Celulitis orbitaria como complicación de linfangioma orbitario. Presentación de un caso clínico.
Introducción
La celulitis orbitaria es una patología infrecuente que afecta los anexos oculares posteriores al septum orbitario, puede aparecer a cualquier edad, pero es más común en los niños mayores y raramente compromete a infantes y neonatos. Es una infección potencialmente letal y con repercusiones graves. En la literatura, se encuentran pocos estudios sobre la incidencia de celulitis orbitaria. En un estudio realizado en Escocia en 2015, se reporta que la incidencia de esta patología en la población pediátrica es de 1,6/100.000, en comparación a 0,1/100.000 en adultos (1). Antes de la disponibilidad de antibióticos, la mortalidad alcanzaba hasta el 20 %, con las nuevas herramientas diagnósticas y antibioticoterapia apropiada el porcentaje ha disminuido significativamente, sin embargo la ceguera aún se presenta en 11 % de los pacientes. En cuanto a la patogénesis, se debe principalmente al paso de patógenos por contigüidad de infecciones paranasales, infecciones de piel o dacriocistits, de manera infrecuente por inoculación directa por traumatismos, fracturas o cirugías. En la etiología se involucran gérmenes como Haemophilus Influenza tipo B, Streptococus pneumoniae, Stafilococus aureus (2). El linfangioma orbitario corresponde a un tipo de tumor de orbita. Son malformaciones linfáticas que se manifiestan como lesiones congénitas que pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, incluyendo la región periocular. Normalmente están presentes desde el nacimiento, pasando desapercibidas hasta manifestarse clínicamente años después. Están formados por conductos y cavernas linfáticas dilatadas llenas de líquido. Las lesiones linfático-venosas orbitales son infrecuentes en la edad pediátrica. Suponen el 4 % de las lesiones ocupantes de espacio orbitarias. No suelen asociar déficit visual, aunque puede aparecer tras episodios repetidos de hemorragia intralesional. A nivel clínico pueden presentarse con alteración de la motilidad ocular, deterioro visual, proptosis brusca, compresión de nervio óptico y compromiso de músculos extraoculares (3). |