden parcialmente el cierre del tubo neural,
el alcohol consumido en esos primeros días puede no permitir que el sitio
blanco sea alcanzado por la inducción sino otro, igual hacen muchos fármacos,
tóxicos, componentes inapropiados de dietas y otros compuestos orgánicos.(11-13)