Los PARs
se han relacionado con el desarrollo y alteraciones del sistema nervioso central
(SNC), que incluyen: la memoria, las enfermedades
neurodegenerativas y de las vías dopaminérgicas. PARs son expresados en nervios periféricos; y el
desarrollo de agonistas selectivos para PAR-1(TFRIFD)
PAR-2
(SLIGKV)
y PAR-4
(AYPGKF) ha permitido evaluar los efectos de su activación en la inflamación
neurogénica, percepción de dolor, sensación de prurito y regeneración de
nervios, entre otros (25,108).
En lo que respecta a PAR-1
y PAR-2, su activación se ha asociado a
inflamación neurogénica en sistema nervioso periférico (SNP),
caracterizada por vasodilatación, edema, pérdida de proteínas, adhesión de leucocitos y
respuesta al dolor (109). Tanto PAR-1 como PAR-2, son
expresados en aferentes nociceptivos (fibras C yAδ) (110,111)
y su activación in vivo conlleva a la liberación de neuropéptidos, tales como: Sustancia P (SP)
y péptido relacionado con el gen de
calcitonina (CGRP), los cuales median la aparición del edema (112,113).
Diversos estudios se han propuesto dilucidar el papel de PARs en la nocicepción
mecánica y térmica, encontrando que la activación de PAR-1 por péptidos
agonistas (AP) selectivos tiene efecto analgésico en condiciones normales, o
inflamatorias posterior a la aplicación de inyección intraplantar de
carragenina en la pata de la rata, sin embargo, al realizar el ensayo con
trombina se reproduce el efecto analgésico de AP de PAR-1 ante el estímulo
mecánico; pero no ante el estímulo térmico; induciendo y amplificando la
respuesta hiperalgésica (114). Esta discrepancia podría explicarse
por el hecho de que la trombina no es un agonista selectivo de PAR-1 sino que, activa
otros receptores como PAR-4, que pueden modular su actividad nociceptiva, ya
que, se ha demostrado que la activación de PAR-4 media las respuestas
excitatorias en neuronas mientéricas (115).
Por su parte, la
activación de PAR-1 y PAR-4 conlleva
a analgesia
en respuesta a la estimulación térmica y mecánica, de manera que, pudieran potenciar
sus funciones con diferente afinidad, tal y como sucede con la activación
plaquetaria y endotelial; además, PAR-4 es activado por tripsina y catepsina G, de allí que, los efectos
inhibitorios de PAR-1 y/o PAR-4 sobre la transmisión de los mensajes
nociceptivos probablemente dependa del tipo de
proteasa liberada en la proximidad de los nervios sensoriales (116,117).
Al respecto, PAR-4 ejerce su efecto inhibitorio directamente sobre neuronas
sensoriales, por el contrario, es posible que los efectos inhibitorios de PAR-1
en la nocicepción, sean mediados por un mecanismo indirecto que implica
neuronas distintas a las sensoriales, motivado a que, la activación de PAR-1 en
neuronas sensoriales promueve la liberación de neuropéptidos pro-nociceptivos
como CGRP y SP (118).
Es
oportuno mencionar que, estudios en ratones han demostrado
que la inyección intratecal de trombina induce dolor neuropático, caracterizado
por hiperalgesia térmica y alodinia táctil, siendo estos efectos suprimidos por
la administración intratecal de hirudina (inhibidor directo de trombina). Además,
la administración intratecal de receptores de PDGF disminuye la hiperalgesia y
alodinia producidas por trombina en ratones normales y también como
consecuencia de la ligación del nervio ciático en ratones. Adicionalmente, tanto PDGF
como PAR-1 se localizan en asta dorsal medular (ADM), proporcionando evidencia novel
de que trombina/PAR-1 y la vía de
señalización mediada por PDGF en la médula espinal están directamente
involucrados en el desarrollo del dolor neuropático (119).
Conclusiones
La
trombina es la principal enzima diana de la terapia anticoagulante, puesto que, su generación es
clave en la formación del coágulo de fibrina durante el proceso de coagulación,
no obstante, sus propiedades se extienden más allá del proceso de coagulación,
incluyendo efectos pleiotrópicos principalmente sobre los mecanismos
inflamatorios, enlazando de esta manera ambos procesos. Dichos efectos son
mediados a través de la activación de PARs, los cuales son
expresados en células endoteliales, células musculares lisas vasculares,
neuronas del SNC y periférico bajo condiciones fisiológicas, sin embargo, también se activan en
condiciones patológicas tales como: la formación de trombos, inflamación,
lesión tisular y cáncer entre otras. La trombina ha mostrado inducir
una variedad de efectos no coagulantes como la expresión de moléculas de
adhesión, activación de leucocitos, generación de ROS, incremento de los niveles plasmáticos de
citoquinas (MCP-1 e IL-6) en fibroblastos, células endoteliales, células
mononucleares y adipocitos; promoviendo procesos ateroscleróticos. Por otra
parte, la trombina, induce la actividad mitogénica
sobre las células musculares lisas y endoteliales, la
liberación de factores de crecimiento y quimiocinas que promueven la
proliferación y migración de células tumorales. Además, mediante la activación
de PAR-1 y PAR-4, la trombina media efectos nociceptivos en neuronas del SNC
y SNP, modulando la sensación de dolor. Se requiere ampliar estudios que establezcan los efectos
pleiotrópicos de otros factores de la coagulación y su participación en la
patogenia de la obesidad, la aterosclerosis, los trastornos proliferativos y
neurogénicos. Por otra parte, el posible uso terapéutico de AP o antagonistas
de PARs y de inhibidores de la coagulación (principalmente de trombina)
podría ser relevante en el tratamiento de procesos inflamatorios crónicos y de
enfermedades proliferativas. Además permitiría modular la transmisión de
señales de dolor y la expresión de factores proinflamatorios que acompañan la respuesta neurogénica.