Hernia diafragmática traumática crónica en fase catastrófica u obstructiva. Revisión de la literatura a propósito de un caso
Introducción
Los traumatismos toracoabdominal con lesiones del
diafragma a pesar de su reconocimiento temprano en la historia de la cirugía, las
cuales han sido adecuadamente entendidas y documentadas, por lo que siguen siendo
aún hoy una entidad de difícil diagnóstico.
Su consecuencia inmediata como lo es la ruptura
diafragmática o su alejada complicación como lo es la denominada hernia
diafragmática traumática, y en particular su complicación, la estrangulación de
las vísceras herniadas, conlleva una elevada mortalidad, hecho que jerarquiza
la importancia de dar a conocer sobre el tema (1).
El diafragma es un músculo delgado y ancho con una
forma de cúpula, que se apoya sobre la base del tórax u orificio inferior torácico,
constituyéndose un tabique músculo aponeurótico que viene a separar la cavidad torácica
de la abdominal (2).
Su origen embriológico, se da en la segunda semana del desarrollo, cuando aparecen
cuatro esbozos mesodérmicos que crecen hacia un punto central. Adelante el
septum transverso originado en el tercero, cuarto y quinto somite cervical
arrastra en su descenso al nervio frénico. Del septum transverso se
deriva la porción tendinosa del diafragma, atrás el mesenterio
dorsal origina los pilares del diafragma y lateralmente a ambos
lados se encuentran las membranas pleuroperitoneales (3,4).
Estos cuatro repliegues mesodérmicos, hacia la
séptima semana se fusionan separando la cavidad torácica de la
abdominal. Al cuarto mes los brotes musculares de la pared dorsal y
lateral invaden las membranas pleuroperitoneales, para formar la
parte muscular del diafragma, por lo se distinguen sus dos porciones una
posterior o vertical, constituida por ambos pilares y las arcadas del
diafragma, y otra horizontal esternocostocondral con dos cúpulas; la derecha
más alta convexa y anterior que la izquierda, separados por una depresión
central donde descansa el corazón (3-5).
Esta forma alta como se dispone el diafragma,
permite definir la región
toracoabdominal, delimitada por dos líneas horizontales la superior a
nivel de los mamelones y la inferior a nivel del reborde costal inferior.
En la región toracoabdominal los órganos del
compartimiento abdominal supramesocólico están cubiertos por la parrilla costal
y por consiguiente dentro del tórax, de cuya cavidad están separados por el
diafragma. Este es un elemento fundamental que debe tenerse presente, sobre
todo en las heridas penetrantes para sospechar la lesión del diafragma.
Los traumatismos cerrados que provocan roturas del
diafragma son en la gran mayoría de los casos provocados por accidentes en el
tránsito en los que hubo colisión de vehículos. Boulanger, encuentra sobre un total de 80 pacientes con
roturas diafragmáticas por traumatismo cerrado, que el 86% fue secundaria a
colisión vehicular a alta velocidad, pero pueden existir otras causas, como el
arrollamiento vehicular persona embestida, precipitaciones de altura y las
agresiones corporales son excepcionales (6,7).
Esta estrecha relación causa-efecto, estaría
relacionada con la magnitud del trauma el cual es necesario para
provocar la rotura del diafragma, así como distintos factores de la cinemática
del trauma que aparecen en las colisiones a alta velocidad.
Los mecanismos patogénicos que estarían
involucrados en la rotura diafragmática por trauma cerrado, no están aun
completamente establecidos, sin embargo se plantean dos mecanismos
distintos que provocarían la lesión del diafragma: a. hipertensión abdominal brusca, secundaria
a aplastamiento o desaceleración grave; La presión intraabdominal normal es
menor de 12 cmH20, en un impacto cerrado abdominal puede incrementarse hasta
100 cmH20, esta presión se transmite a zonas de menor resistencia como es el
caso del diafragma, específicamente el lado izquierdo, especialmente si el
accidentado contiene la respiración y contrae la pared abdominal en el momento
del impacto. b aplastamiento de la base
del tórax, secundaria a impacto directo produce un hundimiento lateral
de la parrilla costal, que conlleva o condiciona el desgarro de las inserciones
costales del diafragma, e incluso a la rotura transversal de la cúpula
diafragmática.
