Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
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Anatomía Patológica
Calcifilaxis: estudio clí­nico- patológico de 2 casos con desenlace fatal.

Introducción

La calcifilaxis o arteriolopatí­a cálcica urémica, es definida como la calcificación de las pequeñas arterias que ocurre como consecuencia de hiperparatiroidismo en pacientes urémicos. (1)

Inicialmente fue definida por Seyle como una condición de hipersensibilidad que da como resultado la calcificación "metastásica" en varios órganos. (2)

La calcifilaxis es una condición infrecuente que afecta del 1 al 14% de los pacientes con insuficiencia renal crónica terminal y al 1% de los pacientes dializados. La edad de aparición de la enfermedad varí­a entre los 6 meses y 83 años, con una media de 48 años. (3, 4)

La calcificación vascular ha sido reconocida por muchos años como una complicación común de la enfermedad renal crónica y marcador predictivo de mortalidad. (5, 6, 7) La calcificación de la pared vascular, así­ como la proliferación endotelial y fibrosis de la í­ntima, producen engrosamiento marcado de la pared de los vasos y disminución de la luz de los mismos. En lesiones avanzadas, el calcio altera marcadamente la arquitectura vascular pudiendo llegar a ocupar la luz del vaso, encontrándose incluso depósitos extravasculares. Con frecuencia se observa trombosis de la luz en pequeñas arterias, arteriolas y vénulas. Los cambios morfológicos que ocurren en las paredes vasculares, afectan el calibre de la luz y comprometen el riego sanguí­neo, siendo responsables de isquemia en los tejidos blandos adyacentes, lo cual a su vez se ve agravado por cualquier alteración hemodinámica que provoque disminución del flujo sanguí­neo periférico. (1, 3, 8)

Se ha señalado como causa de muerte en estos pacientes, la sepsis con punto de partida en lesiones cutáneas necróticas sobre-infectadas, con la consecuente falla multiorgánica.

En pacientes con enfermedad renal crónica terminal en diálisis, se ha descrito como principal causa de morbi mortalidad a la ocurrencia de eventos cardiovasculares, con una mortalidad 20 veces mayor a la observada en la población general, en sujetos menores de 40 años. Hay que hacer notar que en estos pacientes, existen alteraciones propias del estado urémico per se, como sobrecarga de volumen, anemia y miocardiopatí­a urémica, las cuales a su vez contribuyen al aumento de riesgo CV. Así­ mismo, condiciones generalmente asociadas a estos eventos son la hipertensión arterial y la dislipidemia, consideradas factores de riesgo mayor para el desarrollo de disfunción endotelial con la consecuente aterosclerosis, la cual se ve acelerada en estos pacientes por la presencia de mediadores de inflamación crónica y la activación del sistema renina-angiotensina, como principales inductores de estrés oxidativo. En los casos de pacientes diabéticos, la presencia de hiperglicemia y de productos de glicosilación, amplifican la expresión de los mediadores de disfunción endotelial y por ende aceleran el proceso aterosclerótico. A pesar de todos los factores señalados, no todos los pacientes desarrollan calcifilaxis en el curso de la enfermedad renal crónica terminal en diálisis, por lo que hoy en dí­a no se conocen todos los aspectos etiológicos de la enfermedad, aunque se establecen algunos factores de riesgo como el sexo femenino, la obesidad, el hiperparatiroidismo entre otros. (9)

Patogenia de la calcificación y daño vascular en Enfermedad Renal Crónica:

La presencia de calcificaciones vasculares se asocia estrechamente a los trastornos del metabolismo mineral y óseo que se observan en el paciente con ERC. El origen de las células responsables de la mineralización en la pared vascular es aún desconocido, aunque evidencias experimentales señalan a la célula muscular lisa vascular (CMLV). Los osteoblastos y CMLV son células diferenciadas a partir de una misma célula mesenquimal pluripotencial. En el hueso, las células madres mesenquimales se diferencian a osteoblastos bajo la acción de factores de diferenciación como el BMP-2 (proteina morfogenética del hueso), que también se expresa en la pared de la arteria calcificada. (10, 11)

La hiperfosfatemia también ha sido ligada a un riesgo aumentado e independiente de mortalidad CV en pacientes en diálisis. El fósforo actúa directamente sobre la CMLV, induciendo la expresión de proteí­nas relacionadas con osteogénesis.

