Octubre-Diciembre 2004 21
ISSN 1317-987X
 
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Salud hoy
 





Resistencia Bacteriana en Venezuela:Reportes clínicos suplen carencia de nuevos fármacos

El contexto es determinante


Si bien la resistencia bacteriana es universal, es decir, se presenta en casi todos los rincones del planeta, no se observa con los mismos matices ni en las mismas proporciones. Varía de un país a otro, de una ciudad a otra, de un hospital a otro e incluso, de un servicio médico a otro. “Si nos vamos al ámbito latinoamericano -explica el Dr. Castro- nos parecemos groseramente, a diferencia de los asiáticos, los Estados Unidos o Europa. Es decir, hay un fenómeno macro regional, hay fenómenos micros locales e incluso fenómenos micro hospitales. El Hospital Vargas de Caracas no es igual en resistencia al Hospital Pérez Carreño, tienen algunas particularidades. En todo ese marco, hay variaciones”.

¿Por qué son tan disímiles los índices de resistencia? Por las características particulares de cada escenario. Como lo señala el Dr. Castro, “la resistencia bacteriana es la sumatoria de una ecuación que tiene múltiples factores involucrados, entre los cuales están: la mala utilización y la disponibilidad de los antibióticos, así como la utilización de antibióticos en animales”.

A juicio del Dr. Castro, el proceso sería más o menos de la siguiente manera: “A los animales, a las vacas, se les da antibióticos para evitar que tengan algún tipo de enfermedades, y nosotros nos tomamos la leche o nos comemos la carne de esas vacas, y esos antibióticos pasan al humano de alguna manera. Además, a las hortalizas se les echa pesticidas y antibióticos; y nosotros comemos vegetales que también tienen antibióticos que, de alguna forma, influencian los mecanismos de resistencia bacteriana. Por eso entendemos que hay algunas diferencias regionales en términos de la magnitud de la resistencia en relación a un antibiótico y a una bacteria en especial”.

Las personas adquirirían cepas resistentes no de manera inmediata, sino después de cierto tiempo. El alimentarse de carne u hortalizas con las características antes mencionadas no garantiza la formación de resistencia bacteriana. Pero cuando ésta ya se ha detectado, las condiciones propias de los pacientes y de los centros hospitalarios donde se encuentran, comienzan a jugar un rol fundamental en el tratamiento de este problema.

“Los patrones de resistencia pueden ser completamente diferentes por las condiciones autóctonas de cada uno de los servicios médicos, y si no hay las medidas de control de infección, como lavado de manos y contacto, estas cepas se van transfiriendo de paciente a paciente, que es el gran problema de la resistencia bacteriana. Una vez que tienes una bacteria resistente y no se toman las medidas de aislamiento y contacto, el mismo personal de salud, al momento de tratar a un paciente, se la va a llevar (a la bacteria) en la misma ropa, en las manos, en el estetoscopio, donde sea”, puntualiza el Lic. Calvo.

De allí que sea relevante supervisar los valores de resistencia de cada institución. “Porque -acota la Dra. Cáceres- no necesariamente las bacterias del Hospital Universitario de Caracas van a tener los mismos niveles de resistencia ni van a ser iguales que las bacterias del Hospital Pérez Carreño. Entonces, cada centro tiene que tener su vigilancia de la resistencia bacteriana. Eso varía a nivel de cada institución, y a nivel de los países por supuesto que también”.

Justamente, el Dr. Guzmán hace hincapié en este último planteamiento, al sostener que “una cosa buena es que no solamente hay datos de resistencia venezolana, sino que ya hace algunos años hay sistemas multinacionales que vigilan resistencia. En algunos casos, Venezuela tiene menos resistencia que otros países. En otros, Venezuela tiene igual o más resistencia en algunas bacterias”.


