Enero-Marzo 2005 22
ISSN 1317-987X
 
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Salud&Sociedad
 





Dr. Blas Bruni Celli: Un perseverante incondicional

Seguid el ejemplo que el hogar dió


Estando ya en el bachillerato, y sin dejar su pasión por la historia y el conocimiento, apareció en su vida una nueva inspiración: la Biología. Sin embargo, el Dr. Bruno Celli sostiene que la fuerza impulsadora de su espíritu médico provino directamente de la actitud caritativa que sentían sus padres hacia aquella sociedad deprimida y en la cual consiguieron asiento. “Mi pasión por la Medicina viene de ver a mis padres, provenientes de una sociedad un tanto evolucionada, dispuestos en todo momento a brindar ayuda a la gente”. Agrega, como anécdota, que en aquella época el alimento fundamental eran los granos y “fue mi padre quien habló con las maestras de la escuela para enseñar a la gente lo saludable de la lechuga y demás hortalizas”.

Es así como viene a la ciudad de Caracas decidido a emprender una carrera universitaria que le permitiese ayudar a la gente. Todas y cada una de las profesiones proporcionan algún tipo de bienestar a la sociedad. La Medicina, ciencia que deja en manos expertas la vida de muchos, fue su elección.

No sólo de Medicina vive el Hombre

Contaba con pocos recursos económicos y se hacía inminente recibir algo más que la valiosa ayuda de sus padres. Y tratándose de un joven deseoso de lograr su carrera de médico en la Universidad Central de Venezuela, no es de extrañarse su desempeño en labores periodísticas con tal de lograr sus metas. “En el diario Ahora fui corrector de prueba; el horario era de 10:00 p.m. a 2:00 a.m. y aunque al día siguiente me daba un poco de sueño, era como me ganaba la vida de estudiante”, comenta Bruni Celli sin hacer creer que esta actividad fuese pesada. “Como yo escribo con los diez dedos, fui contratado por una casa especializada en hacer tesis doctorales -muestra orgulloso sus prominentes manos- cada página costaba 1 locha y por cada 16 páginas me ganaba 2 bolívares, una cantidad importante”, exclama.

Por si fuese poco, el joven estudiante de Medicina conjugaba sus actividades académicas y laborales sin apartarse en algún momento de ejercitar su afición histórico – literaria. Es como en el año 1945, escribe Procerato Tocuyano, obra en la que demuestra la importancia de su pueblo natal, El Tocuyo, en la integración de la nacionalidad venezolana.

Y es que para este personaje venezolano que inicia la entrevista expresando su escepticismo cuando conoce a alguien que se dedica sólo a una actividad, “porque me parece muy raro estar ocupado en una única cuestión”, podemos comprender que, ciertamente la curiosidad es algo innato al hombre desde sus primeros años de vida. Y luego de conocer algunos aspectos de la vida de Blas Bruni Celli, podemos asegurar que ha desarrollado el ímpetu de la curiosidad en mayor medida que otros hombres; mejor aún, lo ha hecho con un deleite incondicional que inspira su búsqueda insaciable del saber universal. “El conocimiento no ocupa espacio en el cerebro, lo que ocupa es tiempo”, comenta satisfecho.

Genéticamente curioso
Seguid el ejemplo que el hogar dió
La humildad es de sabios
Un alma intangible con cuerpo visible
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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