Cabe destacar que para el funcionamiento de cualquier institución hospitalaria, el personal de enfermería es considerado indispensable. La señora. María Rosa Pernía, fue enfermera del Universitario desde el 16 de agosto de 1956, apenas tres meses luego de ser inaugurado. En aquella época, recuerdan nuestros entrevistados, que lo que más abundaba era la mística y el respeto en todos los ámbitos de la dinámica social venezolana. El HUC no era la excepción. “Enfermeras titulares y subalternas podíamos tener una amistad, pero en las instalaciones del hospital la jerarquía se mantenía”.

Aquellos primeros años de funcionamiento del hospital, también se distinguen por una gran organización. “A cada paciente se le hacía un inventario de entrada y uno de salida, de todas sus pertenencias”. Con esto se garantizaba la seguridad de los artículos personales de los pacientes que ingresaban al hospital. Así mismo, la señora Pernía recuerda que la ropa de cama solía cambiarse 2 veces por semana y todas las enfermeras disponían de manoplas para el aseo de cada paciente. Otro dato curioso, es que durante la comida del almuerzo, el postre podía ser o bien algún helado o diversas frutas, dependiendo de la dieta del paciente.

Zoraida Ovelmejía, enfermera del HUC desde el año 1975, fue subalterna justamente de la señora Pernía. “Antes las superioras eran muy estrictas en cuanto al uniforme y el trato jerárquico que debía mantenerse en todo momento entre las enfermeras. Lamentablemente hoy en día esto se ha flexibilizado”. Sin embargo, los recuerdos de su labor como enfermera dentro del Hospital Universitario de Caracas, señalan sin duda, que el hospital es el segundo hogar para Ovelmejía: “Adoro esta institución. Aquí pasé 30 años de mi vida, tuve mis hijos aquí” –comenta emocionada.