El cáncer anal, aunque es poco
común, aumentó progresivamente durante los últimos años y existe información en
los Estados Unidos donde a comienzos de la década de los años noventa del
pasado siglo XX era más frecuente en mujeres que en hombres, en personas de
raza negra que en los caucásicos y en los habitantes de las ciudades más que en
los de áreas rurales (1). Cada año se
diagnostican en los Estados Unidos alrededor de 1600 nuevos casos de cáncer
anal en mujeres y unos 900 en hombres, donde las mujeres de raza blanca
presentan más casos de cáncer anal que las de otras razas y los hombres de raza
negra presentan más casos de cáncer anal que los de otras razas(2).La
edad promedio de estos pacientes, evaluada para el año 1988, sobre 5070 casos,
se estimó en 60 años, y para esa época la cifra de casos en mujeres (3050) era
superior a la de los hombres (2020). Se consideró que el cáncer del canal anal
estaba asociado al uso del cigarrillo y a prácticas sexuales (3). A finales del siglo
pasado entre 1973 y el año 2000 se observaron cambios en la incidencia de esta
neoplasia, en grupos de mujeres mayores de 65 años de
edad, la incidencia del cáncer anal era mayor que en hombres (3.73 por 100,000
hombres vs. 5.11 por 100,000 mujeres); igualmente hay un discreto incremento de
la presencia de cáncer anal en mujeres entre 50 y 64 años comparadas con los
hombres (2.09 por 100,00 hombres vs. 2.59 por 100,000 mujeres), sin embargo en
grupos erarios de menor edad (20-49 años), la neoplasia anal predomina en
hombres (0.74 por 100,000 hombres vs. 0.55 por 100,000 mujeres)4).
Actualmente la
Sociedad Americana del Cáncer ha señalado que para el año
2013 existirán cerca de 7060 nuevos casos diagnosticados en los Estados Unidos,
de los cuales 4430 serán en mujeres y 2630 en hombres, con 880 muertes, 550 de
ellas en mujeres y 330 en hombres 5).
La causa del
cáncer del canal anal sabemos hoy día que está directamente relacionada con la
infección por el virus del papiloma humano (VPH) (2,6). El VPH 16 es el tipo más comúnmente detectado en el esta
neoplasia, habiéndose señalado que VPH 18 es más frecuente en los
adenocarcinomas (7). Si bien casi todos los casos de cáncer del cuello uterino son causados por el VPH (8), en
general, al VPH se le han atribuido aproximadamente el 90% de los cánceres de
ano (9).
El riesgo de padecer esta neoplasia va en aumento y es más común en las
personas con la práctica sexual del coito anal pasivo que ha aumentado el
número de individuos capaces de contraer infección por el virus del papiloma
humano (10,11). Por otra parte, hay numerosas evidencias de la relación entre el cáncer
del cuello uterino y el cáncer del canal, tantas como se sabe existen entre el
cáncer anal y el de la vulva (12,13).
Desde una visión molecular, sabemos que el ADN del VPH
se integra en los cromosomas de las células del epitelio de transición en el
canal anal (14), aunque estudios experimentales han demostrado que
el VPH por si solo no es capaz de inducir la transformación neoplásica (15). El VPH de alto riesgo tipo 16 se ha
descrito en la neoplasia intraepitelial anal (NIA) y en el cáncer invasivo del
canal anal (16). Se sabe que existe una clara relación entre el VPH
de alto riesgo y la NIA
de alto grado, y con el carcinoma escamoso de la región anal (17), neoplasia
que se ha relacionado directamente con los hábitos sexuales, en particular
entre homosexuales y en hombres infectados con en VIH (18,19,20). Estudios sobre la relación entre el
VPH y el carcinoma escamoso de la región anal, han asociado al VPH 16 en más
del 80% de los casos de esta neoplasia (17, 20,
21, 22, 23).
En
este trabajo, analizamos biopsias de 15 mujeres con diagnóstico de NIA y cáncer
del canal anal, a quienes se les estudió, histológicamente y utilizando las
técnicas de biología molecular, de hibridación
in situ para VPH e hibridación genómica comparada (HGC). La importancia de
estos estudios moleculares para detectar alteraciones cromosómicas tempranas en
el cáncer del cuello uterino ha sido previamente enfatizada (24) y hemos examinado previamente algunos
aspectos de este problema en el epitelio cervical (25,26). Este trabajo sobre el cáncer anal esperamos
contribuya a destacar algunos de los aspectos antes mencionados.