Sólo recientemente se ha establecido que existen inhibidores locales y circulantes de la calcificación de la pared vascular. Una de las proteí­nas que juega un rol importante en la prevención de la calcificación vascular es la proteí­na GLA de matrix (MGP). Una de las funciones principales de MGP es desactivar la BMP-2 y evitar que actúe en la pared del vaso como factor diferenciador a células de estirpe osteoblástica. La osteopontina también se expresa en abundancia en las zonas vasculares con calcificación e inhibe la cristalización de hidroxiapatita in vitro y la calcificación en CMLV en cultivo. Otras proteí­nas involucradas como inhibidores endógenos de la calcificación vascular son fetuina-A y osteoprotegerina (OPG). Los niveles séricos de fetuina-A se encuentran disminuidos en pacientes en hemodiálisis crónica y los niveles bajos se correlacionan inversamente con elevación de los niveles de proteí­na C reactiva y con mortalidad cardiovascular. La OPG, es un inhibidor de la calcificación, que regula la activación osteoclástica y su déficit en ratones provoca calcificación vascular, aunque sus mecanismos no han sido del todo dilucidados. Por otra parte, una concentración elevada de pirofosfato (PPi) previene la formación de cristales de hidroxiapatita y calcificación. Los ratones que carecen de la enzima pirofosfatasa fosfo-diesterasa-1 desarrollan un fenotipo alterado de la CMLV y calcificación vascular, así­ mismo, un déficit de PPi puede ocurrir en ERC terminal por remoción de PPi durante hemodiálisis. (10, 11)

Se ha planteado que el evento inicial en la calcificación vascular observada en uremia es la expresión de BMP-2, que inducirí­a la transdiferenciación de la CMLV a célula sí­mil a osteoblasto. El BMP-7, que se expresa ampliamente durante el perí­odo de crecimiento embrionario normal, es un morfógeno esencial para el desarrollo renal, esquelético y ocular, y se ha demostrado que inhibe la calcificación vascular. El BMP-7 es capaz de prevenir la transdiferenciación de CMLV hacia células de tipo osteoblástico y de esta manera actúa atenuando la calcificación vascular en pacientes con ERC. (10, 11)

No hay que olvidar, que en pacientes sometidos a diálisis, el uso de grandes dosis de calcio ví­a oral como agente quelante de fosfato así­ como la administración de grandes dosis de esteres de vitamina D para tratar el hiperparatiroidismo secundario, ya que suprime la secreción de PTH, pueden contribuir a episodios de hipercalcemia e hiperfosfatemia agravando la calcificación vascular y de los tejidos blandos. (5, 12)

En resumen, en la ERC existen diversas condiciones que facilitan la calcificación vascular al iniciar el proceso de transformación de CMLV a células condrocí­ticas u osteoblásticas, incluyendo la hiperfosfatemia, la uremia, la hiperglicemia y otros metabolitos. Este proceso puede acelerarse en el contexto de un alto producto calcio/fósforo o un remodelado óseo anormal, incrementando el riesgo de la calcificación vascular en pacientes en diálisis. Además la deficiencia de algunos inhibidores circulantes de calcificación o la producción local de otros, puede modular la calcificación vascular.

La técnica más exacta aunque no la deseada desde el punto de vista clí­nico para detectar y cuantificar la magnitud de la calcificación vascular y sus consecuencias en los tejidos blandos y órganos de la economí­a es el examen histológico post mortem. El estudio histológico de especí­menes quirúrgicos puede ser de ayuda cuando la muestra se toma de tejidos blandos comprometidos, ya que en todos los casos podemos evaluar el daño isquémico producto del compromiso de la micro-vasculatura, pero no siempre podemos poner en evidencia la calcificación vascular en el primer espécimen de biopsia. Los principales hallazgos histológicos incluyen: calcificación de la pared de vasos pequeños y tejidos blandos, proliferación intimal inespecí­fica de vasos pequeños con estrechez de la luz, trombos de fibrina en proporción variable y necrosis isquémica de piel y tejido celular subcutáneo. Los pequeños vasos involucrados en este proceso no pueden ser identificados como arteriales o venosos. Reacción gigantocelular de tipo cuerpo extraño e infiltrado inflamatorio mixto rico en neutrófilos puede ser visto. (13)

Otro método diagnóstico empleado es la radiologí­a, pero aunque la misma es altamente sensible, no es especí­fica. La TAC por su parte, permite detectar y cuantificar la extensión y severidad de la calcificación vascular aunque ésta no logra diferenciar entre los depósitos de calcio en la capa í­ntima y media vascular. El ultrasonido vascular y endovascular permite el análisis por separado de calcificación intimal en forma de placas y media calcificada. (14)


Calcifilaxis: estudio clí­nico- patológico de 2 casos con desenlace fatal.
Introducción
Materiales y métodos
Resultados
Discusión
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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