Abril-Junio 2010 42
ISSN 1317-987X
 
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Anatomía Patológica
Hibridación Genómica Comparada: Una revisión de los estudios sobre las alteraciones cromosómicas en la neoplasia intraepitelial y el carcinoma cervical durante la infección con el VPH.

Discusión

En el fenómeno de la carcinogénesis cervical, además de la infección por el VPH de alto riesgo, parecen jugar un rol muy importante algunas alteraciones en genes supresores de tumores (11,21). Estudios sobre la pérdida de la heterocigosis en la neoplasia cervical ha demostrado pérdida de determinadas regiones cromosómicas, particularmente 3p, 4p, 5, 6, 11q y 17p, alteraciones estas que parece implicar a genes supresores de tumores (22,23,24,25). El análisis de la localización de los genes frecuentemente involucrados en estos cambios ha demostrado a TGM 4 y MLH1 en 3p, HLA, WAF1 y TNF en 6p, STMY, PGL, NCAM y CD3D en 11q, e igualmente los genes CRK, ABR y HIC1 en 17p (26). Hace varios años se describieron aneusomías cromosómicas en NIC y en el carcinoma cervical (26) y se sabía que éstas afectaban particularmente a los cromosomas 3, 7 y X (27). Investigaciones posteriores han enfatizado la relación entre éstas alteraciones cromosómicas y la inestabilidad genética, y se describió la presencia de aneusomías en el cromosoma 1, con micronúcleos, y la existencia de cromosomas ectópicos en casos de NIC (28). Se ha descrito que el 93% de los carcinomas epidermoides y adenocarcinomas del cuello ueterino mostraron pérdidas en diversos locus del cromosoma 4, la mayoría de ellos en los brazos largos; en estos casos, la detección del VPH 16/18 fue paralela a los resultados que mostraron una predominancia de estas alteraciones en los adenocarcinomas (82%) al compararlas con la del carcinoma epidermoide (31%), sin embargo, la prevalencia de la infección por VPH fue similar (85% en ADC y 73% en carcinoma epidermoide), lo cual refrenda la importancia de la participación viral en la progresión de la neoplasia. Las deleciónes del cromosoma 4 parecen ser frecuentes en el cáncer cervical y las diferencias antes señaladas posiblemente se deben a diferentes localizaciones de las regiones génicas afectadas en este cromosoma (22,29). En 23 de 31 lesiones NIC1 a NIC3 y carcinoma infiltrante del cérvix positivas a VPH 16 se observaron alteraciones cromosómicas, tetrasomías en 9 casos, aneusomías y polisomías en 8 de 10 casos de NIC3 y carcinoma inflitrante; estos resultados sugieren en su forma episomal, el VPH induce trisomías y tetrasomías y cuando está integrado aumenta el número de aneusomías y de polisomías (30). Se ha estudiado el gen PICK3CA y se describe en un 43% de las copias de 3q en el cáncer cervical (31, 32,33 ). Este gen se detecta en la amplificación de 3q26.3, y su expresión es la proteína p110α asociada con incremento de la actividad de kinasa y alteraciones del crecimiento celular con disminución de la apoptosis (33,34). El gen de la triada frágil-histidina FHIT localizado en el cromosoma 3 (3p14.2) también ha sido implicado en la carcinogénesis cervical (35). La expresión aberrante del gen FHIT ha sido descrita como un factor de mal pronóstico en el cáncer cervical asociado a la infección con VPH (36). La presencia temprana en NIC del gen FIHT ha planteado utilizar su detección en muestras de grandes poblaciones como una guía para señalar alteraciones tempranas en la carcinogénesis cervical (37). En un trabajo más reciente realizado en México se señala a través de micromatrices de ADN y con HiGC al gen FHIT de 3p14.2, e igualmente se describen alteraciones por ganancias o pérdidas en el cromosoma 4 (4q24), también del gen KIT en 4q11-q12, los cromosomas 1p32.3, 8p23.3, 9qtel, 13q14, y Xq12; curiosamente alteraciones del brazo largo del cromosoma 18 (18qtel) (38). A pesar de ser poco mencionado en relación con el cáncer cervical, seleccionamos este cromosoma para ser examinado con HiGC en nuestro trabajo y con el pudimos demostrar marcadas poliploidías en un caso de NIC2 ( Ver Figs. 6 y 7). A través de una línea celular de queratinocitos del cérvix que adquirieron VPH16 por infección natural, se ha logrado demostrar como la incorporación del genoma viral se produce en las células tras una larga fase episomal