Octubre-Diciembre 2002 13
ISSN 1317-987X
 
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Dermatología
Ëtica en la estética y cosmética

Estética

Desde el punto de vista filosófico, es la rama que estudia el significado de la belleza en general, la naturaleza del arte y la validez de los juicios sobre la creación artística, independientemente de la naturaleza de dicha obra de arte, que en nuestro objeto de estudio sería el ser humano, máxima expresión de la Creación.

El término Estética comienza a ser utilizado por primera vez por Alexander Baumgarten en el año 1750, quien tomó la palabra griega “aisthesis”, que significa “sentido”, y definió la belleza como: …”la percepción de la sabiduría que se adquiere a través de los sentidos”, y consecuentemente la estética como la “ciencia del conocimiento sensitivo”. Pero Baungarten la consideró una forma confusa e inferior del pensamiento, y es Kant en 1790, quién reclamó el estatus de la estética a la par de la ética y la lógica o razón pura. Algo similar vivimos hoy día cuando después de haber considerado la estética del hombre como lo hizo Baungarten, nos unimos a Kant para reclamar sus derechos y defender su valor.

A pesar de que muchas especialidades han contribuido a desarrollar la historia de la medicina cosmética, la dermatología tiene una larga y particular línea de conducta en esta área. La piel es obviamente el órgano más accesible, ya que esta constantemente expuesto como imagen individual. El deseo por alterar la apariencia ha sido practicado desde la antigüedad y puede tener origen en la religión, la superstición y la cultura. Sin embargo, la moda es la fuente más actual del deseo de la humanidad por la manipulación cosmética.

La interpretación de estética es diferente para cada individuo y sociedad. Las sociedades primitivas hasta la actualidad practican tatuajes y escarificaciones para alterar permanentemente su apariencia. En la antigüedad, las conchas eran utilizadas para cortar la piel, y la tierra era colocada en la herida para agrandar el tamaño de la cicatriz.
Registros dejados por los egipcios reflejan una cultura obsesionada por la apariencia física personal. Médicos egipcios utilizaban resorcinol y pasta de sulfa para la exfoliación, también usaban aceites animales, sales y alabastros para mejorar la apariencia de la piel. El interés egipcio por la cirugía estética andaba de la mano con su arte y religión, prácticas mágicas se unían a la ciencia, en un esfuerzo por mejorar la piel. El papiro de Smith (1700 a.C.) contiene recetas para el rejuvenecimiento de ancianos y extensas descripciones de cirugías, cuidados postoperatorios y manejo de complicaciones. El papiro de Ebers (1600 a.C.) tiene una lista de prescripciones para hacer crecer el cabello (por ejemplo, puerco espín quemado con aceite).

Paralelamente, alrededor del segundo milenio en Mesopotamia, los médicos ya se habían especializado; los babilonios eran particularmente hábiles en cirugía. Los asus, o cirujanos operaban bajo las leyes draconianas de la mala práctica médica. El código de Hammurabi (2000 a.C.) sentenciaba que al cirujano que matase o destruyese el ojo de su paciente le serían amputados los dedos de sus manos.

Descripciones de las primeras cirugías cosméticas chinas se pueden encontrar en el Canon de Medicina (2600 a.C.). La medicina y la cirugía china influyeron en los persas y posteriormente en los musulmanes. En la India, el Rig Veda (1500 a.C.) mostraba un fuerte interés por la cirugía estética, principalmente de los ojos y la nariz. La nariz de las personas frecuentemente era retirada como forma de castigo, y por ende los cirujanos Hindúes se volvían tan competentes en reparar narices, que los oficiales pasaron a botarlas al fuego luego de cortadas.

En la Grecia antigua, muchas de las técnicas egipcias de exfoliación fueron mantenidas y perfeccionadas. Las mujeres que ejercían la medicina eran numerosas y se especializaban en cuidar la piel y el cabello. A pesar de que el término blefaroplastia se origina del griego blepharon (parpado) y plastos (forma), el romano Celsus fue probablemente el primero en describir la escisión de la piel del parpado superior en el primer siglo después de Cristo. Galeno escribió extensamente en el segundo siglo d.C., y describió médicos realizando reconstrucciones plásticas de defectos traumáticos.

El interés por la cirugía cosmética y por la medicina en general comenzó a disminuir con la caída de Roma, mientras tanto, los médicos chinos e hindúes continuaron perfeccionando sus técnicas. En Europa, durante el renacimiento, se despertó un gran interés por la cirugía cosmética con la traducción de los antiguos manuscritos griegos y romanos. Sin embargo, el progreso era limitado debido al desconocimiento sobre microbiología. Las infecciones frenaban los intereses de los cirujanos en alterar los tejidos, aunque a finales de siglo XIX apareció la antisepsia, permitiendo una nueva era en la cirugía cosmética que permanece hasta nuestros días.

Este nuevo interés por la cirugía cosmética viene desarrollándose en forma paralela a la dermatología como especialidad. La dermatología venía manteniendo un perfil de especialidad que trataba solo enfermedades de la piel, y es con el tiempo que recupera los preceptos antiguos de Egipto, Grecia y Roma. De la misma forma que sus antepasados, muchos dermatólogos han prestado especial interés en la cirugía cosmética.

Este interés prevalece hasta el día de hoy, hasta hace unos años nosotros pensábamos que el ejercicio dermatológico debía llevarse a cabo bajo el precepto de “mas ética y menos estética”, pues considerábamos que nuestro sino era curar enfermedades orgánicas. Poco a poco hemos comprendido la importancia de la apariencia y la necesidad de mejorar la estética pero con ética, debido a que consideramos que somos los profesionales más idóneos para manejar el cuidado de la piel y la apariencia.

Actualmente, estamos convencidos de que la estética no es una especialidad de menor importancia, pues ella cumple un papel central en la apariencia del individuo como ser bio-psico-social. La imagen tiene un gran significado dentro de las interacciones humanas, debido a que contribuye a sembrar en las personas, nuevas esperanzas e ilusiones de llevar una vida sana, participativa y competitiva socialmente.

Nuestra cultura tiene arquetipos de apariencia enraizados en nuestra educación. Las obras de artistas famosos como Miguel Angel y Leonardo Da Vinci, la tradición que nos han enseñado desde pequeños, a través de cuentos infantiles, acerca de hermosos jóvenes que logran la felicidad sólo con bellas mujeres y la idea de que la belleza exterior se encuentran relacionada con la belleza interior, genera una actitud en los individuos que influye en la salud y en las relaciones sociales y laborales.

Introducción
Etica
Estética
Principios estéticos
Etica y estética
Bibliografía

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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