Julio-Septiembre 2011 47
ISSN 1317-987X
 
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Microbiología
Úlceras crónicas: modelo de integración entre patología vascular, inmunológica e infecciosa

Tipos de úlceras

Las úlceras son una discontinuidad de la barrera epitelial, consiste en una herida convexa de bordes irregulares. Puede ser superficial afectando la epidermis o profunda dañando tejido nervioso y muscular, hasta exponer el hueso en el área de la lesión.(7)

Úlceras Vasculares

Heridas causadas por insuficiencias vasculares, donde el flujo sanguíneo se ve comprometido, concluyendo en isquemia del tejido.

1.- Arteriales

Las úlceras arteriales también conocidas como úlceras isquémicas, son causadas por insuficiencias arteriales. Generalmente ocurren en pacientes mayores de 50 años, ocasionalmente son encontradas en pacientes más jóvenes con Diabetes Mellitus o hiperlipidemias. Son más comunes en hombres, sin embargo, fumar y algunos factores nutricionales aumentan la incidencia en mujeres.(8)

La interferencia del flujo sanguíneo puede ser extramural, debido al choque con el tejido cicatricial (ejemplo: vasculitis o ateroesclerosis), o intramural (ejemplo: trombosis). El flujo sanguíneo cutáneo se hace inadecuado y no satisface las demandas metabólicas del tejido local, dañando la piel.

2.- Venosas

En la insuficiencia venosa crónica (IVC), la pared venosa sufre cambios estructurales y funcionales. El vaso se engrosa y deforma con aumento en su permeabilidad y pérdida de sus propiedades antitrombóticas. Como consecuencia de la hipertensión venosa mantenida se altera la microcirculación, provocando la aparición de lesiones. Además es la causa más frecuente de úlceras en las piernas, aproximadamente en el 1% de la población.(9)

Los procesos subyacentes a la IVC, como las zonas cutáneas denominadas dermatosclerosis, culminan en la degeneración de las células de la piel, del tejido celular subcutáneo e incluso de la fascia, musculatura, tendones y tejido óseo, y se desarrolla una herida crónica con escasa tendencia a la curación espontánea.(10)

Las venas varicosas que aparecen como consecuencia de la insuficiencia del sistema venoso superficial, presentan cambios estructurales importantes que se asocian a modificaciones funcionales. En estas modificaciones adaptativas estructura-función juegan un papel muy importante factores de origen endotelial, así como interacciones del endotelio con células sanguíneas y con las células musculares lisas (SMC, del idioma inglés) de la pared del vaso.(9)

En la tabla 1 se indican características diferenciales entre úlceras arteriales y venosas.


En la actualidad se sabe que muchos de los síndromes asociados a la enfermedad venosa de los miembros inferiores, trombosis, ulceraciones de origen venoso, entre otros; son en gran medida responsabilidad de las interacciones entre células sanguíneas y el endotelio venoso. El estudio ultraestructural de la pared venosa insuficiente muestra cómo sus células componentes tratan de compensar las necesidades de la pared ante la hipertensión-hipoxia mantenida.(9)

El endotelio participa en la síntesis de elementos necesarios para contrarrestar la débil contractilidad del vaso, ayudándolo a cumplir con el retorno venoso comprometido, sintetizando sustancias tales como factores vasoactivos, mediadores inflamatorios y componentes del tejido conectivo.

Desde las primeras etapas de la IVC se producen cambios funcionales en las células musculares lisas, las cuales proliferan localmente favoreciendo el engrosamiento de la pared. Estas SMC participan en la producción de grandes cantidades de tejido conectivo y de enzimas lisosomales degenerativas.

En la vena varicosa la regulación del tono venoso dependiente de las SMC está alterada, pues el desarrollo de tejido conectivo produce grandes separaciones entre las células rompiendo la distribución armoniosa del influjo nervioso. Como consecuencia las SMC de la vena insuficiente no pueden producir la debida contracción de la pared.

Las células endoteliales gracias a su posición de barrera limítrofe entre la sangre y el vaso están capacitadas para recibir y responder ante señales de su medio ambiente que constituyen actividades claves para la vida. Se interconectan con células de la sangre y el vaso a través de comunicaciones autocrinas y paracrinas que les permiten controlar el metabolismo de la pared respondiendo rápidamente a necesidades locales.