y cuando esto ocurre, es a través de una deleción en el cromosoma 3 como consecuencia de la represión post trascripccional ejercida por E2 la cual conlleva a la desregulación del promotor homólogo con incremento de los niveles de proteínas en E7(39). Se sabe que las proteínas E6 y E7 del VPH-16 son capaces de provocar amplificación del centrosoma con desfase de los cromosomas durante la mitosis. Estás anormalidades provocan inestabilidad cromosómica. La poliploidía se produce como consecuencia de una falla en la conformación del huso, secundaria al efecto de E6 y E7 sobre las funciones de p53 y de las proteínas de la familia del gen del retinoblastoma, con desregulación de genes como Plk1, Aurora-A, cdk1 y Nek2 que controlan la transición de la fase G2-M en la progresión hacia la mitosis (40). Inestabilidad cromosómica con tetraploidías es un evento temprano en la carcinogénesis cervical, y los queratinocitos alterados por la infección con VPH de alto riesgo tienden a hacer aneuploidías frecuentemente con pérdidas en el cromosoma 17 (41). En la piel vecina al carcinoma epidermoide de vulva se ha detectado inestabilidad cromosómica ( aneuploidías ) en sincronía con la neoplasia y en particular se han descrito anormalidades del cromosoma 17 que no se observan en áreas de piel normal; este tipo de estudios hechos con FISH han demostrado pérdidas en el cromosoma 17 en un 5% de los casos y siempre asociadas a la infección con VPH (42). Todas las evidencias de amplificación descritas en el cromosoma 3, con tetrasomías del mismo y con simultaneas trisomías del cromosoma 17 valieron para que estos fuesen seleccionados por nosotros para estudiarlos con HGC. La poliploidía como evento temprano durante la carcinogénesis cervical predispone a la aneuploidía, la cual conduce directamente hacia la malignización, conclusiones estas señaladas por Liu Y y col., quienes demostraron que E6 es capaz de inducir poliploidía por la vía de p53 pero también independientemente de ese mecanismo(43). Otros creen que pueden ser las aneuploidías las directamente inductoras de la inestabilidad genética y de los cambios neoplásicos (44); cualquiera de las dos hipótesis puede ser válida y de aquí que destaquemos la importancia de la poliploidía en la evolución hacia la carcinogénesis (45,46). G Marzano y col demostraron la importancia de las aneusomías de los cromosomas 3 y X en el desarrollo y la progresión de las lesiones de NIC hacia la malignidad (47). El análisis del cromosoma-1 ya mencionado previamente ( reveló una tendencia lineal positiva entre la frecuencia de aneusomía y el grado de lesión cervical y una asociación entre aneusomía y la infección de VPH de alto riesgo, resultados estos que han sugerido la utilidad del cuantificar el número de células cervicales con aneusomía del cromosoma-1 como un biomarcador de riesgo de cáncer (48). Nuestras observaciones utilizando sondas centroméricas para los cromosomas 3, 17 y 18 se muestran en varias imágenes expuestas en este trabajo. Un mayor número de alteraciones en las muestras de NIC2 y NIC3 con poliploidía en el cromosoma 3 coinciden con los cambios cromosómicos tempranos previamente descritos por otros investigadores, y son similares a nuestros hallazgos ( Ver Fig 3 ). En 1996 NG Mullokanddov y col., describió pérdida de la heterocigosis en el 15% de los cromosomas 17, en un 35% en el cromosoma 18 y en un 39% del cromosoma 3 en el carcinoma del cuello uterino asociado a la infección con el VPH (49). La observación ocasional de poliploidías y más frecuentemente de pérdidas tardías en el cromosoma 17 coinciden con evidencias ya señaladas y también con los cambios observados en los casos de cáncer. ( Ver Fig 4 ). Los estudios con micromatrices de ADN han servido para precisar la localización de diferentes genes que sufren alteraciones en el cáncer del cuello uterino (33,34,38,41). La utilización de la técnica de HGC puede ser útil para detectar los cromosomas que poseen genes que muestren ser importantes en el desarrollo de los cambios asociados al proceso de malignización en el carcinoma del cuello uterino.




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Materiales y Métodos
Resultados
Discusión
Referencias

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