Los traumatismos toracoabdominal con lesión
diafragmática ruptura, es tema de gran interés debido al surgimiento y a las
controversias provocada en cuanto a la conducta diagnóstica e inclusive
terapéutica, lo que debe centrar la atención en estos puntos controversiales
que se generan a partir de los dos grandes mecanismos lesiónales que son el
trauma cerrado y el penetrante (5-7).
El primer caso de hernia traumática del diafragma descrito,
esta atribuido a varios autores como Sennertus, quien, en 1541, realiza el
hallazgo necrópsico, en un paciente fallecido por la herniación y
estrangulación del colon a través de una brecha diafragmática secundaria a una
herida de bala recibida siete meses antes (8).
El cirujano renacentista francés Ambrosio Paré,
describió las consecuencias de la herniación de las vísceras abdominales a
través de lesiones traumáticas del diafragma en estudios necrópsicos.
En 1579, este realiza su observación en el cadáver de un capitán de la
artillería francesa, que habiendo sobrevivido ocho meses antes a una herida
de bala en el hemitórax izquierdo, muere por una oclusión intestinal. En
la necropsia encuentra que la muerte fue secundaria a la herniación, estrangulación
y posterior gangrena de un amplio sector del colon, migrado al tórax a través
de una pequeña herida diafragmática que "apenas permitía el pasaje
de un pulpejo del dedo".
También describe el primer caso de una hernia
traumática del diafragma secundaria a un traumatismo cerrado, en un
obrero muerto tres días después de sufrir un severo traumatismo abdominal,
en el que, al realizar la necropsia, encontró el estómago herniado a través de
una herida diafragmática (8,9).
A pesar de que las lesiones traumáticas del
diafragma son infrecuentes y escasa, hoy por hoy, se reconoce un aumento en su
incidencia debido a los avances y cambios tecnológico en el parque automotor con vehículo que desarrollan altas
velocidades con el incremento de los
accidentes en el tránsito con lesionados, así mismo por otra parte una sociedad
posmoderna caracterizada por una jungla de concreto que ha aglomerado a una
cantidad de individuos, lo que genera un mayor índice de violencia urbana
producto del uso de las armas de fuego y/o armas blancas, por lo que la incidencia
global en el número de traumatismos con lesiones traumáticas del diafragma,
(por trauma contuso y penetrante), es aproximadamente entre el 0,8% al 5,8%. En pacientes toracotomizados o laparotomizados
por trauma, se constataron lesiones diafragmáticas en el 4% al 6%, mientras que
la incidencia global de las lesiones diafragmáticas, en necropsias de pacientes
fallecidos por trauma, fue del 5,2% al 17%. No obstante, la incidencia de
lesiones diafragmáticas por trauma
cerrado, están representada entre un 0,8% a 1,6% del total de lesiones
constatadas en pacientes ingresados en la sala de emergencia de
cualquier centro hospitalario (10).
Por otra parte, la incidencia de las lesiones
provocadas por traumatismo penetrante,
que interesan al diafragma es entre 10% al 15% de las heridas penetrantes torácicas
y/o abdominales. Sin embargo, esta aumenta drásticamente cuando analizamos la
incidencia de lesiones diafragmáticas en heridas que comprometen el sector
toracoabdominal (7-9).
De acuerdo con el tiempo de evolución, las hernias
pueden ser agudas o crónicas. De acuerdo con la forma de presentación pueden
dividirse en fases o etapas. Las lesiones
diafragmáticas tienen mayor predominio en el sexo masculino, en el grupo etario
comprendido en el rango entre la 3ª y 5ª década de la vida.
Durante la valoración inicial de un paciente
traumatizado se pone mayor atención a las lesiones más evidentes y con
frecuencia se pasa por alto la probabilidad de ruptura diafragmática
traumática, siendo detectada finalmente días, meses o años después cuando las
estructuras o elementos anatómicos de abdomen se hernian a la cavidad torácica (9).
La paciente que reportamos en nuestra investigación
presento una hernia diafragmática traumática crónica
secundaria, quince años atrás donde sufrió un traumatismo toracoabdominal cerrado, producto de
un accidente de tránsito con colisión vehicular.
El objetivo de este trabajo es presentar un caso de una hernia diafragmática traumática crónica debido ruptura diafragmática secundaria a traumatismo cerrado toracoabdominal por colisión vehicular hace quince años atrás por una colisión vehicular. Se presenta con una frecuencia que oscila entre 0.8 y 5.8 % en todas las lesiones traumáticas toracoabdominales. Así mismo su forma de diagnóstico, su manejo terapéutico y la revisión la literatura actualizada. |