Siempre en alza
Aunque sean diferentes los valores de resistencia bacteriana entre los países, ésta ha aumentado considerablemente en los últimos años. “Por ejemplo -señala el Lic. Calvo- el Streptococcus pneumoniae era considerado universalmente sensible a la penicilina en la década de los 70. Los primeros datos de resistencia a penicilina del Streptococcus los hizo la Lic. María Gómez, del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela, en donde señalaba una resistencia intermedia de aproximadamente entre un 4% y un 5%, y muy poca resistencia alta. Actualmente la resistencia alta del S. pneumoniae es de un 20%. Es un ciclo evolutivo”.

La Dra. Cáceres también considera que la resistencia a los antibióticos se ha incrementado, pero, a su juicio, Venezuela aún no tiene registros de resistencias muy fuertes o poco comunes como sucede en otros países desarrollados, “donde ya hay bacterias, por ejemplo, Staphylococcus aureus, resistente incluso a vancomicina. No tenemos problemas tan graves con el Enterococcus y otras bacterias, pero cada vez más vemos el aumento de la resistencia en general, tanto en los hospitales como en las clínicas privadas, e incluso en cepas de pacientes que vienen de la comunidad con infecciones”.

Es decir que, en palabras del Lic. Calvo, “nuestras bacterias todavía son nobles. Son condiciones inherentes de cada centro y de cada país. Es algo que, realmente, no se puede establecer. Los antibióticos que se utilizan son una bomba de presión selectiva para generar resistencia en un momento dado. Porque, por ejemplo, si usas de manera continua un antibiótico específico, se generan las condiciones de que llegó una cepa resistente a este hospital y se pasó de paciente en paciente”.

A esta preferencia contextual se añade otra variante importante: la medicina todavía no ha vislumbrado una alternativa al uso de los antibióticos, es decir, otro tipo de medicamentos ante los cuales las bacterias no desarrollen resistencia. Según el Dr. Castro, “se ha intentado pero no se ha logrado. Se intenta que en el perfil de los antibióticos nuevos estos presionen menos la aparición de resistencias”.

Pero, como lo explica el propio Castro, no se trata solamente de una característica innata de las bacterias de protegerse de las amenazas externas, ni de una disposición molecular de los antibióticos de provocar resistencia. “Está relacionado fundamentalmente con el mal uso que hacemos los humanos sobre los antibióticos. Si un antibiótico no se indica en la frecuencia indicada, con indicaciones específicas, en el intervalo y en las dosis adecuadas, en vez de hacerle bien al paciente, termina exponiendo la bacteria al antibiótico y haciéndola resistente”.

Siempre habrá resistencia, desde el mismo instante en que una bacteria o un grupo de bacterias se pongan en contacto con un antibiótico. Sin embargo, la Dra. Cáceres indica que “aquellas personas que han sido sometidas a hospitalizaciones frecuentes o que tienen mucho tiempo hospitalizadas; o que han sido sometidos a intervenciones quirúrgicas, sobre todo abdominales, y han recibido múltiples antibióticos, tienen la posibilidad de seleccionar cepas muy resistentes. Generalmente esos pacientes han sido sometidos a la utilización de muchos antibióticos durante el tiempo de hospitalización. Y aunque esto es necesario hacérselo a los pacientes, ellos están, desde el punto de vista de sus defensas y desde el punto de vista de la presión que ejercen los antibióticos que les colocan, muy predispuestos a tener cepas muy resistentes”.

Resulta de mucha utilidad tener presente todas estas particularidades, es decir, el contexto, el tipo de bacteria y las condiciones clínicas de los pacientes. Con todo, es muy difícil determinar exactamente cómo y cuándo una bacteria puede hacerse resistente a los antibióticos. Según el Dr. Castro, “eso puede aparecer desde un día usando antibióticos hasta 40 días; o que uno adquiera la bacteria resistente de otro paciente, por expectoración, estando hospitalizado, por contaminación en un quirófano, un niño lo traspasa a una guardería… Hay millones de posibilidades”.

Introducción
Maniobra multifactorial
El contexto es determinante
Sistema venezolano de vigilancia
¿Qué hacer para disminuirla?

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





Instituto de Medicina Tropical - Facultad de Medicina - Universidad Central de Venezuela.
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