El estado nutricional durante el embarazo se
refleja en el IMC que influye en el crecimiento fetal y en el peso que tendrá
el recién nacido. Los cambios metabólicos que se producen en la madre y en el
feto en crecimiento producen en el organismo materno demandas nutricionales
adicionales las cuales deben ser satisfechas mediante el aumento de la ingesta
de algunos nutrientes.(12)
En
el presente estudio se observó un aumento del IMC en tercer trimestre en
comparación con el segundo trimestre considerando que las pacientes estaban en
un nivel de sobre peso. Los resultados de este estudio fueron similares a los
encontrados por Caniuque y col.(13) Este aumento progresivo se debe
al peso del feto en crecimiento, de la placenta y al aumento del tamaño de los
órganos de la madre, es decir del útero y las mamas.
Los niveles séricos de TNF-α en este
estudio con adolescentes embarazadas se observaron más elevados en segundo
trimestre en comparación al tercero pero encontrándose igual dentro de los
valores referenciales (>15,6 pg/mL). Este estudio coincide con el realizado
por Núñez y col.14 Estos niveles aumentados en un trimestre más que
en el otro se debe a la inflamación de diferentes partes del cuerpo que
presentan normalmente las mujeres embarazadas ya que el TNF-α es una citoquina
pro-inflamatoria producida por células esenciales en el sistema de
defensa inmunitario como son los monocitos. Lo que implica que esta citoquina
aumenta sus niveles de tres a cinco veces por encima de lo normal en segundo y
tercer trimestre cuando existe un diagnóstico de PE lo que sugiere que esta citoquina
es un indicador de dicha patología. (14)
Los niveles de triglicéridos, y VLDLc
aumentaron en tercer trimestre en comparación con el segundo lo que coincide
con un estudio realizado por Gonzales y cols15 pero a diferencia de
su estudio en este disminuyeron los niveles de colesterol, LDLc y HDLc. A pesar
de que los niveles de colesterol y LDLc disminuyeron en tercer trimestre se
encontraban de igual forma por encima de los valores referenciales (colesterol
<200mg/dL, LDLc <129mg/dL), los niveles de HDLc también disminuyeron en
tercer trimestre pero se mantuvieron dentro de los valores referenciales (40-60
mg/dL).
Los niveles aumentados de lípidos son
normales en el embarazo esto se debe a que toda paciente embarazada presenta
cierto grado de resistencia a la insulina lo que promueve la liberación de
ácidos grasos libres por parte de los adipocitos, esto permite que haya un
incremento de los niveles plasmáticos de triglicéridos, colesterol, LDLc y
VLDLc y niveles séricos más bajos de HDLc. (16)
El último trimestre de embarazo es referido
como una etapa catabólica, donde se aumenta la liberación de los ácidos grasos desde
de los adipocitos debido al estímulo de la lipasa sensible a hormona
placentaria es por esto que los Triglicéridos,
y VLDLc aumentan sobre sus valores referenciales a medida que
transcurren los trimestres. (12)
En nuestra investigación se observaron
valores normales de presión arterial en el segundo y tercer trimestre de
gestación al igual que en el estudio de Camacho y cols. (17)
No hubo correlación entre el TNF- α y la
presión arterial ni entre el TNF- α con el perfil lipídico, esto ocurrió tanto en
el segundo trimestre como en el tercero. Esto se asemeja a estudios realizados
por Kupferminc y col (18) donde no encontraron relación entre el
TNF- α y presión arterial en
embarazadas sanas, al igual que Reyna y col, si no que encontraron diferencias significativas
en embarazadas con preeclampsia. Esto puede deberse a que en mujeres sanas, se
piensa que el TNF- α modula el crecimiento e invasión
del trofoblasto en las arterias espirales, pero en bajas concentraciones de este
factor puede contribuir a la invasión placentaria anormal, daño de las células
endoteliales y estrés oxidativo. (19) Por el contrario Schiff y col no
encontraron diferencias significativas en las concentraciones de TNF-alfa de
pacientes con preeclámpsia y controles sanos, pero reportan que los valores de
la citocina son inferiores, tanto en plasma fetal como materno, cuando existe
restricción intrauterina del crecimiento del feto de causa indeterminada. (20)
En relación al perfil lipídico este trabajo difiere
de lo estudiado por Reyna y col quienes indican que diferentes datos sugieren
que el TNF-α contribuye a las alteraciones endoteliales y a la dislipidemia que
caracteriza a la preeclapmsia(19).
Durante la gestación ocurren alteraciones
complejas en el metabolismo, los rangos de concentración obtenidos en la
determinación de las diferentes moléculas en estudio, durante ambos trimestres
reflejan una ligera elevación, lo cual podría representar un cambio fisiológico
propio del embarazo o por el contrario el inicio de una alerta que predice
complicaciones a futuro. Por lo tanto es
importante el monitero adecuado y constante durante los diferentes trimestres
de gestación para obtener información que nos oriente a establecer cuando una
elevación de los mismos deja de ser fisiológica y se convierte en un factor
asociado a enfermedades o desordenes del embarazo.
Conclusión
Los niveles séricos de TNF-α estuvieron
elevados en segundo trimestre en comparación con el tercero, los triglicéridos
y VLDLc aumentaron a medida que avanzaban los trimestres, el colesterol y las
HDLc y LDLc disminuyeron en el tercer trimestre por debajo de los valores del
segundo trimestre y la presión arterial aumentó en el tercer trimestre en
comparación con el segundo trimestre de embarazo. No se encontró correlación en
el segundo y tercer trimestre de gestación
entre TNF α y perfil lipídico, así como tampoco entre presión arterial y
perfil lipídico en adolescentes embarazadas que acudieron al Hospital Materno
Infantil “Doctor José María Vargas” entre junio de 2013 y diciembre de 2014.