La invaginación intestinal es una patología poco
frecuente constituyendo de 1 a 5 % de
todos los casos de obstrucción intestinal en el adulto.(1-3) A
diferencia de los niños, no existe una clínica característica, por lo que el
diagnóstico preoperatorio suele ser difícil. Los pacientes adultos presentan
síntomas gastrointestinales inespecíficos los cuales pueden tener una
presentación aguda, subaguda o crónica.(4)
En
los adultos el mayor porcentaje de los casos, alrededor del 65%, la
invaginación intestinal ocurre como resultado de una neoplasia intraluminal.(1)
El diagnóstico se realiza generalmente mediante tomografía simple del abdomen,
con elevada sensibilidad (98,0%) y con una
especificidad del 88,0% para el diagnóstico de esta patología.(5)
La
sintomatología en pacientes adultos es inespecífica y tiende a ser crónica o
intermitente, presentando dolor abdominal difuso en el 71% de los casos,
náuseas y vómitos en el 68%, distensión abdominal en el 45% y en algunos casos
masa palpable, diarrea y sangre en heces.(2, 10,11)
Los
estudios imagenológicos son de gran utilidad para realizar el diagnóstico
certero. Los estudios radiológicos contrastados en pacientes con síntomas
crónicos reportan tasas de éxito entre el 21 y 77% en intestino delgado y de 54
a 95% si se ubican en el colon.(15) El enema con bario muestra un
defecto de repleción en forma de copa, lo cual representa la intususcepción,
acompañado por otro defecto que representa el tumor, así como también
dilatación proximal. (2,11)
El
ultrasonido es una herramienta útil para el estudio de la invaginación
intestinal. El hallazgo ecográfico desde una visión transversal es representado
por una imagen en forma de diana o “rosquilla”,
conformada por varias capas concéntricas de anillos hipoecóicas y ecogénicas
rodeando un centro de aspecto ecogénico.(11,16) La sensibilidad del
ultrasonido se ve aumentada cuando al examen físico se evidencia una masa
abdominal palpable.(14)
A
continuación reportamos el caso de una paciente femenina que presenta
invaginación intestinal secundaria a un sarcoma del intestino delgado,
patología poco frecuente que constituye el 10% de los cánceres de intestino delgado y sólo 1 al 2% de todos
los cánceres gastrointestinales.(6)