Octubre-Diciembre 2012 52
ISSN 1317-987X
 
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Parasitología
Achatina fulica (Bowdich, 1822) un posible problema de salud píºblica en Venezuela

Introducción.

La Achatina fulica es un molusco invasor con la capacidad de habitar en distintos ambientes gracias a su variada dieta. Es vector de varias parasitosis pero se caracteriza principalmente por ser vector biológico de Angiostrongylus costaricensis y Angiostrongylus cantonensis, agentes etiológicos de la angiostrongilosis abdominal y meningitis eosinofí­lica respectivamente. De esta última, es uno de sus principales agentes causales en el sureste asiático.(1,2)   Es importante destacar que no es un caracol autóctono de la región ni del paí­s. Es originario de ífrica sub sahariana pero se ha distribuido en muchos continentes. En Asia ya es habitual desde hace un siglo y en América se introdujo por primera vez a finales del siglo pasado. Además de ser vector de varios parásitos, representa un problema al ecosistema al ser un caracol grande, que vive varios años, que cuenta con una facilidad para su reproducción al ser hermafrodita y no presenta depredador natural en las localidades en las que fue introducido. Asimismo, debido a su voraz apetito, representa un problema para varios cultivos locales y otras especies de moluscos, siendo una de las especies invasoras más dañinas. (3) A continuación, detallaremos aspectos importantes de Achatina fulica como vector biológico y molusco invasor así­ como su importancia en la salud pública de Venezuela, abarcando principalmente las dos patologí­as mencionadas anteriormente causadas por especies del género Angiostrongylus spp. 

La A. fulica pertenece al Reino: Anamalia, Phylum: Mollusca, Clase: Gasterópoda, Subclase: Pulmonada, Orden: Stylommatophora, Suborden: Sigmurethra, Familia: Achatinidae, Género: Achatina, Especie: Fulica.

Morfologí­a Externa: El A. fulica, conocido como "caracol gigante africano" es una de las especies más grandes conocida dentro de los caracoles terrestres, es un gasterópodo, invertebrado y de sangre frí­a. Su morfologí­a externa la podemos dividir en dos partes la concha, que es helicoidal, espiral, alargada y dura y en segundo lugar el cuerpo, conformado por la cabeza, el pie y la masa visceral. (Figura 1).Además de las partes ya mencionadas la A. fulica está constituido por una doble bolsa: la interna conformada por la capa musculosa. Y la Externa, también denominada capa de revestimiento o cutánea la cual contiene las glándulas que segregan el moco o baba .(4)

Figura 1: Vista del caracol, mostrando la concha y el cuerpo blando. Fuente INSAI
La A. fulica tiene una serie de caracterí­sticas anatómicas que le permiten desplazarse en diferentes tipos de terrenos tanto ásperos como accidentados. El músculo principal que les facilita la locomoción es el músculo pedal, el cual está formado por una serie de fibras las cuales se encuentran orientadas en diferentes direcciones, las mismas hacen que al contraerse se produzcan una serie de ondas cuyo producto final es el desplazamiento de unos siete centí­metros por minuto. Los caracoles no tienen la facultad de moverse hacia atrás, y las ondas se encuentran presentes incluso cuando el caracol no está en movimiento.(4)

Reproducción y Ciclo de desarrollo: Los caracoles terrestres en general pueden vivir entre tres y cuatro años y se puede resumir el ciclo biológico de A. fulica en las siguientes fases:

1) Cópula: A. fulica es hermafrodita pero es incapaz de autofecundarse por así­ decirlo, para que ocurra una cópula exitosa es necesario que existan dos ejemplares.(4)

2) Fecundación.

3) Oviposición: luego de fecundados en un lapso de entre 10 y 50 dí­as se realiza la ovipostura.

Durante la ovipostura A. fulica excava un nido, deposita sus huevos en ese agujero y los cubre con los detritus de la tierra que usó durante la excavación. Esta postura por lo general ocurre debajo de hojas, piedras, etc, cualquier sitio con condiciones de temperatura y humedad propias que facilitan el desarrollo de los huevos (4).

El perí­odo de incubación dura de 10 a 25 dí­as u se realiza a temperaturas entre 20 a 25°C, pH: 5-6 y humedad mayor de 75%.  (Figura 2)


Figura 2: A. fulica durante la oviposición. Fuente INSAI

Hábitos: A. fulica es un caracol terrestre de hábitos nocturnos con preferencia por los lugares oscuros y sombrí­os, sus lugares predilectos son debajo de rocas, bloques, hojas, arbustos, entre otros. La actividad de A. fulica comienza en horas del atardecer y se incrementa gradualmente hasta alcanzar un pico a las 4 a 6 horas después de que oscurece. Durante perí­odos o dí­as de extrema sequí­a dichos caracoles se entierran profundamente en el suelo y permanecen allí­ hasta que las condiciones de humedad y temperatura sean las apropiadas.(4) Los caracoles son muy voraces y pueden alimentarse de diferentes cultivos (cacao, algodón, plátanos etc) constituyendo una verdadera plaga para éstos, adicionalmente la ausencia de predadores naturales facilita su diseminación.

