José Izquierdo
Vida cultural
José "Pepe" Izquierdo, conocía a fondo la historia, la literatura, la pintura, las artes plásticas y las lenguas. En sus primeros años de vida manifestó su interés por la pintura, arte por el cual sintió un inmenso amor. Gracias a las influencias y enseñanzas de pintores franceses impresionistas, realizó noventa dibujos, entre ellos, 18 óleos anatómicos que hoy se encuentran en la Universidad Central de Venezuela en el Instituto Anatómico que lleva su nombre. Además, 18 obras artísticas casi todas a base de creyón y 12 obras satíricas.
El Raspado novela escrita por él, en donde narra la vida de un estudiante de medicina. Además, se hizo una película basada en esta historia.
Poseía una gran afición por los idiomas, hablaba siete lenguas: español, francés, italiano, alemán, inglés y japonés, dominaba muy bien el latín y en casi la misma escala, el griego.
Vale resaltar que tradujo al castellano las obras Hamlet, Julio Cesar y Otelo de Shakespeare. "El Cuervo", de Edgar Alan Poe, poesía inédita que figura en las obras completas de Izquierdo. Del alemán tradujo, del Dr. Carls Sachs "De los llanos". Del latín tradujo, "La imitación de Cristo" de Kempis.
Por otra parte, debido a su notable afición por los toros, realizó un Tratado de Tauromaquia, ilustrado con dibujos anatómicos del bravo animal del propio autor del texto. También realizó alrededor de 42 artículos publicados en el diario El Nacional y 100 en El Universal.
Fue considerado por muchos como una persona popular humilde y sencilla. Estimaba a las personas por el valor intelectual, moral y no por la posición económica. Entre sus mejores amigos se pueden nombrar a el doctor Rafael Castillo, el doctor Antonio Sanabria, el Dr. José Gregorio Hernández y Luis Razetti, así como el célebre literato Miguel Otero Silva quien le escribió un poema como regalo por motivo de los ochenta años de Izquierdo:
- Yo conocí a Pepe un día
- De octubre a veinticinco.
- Lugar un anfíteatro
- Clase; la anatomía.
- Al hablar se comprendía
- que no hablaba un charlatán
- sino un profesor caimán
- en la ciencia que enseñaba,
- y la voz se le elevaba
- alta como el caimán
- en la ciencia que enseñaba,
- y la voz se le elevaba
- alta como el guayacán.
-
- Después lo hallé de adversario
- Cuando se murió Gregorio,
- Él de la derechista notorio
- y yo izquierdista sectario.
- Le dije reaccionario
- Y él me llamó orangután,
- Pero mi arcángel guardián
- Me advirtió con voz tajante
- Que estaba ante un contrincante
- Duro como el guayacán.
|
- Pasaron en cantidad
- Los años y por venturas,
- Seres que todo madura
- Maduró nuestra amistad.
- Llaneza y sinceridad
- Son su Biblia y su Corán
- Y fueron talismán
- que reconcilió conmigo
- a su corazón de amigo
- firme como el guayacán.
-
- Ochenta años cumple ahora
- En este doce de enero,
- Viejo el corazón entero
- Joven la mente ductora.
- Cuando se enfurruña añora
- A Monagas y a Guzmán,
- Pero es tan terco en su afán
- Que querer a Venezuela
- Que lo alumbra con candela,
- Viva como un guayacán.
|
En libro José Izquierdo Vida y Obra su sobrino destaca que la alegría y el buen humor iban siempre de su mano. Aún en lo momentos más duros de su enfermedad, mantuvo fervientes deseos de vivir. Quería despedirse del mundo rodeado de sus familiares y sus amigos, confortado con los auxilios espirituales de la religión católica, deseo último que la vida le concedió.
Murió el 3 de diciembre de 1975 a los 88 años de edad.
|