Las infecciones constituyen uno de los motivos de consulta más comunes en
nuestro país, originando el aumento de las prescripciones de antibióticos de
forma empírica para el manejo de las mismas (1); La resistencia a los antibióticos plantea una
amenaza cada vez mayor para la salud pública (2). Entre el 25 al 40% de los
pacientes hospitalizados reciben antibióticos de forma empírica (3), La
administración precoz de un antibiótico
disminuye la mortalidad en pacientes con bacteriemia, pero el
tratamiento empírico inapropiado alcanza hasta un 30% de los casos (4) (5). Diversos
estudios demuestran que los médicos prescriben antibióticos para las patologías
causadas por virus (como el resfriado común) (6). La prescripción inadecuada se
debe a muchos factores, como los pacientes que insisten en tomar antibióticos;
los médicos que no tienen el tiempo suficiente para explicar por qué los
antibióticos no son necesarios, y aquellos
médicos que no saben cuándo prescribir o cómo reconocer una infección
bacteriana grave o los que son demasiado cautos. (7) Según el programa
Venezolano de vigilancia de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos las
estadísticas del año 2006 sobre la evaluación cronológica de resistencia /
sensibilidad de los microorganismos reportan un
35 % de resistencia a los antibióticos comparado con un 65% de
sensibilidad en comparación al año 2005 donde la resistencia estaba en 29% y la
sensibilidad en el 71%(8). Demostrándose un aumento progresivo de la
resistencia bacteriana, lo que conlleva a una disminución de la calidad del tratamiento farmacológico en
el paciente venezolano; Además, el uso indiscriminado de los antibióticos conduce
a varias situaciones contraproducentes adicionales, desde todo punto de vista, entre
las que destacan: Sensibilización diseminada de la población, con aparición de
alergia, hipersensibilidad, fiebre y trastornos sanguíneos, entre los más
destacados. Cambios en la flora normal del cuerpo del usuario, con posibilidad
de enfermedad resultante por "superinfección", debida a crecimiento
excesivo de gérmenes resistentes al antibiótico utilizado. Toxicidad directa
del medicamento, particularmente con el uso prolongado o indiscriminado de
algunos agentes, desarrollo de resistencia al antibiótico en poblaciones
microbianas, primordialmente a través de la eliminación de microorganismos
sensibles en medios saturados de antibióticos como los hospitales y su
substitución por gérmenes resistentes a los mismos. Entre los beneficios que reportaría una administración más ajustada y
racional de la antibioterapia destacan un mejor pronóstico del enfermo, una
disminución en los efectos secundarios potenciales, una menor aparición de
resistencias de las bacterias y cierto ahorro en el gasto farmacéutico (9); Por
todo ello, se planteó como objetivo general de esta investigación estudiar la calidad en la prescripción antibiótica en
los servicios de urgencia y hospitalización de medicina Interna del Hospital Universitario Dr. Ángel Larralde, describiendo
las causas de una prescripción inadecuada y la eficacia de la terapia antibiótica
administrada de acuerdo a la patología presentada por el paciente.