Los leucocitos, especialmente los granulocitos, por ser células altamente reactivas mantienen intensas interacciones con el endotelio, incluso en condiciones fisiológicas. La elevada reactividad del leucocito determina su participación en la fisiopatología de las enfermedades vasculares.(9)

Aproximadamente la mitad de los granulocitos circulantes en el torrente circulatorio se encuentra vinculado a la pared de los vasos, principalmente a las venas, las fuerzas de unión son tan débiles que ruedan siguiendo la dirección del flujo a lo largo de la pared del vaso. Estas interacciones se realizan mediante moléculas de adhesión de la familia de las selectinas en los leucocitos y estructuras de carbohidratos de moléculas de adhesión de la familia de las mucinas en el endotelio.

Se ha demostrado que las células endoteliales (CE) activadas por hipoxia sintetizan y liberan factor activante plaquetario (PAF), un mediador inflamatorio muy fuerte, cuya acción promueve la adhesión firme del leucocito, su activación y migración posterior al espacio subendotelial. Las moléculas de adhesión que intervienen en esta unión firme y en la transmigración del leucocito son integrinas leucocitarias. En neutrófilos y monocitos esta interacción está mediada por integrinas de la familia de la B2: LFA-1; mac-1 y la p150. Adicionalmente en los monocitos también interviene la integrina VLA-4 de la familia B1 y otras integrinas de la B3. Como contrarreceptor se encuentran en el endotelio ya activado moléculas de adhesión de la superfamilia de las inmunoglobulinas tales como ICAM-1 y VCAM-1.(9)

La IVC se caracteriza por variaciones en la expresión de la integrina CD11b/CD18 (MAC-1) y la L-Selectina. Los niveles de CD11b disminuyen durante la presencia de la lesión. Los niveles de la L-Selectina aumentan, indicando la activación de los leucocitos en respuesta a la hipertensión y su consecuente adhesión al endotelio.(11)

La permeabilidad incrementada de los capilares dañados promueve la extravasación de proteínas plasmáticas, que sobrepasan la capacidad reabsortiva de los vasos linfáticos, incrementando el riesgo de infección. Se producen edemas que limitan la microcirculación de áreas vecinas por compresión externa de la luz de otros capilares no afectados o por la acción indirecta de mediadores inflamatorios liberados, disminuyendo el riego sanguíneo de la zona y así el efecto de barrido de los microorganismos patógenos que pueden colonizar la lesión característica de la IVC.

Después de un daño importante en la función capilar en la que interviene tanto el atrapamiento de leucocitos con la consecuente secreción de productos tóxicos (citocinas, radicales libres de oxígeno, entre otros.), la formación de fibrina y la formación de edemas por el incremento en la permeabilidad, se produce isquemia local del tejido.

Las alteraciones descritas comprometen tanto a los capilares que deben nutrir al tejido como a las vénulas poscapilares que deben transportar los productos de desecho de su metabolismo. Cuando un gran número de vasos capilares está alterado el defecto nutritivo provoca lesiones tisulares características de la IVC, la dermolipoesclerosis y la úlcera.(9)

Durante el curso de la enfermedad se presenta enlentecimiento en la cicatrización de las úlceras, esto se debe principalmente a la hipertensión venosa, ya que los fibroblastos expuestos al aumento de la presión venosa presentan una morfología atrófica y la producción de proteínas específicas que sugieren el envejecimiento prematuro de las células, además de retraso en su crecimiento y expresión de factores de senescencia, causando la cronicidad de la lesión y la ausencia de la solución espontánea de la herida.(12)

En la figura 1 se esquematiza la evolución de úlceras vasculares venosas y las relaciones que posibilitan y favorecen la infección.





Úlceras crónicas: modelo de integración entre patología vascular, inmunológica e infecciosa
Introducción
Tipos de úlceras
Desordenes metabólicos
Citocinas en úlceras venosas
Úlceras infecciosas
Otras úlceras
Modelo de integración entre la patología vascular, inmunológica e infecciosa
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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