Julio-Septiembre 2002 12
ISSN 1317-987X
 
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Personajes
 



Luis Daniel Beauperthuy
Visionario de la medicina venezolana

Venezuela adopta un hijo


Una vez aprobada la petición de Luis Daniel Beauperthuy, hecha al Museo de Historia Natural de París, éste parte de Francia en 1838 para su tierra natal, la Isla de Guadalupe, en la que permaneció algunos meses. Luego, en el año 1839 llegó a Venezuela para iniciar formalmente su trabajo como viajero naturalista del Museum. Pero no fue sino hasta 1841 cuando decidió instalarse definitivamente en dicho país, haciendo de la ciudad de Cumaná, actual capital del Estado Sucre (ubicada en la región nororiental), su hogar definitivo.

Sus labores como investigador, médico y recolector de especies animales y vegetales no fue el único punto de atención en la mente de Beauperthuy, pues aquellos parajes también fueron propicios para que conociera el amor. De hecho, un año después de haberse instalado en ellos, exactamente el diez de noviembre de 1842, contrajo matrimonio con Ignacia Sánchez Mayz, quien le dio tres hijos. Ella fue una de las razones por las cuales la proposición de viaje realizada por el antillano, cuya duración estaba estimada para tres años, terminó convirtiéndose en el resto de una vida dedicada a la ciencia y a la salud.

Para este personaje no fue fácil llevar a cabo las tareas que le correspondían como agente de la institución francesa antes mencionada, pues a las dificultades implicadas, ya de por sí, en el envío de los elementos de flora y fauna prometidos, se sumó el incumplimiento en los pagos que dicha instancia debía hacerle por la realización de su trabajo.

La carencia de recursos económicos le obligó a dedicar una buena parte de su tiempo a otras actividades, más involucradas con el ejercicio de la medicina, en diversas ciudades venezolanas tales como Barcelona, Maturín, Caracas e incluso en la Isla de Guadalupe, su lugar de nacimiento. Al respecto, Ricardo Archila (2, p.8), en su libro Beauperthuy, revisión de una vida, señaló lo siguiente:

Beauperthuy revalidó su título de médico en nuestra Ilustre Universidad (Universidad de Caracas, actualmente, Universidad Central de Venezuela), según consta en el documento que le fue expedido por el Tribunal de la Facultad Médica con fecha veinte de mayo de 1844 (...) Beauperthuy fue en varias oportunidades miembro integrante de las Juntas Locales de Sanidad; en 1859, lo designaron Médico Cirujano Mayor del Ejército en el Estado Federal de Cumaná; Médico de los Pobres y Desvalidos en 1865 y Médico del Hospital de Lazaros en 1867. En 1853 y 1854, era médico de ciudad, época de martirio para Cumaná cuando fue arrasada por espantoso terremoto y azotada, sucesivamente, por terribles epidemias de fiebre amarilla, viruela y cólera. Entre el afecto de su honorable hogar, la pasión incontenible por su microscopio, el desempeño de los cargos citados y los estudios escudriñadores acerca de la fiebre amarilla, la lepra y otras enfermedades de no menor importancia, discurrió el tránsito de Beauperthuy por Cumaná hasta 1870...

Todo el tiempo que este hombre de ciencia estuvo dedicado a sus obligaciones profesionales (aproximadamente quince años), fueron para él una suerte de caldo de cultivo que le permitió formular una de las teorías por las cuales es más reconocido y admirado, , actualmente: que el mosquito era el elemento responsable de la transmisión de la fiebre amarilla, pues éste al introducir su aguijón en la piel humana bombea parte de su sangre (infectada con el virus responsable de dicha afección), y la mezcla con la de la persona a quien pica. La importancia y el valor de tal afirmación, fruto de detenidas observaciones en su microscopio anacrònico "Vincent Chevalier", viajes, trabajos para combatir las epidemias desatadas, etc., es reconocida nuevamente por Archila (2, p.12) cuando afirma:

...contrariamente a todos sus contemporáneos y a los sistemas científicos vigentes entonces, Beauperthuy elaboró su propia hipótesis, según la cual la mayoría de las enfermedades obedecían a la presencia de parásitos, los que eran transmitidos, casi siempre, por la inoculación insectil. Quizá pueda criticársele su excesiva generalización, de tal manera que en él era casi un impulso predominante la creencia de que todas las enfermedades eran parasitarias, propiamente dichas, o eran producidas por virus o venenos vegetales o animales, inoculados en la economía por mosquitos. No obstante, a la luz de los conocimientos actuales, no anduvo del todo extraviado el humilde y preterido sabio de Cumaná, por cuanto son hoy realidades comprobadas la existencia de procesos patológicos causados por parásitos, la transmisión de un gran grupo de enfermedades por medio de mosquitos, siendo además admisible el hecho de numerosas transmisiones de infecciones por insectos varios, moscas, mosquitos, pulgas, piojos, chinches, etc., y en lo relativo a la fiebre amarilla selvática, su propagación por más de una especie de mosquito. ¡Para verdades, el tiempo!

Luis Daniel Beauperthuy no sólo dio con la causa de dicho padecimiento. También elaboró algunas sugerencias que permitirían controlarlo, una vez adquirido, y evitar su dispersión en centros poblacionales. Fue así como propuso la eliminación de los depósitos de agua, los cuales consideraba propicios para la cría de este tipo de insectos, el empleo de mosquiteros para impedir las picaduras y los tratamientos a base de quinina.

Sus formulaciones acerca del paludismo fueron definitivamente elaboradas a raíz de una epidemia (de dicha enfermedad) desatada luego del terremoto ocurrido en Cumaná en 1853. Un año después, 1854, fueron dadas a conocer en la Gaceta Oficial de dicha localidad. Posteriormente, Beauperthuy le envío a la Academia de Ciencias en París una memoria en la que comentaba con detalle sus planteamientos. Pero, la misma no fue del todo bien recibida; y no es para menos: con ella se daba al traste con el dogma científico que atribuía a los miasmas la transmisión de algunas enfermedades. Uno de sus principales defensores, y a la vez, opositor de este personaje, fue el médico de la Marina Francesa J.M.P. Brassac. De acuerdo con lo explicado por Ceferino Alegría (1, p.122) en Historia de la Medicina en Venezuela, dicha teoría atribuye la adquisición de ciertos males a "...efluvios provenientes de las materias vegeto-animales descompuestos...", las cuales "...se difunden en el aire con más o menos intensidad según ciertas predisposiciones individuales...".

Además de sus trabajos científicos, este médico antillano también se desempeñó como profesor de anatomía, entre los años 1850 y 1852, cuando se establecieron los estudios de medicina en el antiguo Colegio Nacional de Cumaná. También fungió como agente consular del gobierno de Francia e incluso bregó por mejorar los procedimientos con los que se obtenían sal, en la localidad sucrense de Araya.


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Bibliografía

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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