Octubre-Diciembre 2007 33
ISSN 1317-987X
 
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Cirugía
Tiroidectomia de complemento vs tiroidectomia total; sus complicaciones.

Discusión

Los pacientes con patología nodular del tiroides en los cuales la CAAF no es concluyente, o aquellas reportadas como indeterminadas, muestra insuficiente o neoplasia folicular son a menudo sometidos a hemitiroidectomía unilateral (9,10). En aquellos casos en los cuales el diagnóstico definitivo señala CTBD, la CT debe ser indicada cuando la hemitiroidectomía única es considerada oncológicamente inadecuada. La decisión de realizar la CT debe ser individualizada dependiendo de la estratificación los pacientes de acuerdo con el riesgo determinado por la clasificación de la American Joint Committee on Cancer estadificaciòn TNM (11,12).  De una manera general, realizamos la CT en pacientes con tumores de alto riesgo. Por el contrario no la indicamos de manera rutinaria en pacientes jóvenes o cuando el tumor es pequeño (tumores de bajo riesgo). La finalidad de este proceder es evitar el sobre tratamiento en lesiones benignas o en tumores de bajo riesgo comparado con la TT inicial.la desventaja de esta conducta es que potencialmente se ha de realizar una segunda intervención en fecha posterior(13,14). Nuestra experiencia en 100 pacientes en un período de 15 años (1984-1999) es comparable a la reportada por Rafferty et al en Toronto Cánada en el 2007 (15). En este estudio reportamos una incidencia del 2% de lesiones temporales, y 1% de lesiones permanentes de los NRLs y un 5 % de HPTP. Estos resultados se comparan favorablemente con los señalados Chao et al, y Wilson et al en 1998. Adicionalmente, encontramos paridad en nuestros porcentajes de lesiones temporales y permanentes de los NLRs (Tabla 1). El bajo porcentaje de HPTT en el grupo CT (4%) puede ser debido probablemente, a que el intervalo de tiempo entre las operaciones permitió que se recuperara cualquier lesión reversible causada durante la primera operación y que tuviese lugar la revascularización de las glándulas trasplantadas. En algunas investigaciones se ha señalado que las glándulas desvascularizadas requieren de aproximadamente 4 semanas para recuperar su función. (14). En esta serie el transplante de las paratiroides no fue un factor independiente asociado con un incremento de incidencia de hipocalcemia temporal, ni en el grupo CT (n = 28, p> 0.9) o del TT ( n = 75, p = 0.48). Así mismo, cuando se analiza la población estudiada de 175 tiroidectomías, encontramos que la autotransplante no estuvo notablemente asociada con altos porcentajes de HPTP. Nuestros hallazgos validan fuertemente la práctica de la preservación de la irrigación de las glándulas paratiroides y el transplante para aquellas que se desvacularizan al momento de realizar la tiroidectomía. Los porcentajes de HPTT y HPTD fueron considerablemente más altos en pacientes en quienes las glándulas fueron removidas junto con la pieza. Estos hallazgos muestran el éxito de los buenos resultados obtenidos en el transplante de las glándulas; motivado a que muchas glándulas fueron removidas junto a las piezas operatorias, el resto del tejido funcionarte que permanece in vivo puede compensar cualquier alteración temporal o permanente de las paratiroides. Aunque, todos los cirujanos endocrinos deben identificar y preservar todas las paratiroides, independientemente del tipo de tiroidectomía, estos resultados apoyan la conducta que recomienda que al momento de realizar la CT, cuando ha sido removido tejido paratiroideo en la tiroidectomía subtotal inicial, deben realizarse todos los esfuerzos posibles para identificar y preservar las paratiroides, y ante la más mínima sospecha de desvascularizaciòn la glándula debe ser trasplantada.

Desde la perspectiva de los sistemas de salud pública. El CTBD tiene una relativa alta incidencia y es una afección común que debe ser tratada en centros especializados por cirujanos endocrinos expertos. La CT requiere de más días de hospitalización y mayores gastos que la TT, pero representa un abordaje más conservador que evita el sobretratamiento de los pacientes con nódulos tiroideos benignos, en los cuales la CAAF, es reportada como indeterminada, insuficiente, o neoplasma folicular.

Conclusiones.

Ante la presencia de patología nodular del tiroides en la cual el riesgo de malignidad es incierto a la CAAF (citología insuficiente, indeterminada o neoplasia folicular), la CT representa una alternativa aceptable y segura.

En los pacientes con marcada probabilidad de que la patología sea maligna debería realizarse la TT con o sin terapia con yodo radioactivo.

La TT primaria es una herramienta de primera línea para el tratamiento quirúrgico de este tipo de lesión.

Agradecimiento.

Al Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de La Universidad Central de Venezuela por el apoyo para realizar esta Investigación PG N° 09-00-5574-2006.


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Tiroidectomia de complemento vs tiroidectomia total; sus complicaciones.
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Materiales y Métodos
Resultados
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NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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