Inicialmente
la intervención del hombre ha sido fundamental en la exitosa expansión de F. hepatica desde su localidad originaria
en Europa, gracias, primero a la colonización de los cinco continentes y
después a la exportación de ganado, permitiéndole al parásito moverse y
adaptarse a especies autóctonas(4).
Por
otra parte, las modificaciones humanas del paisaje juegan también un papel en
la expansión geográfica de la fasciolosis(48). Los cambios en los
ecosistemas derivados de actividades humanas modifican sustancialmente los
patrones nosogénicos, dando como resultado la aparición de enfermedades.
Estos
cambios que contribuyen a la introducción y propagación de agentes, están relacionados
con la demografía humana y su conducta, el comercio internacional y los viajes,
la introducción deliberada o accidental del agente y las intervenciones vía
incorporación de tecnología de producción animal, que trae consigo perturbaciones
e incrementan la posibilidad de sobrevivencia y circulación del parásito y sus hospederos.
De la misma manera se considera como intervención antrópica la falta de
atención o el abandono de programas, por ejemplo de saneamiento básico
ambiental, que terminan favoreciendo la presencia de agentes en amplias áreas
urbanas y rurales(29).
A
su vez, las diferentes localizaciones geográficas de grupos humanos, sus
condiciones económicas y sus particularidades culturales generan diversos hábitos
alimentarios y de saneamiento ambiental que son determinantes de la
distribución y epidemiología de las enfermedades parasitarias(3,4, 29).
Entre
estos hábitos, sobresale el consumo de agua no potable, que está estrechamente
relacionado con la posibilidad de infectarse, pues un porcentaje de las
metacercarias se encuentran y flotan en ella(3, 49).
A
su vez y relacionado con el agua, está su utilización en el lavado y
preparación de vegetales sin ningún cocimiento como ocurre en las ensaladas.
Otras fuentes de contaminación humana son el consumo de plantas acuáticas o
terrestres sean silvestres o cultivadas y el hábito de tomar bebidas preparadas
a partir de estas plantas(20).
El
berro (Lepidium sativum) es una de
las plantas más implicadas en la infectación en Europa, donde la fasciolosis en
animales domésticos es altamente endémica. Otros vegetales implicados son los
que se riegan con aguas contaminadas o aquellos cultivados muy cerca de las
fuentes de agua. Tal es el caso de las lechugas, el cilantro, el diente de
león, la valeriana, la menta y otras de acuerdo al país o región de que se
trate.
Un
tema importante relacionado con la tecnología, es la inadecuada utilización de
tratamientos con Triclabendazol
que puede inducir resistencia, convirtiéndose en un problema serio, en la
medida que es el único fármaco actualmente disponible para el uso humano y el
de elección en ganado(50-53).
Finalmente
es oportuno no olvidar que las diversas condiciones socioeconómicas son
evidentes ante estas aproximaciones, que se adentran en la trama de lo
ambiental y lo social. En este sentido vale la pena recordar que la última Cumbre
de la Tierra, definió que la pobreza, la miseria y las inequidades de los
grupos poblacionales son problemas ambientales, tan ambientales como la
erosión, la desertificación y la contaminación(54).