Ha sido reportado que además de las plantaciones mencionadas, estos ejemplares son capaces de devorar otras sustancias o materiales como perrarina ® (alimento comercial para perros), y bolsas de plástico entre otras, que nos hablan de su adaptación a los cí­rculos urbanos y su convivencia con el hombre.(1)

Distribución geográfica

El Caracol gigante africano (Achatina fulica) ha cobrado importancia en las dos últimas décadas debido al impacto ecológico que ha tenido en las diferentes zonas donde ha sido introducido, especialmente en el trópico del continente americano. Este caracol considerado por la Comisión de Supervivencia de Especies (CSE) de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, según una publicación realizada por el Grupo Especialista de Especies Invasoras (GEEI) en el 2004.(1) Se clasifica como tal por los inmensos perjuicios que ha causado a nivel agrí­cola, plantaciones comerciales de importancia alimentaria, ornamental, forestal e inclusive de jardines domésticos. Se le conoce por su voraz apetito y es capaz de alimentarse de más de 500 especies diferentes de plantas.(1) Además se pueden encontrar en arboles, junto a material orgánico en descomposición o botaderos de basura. Además de daños que genera al medio ambiente, es un hospedero intermediario de los nematodes Angiostrongylus costaricensis y Angiostrongylus cantonensis, agentes causales de angiostrongiloidosis abdominal y meningoencefalitis eosinofí­lica respectivamente, razón por la cual este caracol adquiere importancia médica como vector.

La Achatina fulica como ha sido mencionad es originaria de ífrica Oriental, especialmente de paí­ses como Kenya y Tanzania y varios paí­ses del sur del Sahara y centro del continente.(4) Su hábitat esta caracterizado por clima tropical, muy húmedo y cálido, motivo por el cual se dispersó con facilidad por diferentes islas del Pacifico, al sur y este de Asia a principios del siglo pasado. Aún así­, puede adaptarse a cualquier tipo de hábitat y se ha establecido en zonas templadas. Actualmente está ampliamente distribuida en Japón India, Australia y en el continente americano.

Figura 3: Migrción mundial de A. fulica. Modificado de referencia 9


En la figura 3 se observa la migración del molusco desde su región de origen hacia los diferentes puntos geográficos, especificando los años en los cuales fueron descritos por primera vez en cada una de dichas regiones. La migración hacia el continente asiático fue de las primeras en realizarse ya que en éstos paí­ses fue exportado como alimento.(1) El primer registro conocido de A. fulica en la región del Caribe se documentó en la Isla de Guadalupe en 1984. Posteriormente se encontraron especí­menes en diferentes islas del Caribe como Martinica en 1988, Barbados, Santa Lucia, St. Martin y Anguila en el 2000.(5)


Figura 4: Distribución de A. fulica en el caribe.

En Brasil, la primera aparición del A. fulica fue descrito en el estado de Sao Pablo en abril de 1996.(1) En Ecuador es considerado una plaga por sus múltiples efectos nocivos y ya desde hace algunos años, se están implementando medidas para erradicarlo del paí­s.(1) Venezuela se ubica dentro de los paí­ses de Suramérica que ha sido invadido por este caracol africano. Se presume que su ingreso al paí­s fue por comercio ilegal de este molusco, como alimento y supuesto productor de baba de caracol, posiblemente proveniente de paí­ses fronterizos como Brasil o Colombia. Esto explicarí­a la presencia de éste en zonas domesticas y urbanas altamente pobladas. La primera descripción se realizo en 1997 en un jardí­n doméstico, cercano al lugar donde se vendí­an ejemplares de A. fulica, en la ciudad de Caracas.(1) Luego de 5 años han sido observados en Guanare, Estado Portuguesa, en el 2002. El año siguiente se reporta desde La Reserva Forestal de Imataca en el estado Delta Amacuro, en una plantación de cacao en el estado Sucre y al Norte del estado Monagas. Se continúa diseminando y se confirma su existencia en el Estado Nueva Esparta y en el Estado Aragua. En el 2007 se encuentran especí­menes en el Jardí­n Botánico y en el Paraí­so, dos zonas de la ciudad de Caracas.(9) Una de las infestaciones que ha causado mayor daño ecológico y que aún no ha sido del todo resuelta es la que ocurrió durante el año 2007 en el parque nacional Henri Pittier. La misma causó daños ecológicos importantes, acabando con cultivos de cambures (bananos) y afectando directamente a la flora del parque.(1) En febrero del presente año (2012), se observó una reaparición de los caracoles en las cercaní­as del parque, especí­ficamente en el municipio Mario Briceño Iragorry posterior al perí­odo de lloviznas ocurridas durante ese mes. Actualmente, existe un problema de infestación reportada en la zona de Guatire.(12)


Figura 5: Distribución de A. fulica en Venezuela.

En Venezuela, Achatina fulica presenta una tasa muy alta de dispersión,(1) en regiones boscosas y montañosas al norte del paí­s. En un periodo de 10 años se ha registrada una alta velocidad de propagación, debida principalmente a acción humana. El desconocimiento de este molusco en otras regiones del paí­s, podrí­a explicar la ausencia de reportes y de muestreo.
Achatina fulica (Bowdich, 1822) un posible problema de salud pública en Venezuela
Introducción.
Importancia médico sanitaria
Métodos y estrategias recomendados para el control y erradicación de Achatina fulica
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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