La gestión del riesgo en cirugía es un aspecto crítico que afecta tanto la seguridad del paciente como la eficacia del procedimiento. A lo largo de este artículo, se ha destacado la importancia del riesgo quirúrgico en múltiples niveles de la práctica médica, desde la evaluación preoperatoria hasta la atención postoperatoria. La identificación y manejo adecuado de los factores de riesgo, junto con una comunicación efectiva entre el cirujano y el paciente, son esenciales para mejorar los resultados quirúrgicos.

La actuación del cirujano, fundamentada en habilidades, técnicas y experiencia, juega un papel determinante en la minimización del riesgo quirúrgico. La toma de decisiones compartidas, una comunicación clara y la autonomía a los pacientes, sino que también contribuyen a su satisfacción y recuperación. La relación médico-paciente es, por lo tanto, un pilar fundamental que debe ser cultivado para garantizar una atención de calidad.

Finalmente, es fundamental que los cirujanos y el equipo médico continúen perfeccionando sus habilidades y enfoques en la gestión del riesgo. La implementación de protocolos de seguridad, como las listas de verificación quirúrgicas, y la promoción de una cultura de comunicación abierta y efectiva son estrategias clave para mejorar la seguridad del paciente y los resultados quirúrgicos. La atención centrada en el paciente, que fomenta la participación activa de los mismos en su cuidado, no solo mejora la experiencia del paciente, sino que también contribuye a la calidad general de la atención médica que reciben.