Algunos parásitos
son vehiculizados a través de alimentos, suelos y agua, por lo que su
trasmisión está íntimamente ligada a factores medio ambientales y a condiciones
socio-económicas. Por tanto, la disposición inadecuada de las excretas con alto
contenido de formas parasitarias resistentes en el suelo facilita su
trasmisión. Algunas infecciones parasitarias en el hombre suelen transmitirse a través
del contacto directo con el suelo contaminado, dada la existencia de
parásitos que cumplen parte de su ciclo de vida en la tierra para alcanzar su
forma evolutiva infectante, por lo cual se denominan geohelmintos (1).
En todo el mundo, aproximadamente 1500 millones de
personas, casi el 24% de la población mundial,
está infectada por geohelmintos. Las helmintiasis transmitidas por el suelo
están ampliamente distribuidas por las zonas tropicales y subtropicales,
especialmente en el África subsahariana, América, China y Asia oriental. Más de 270 millones de niños en edad
preescolar y más de 600 millones en edad escolar viven en zonas con intensa
transmisión de esos parásitos y necesitan tratamiento e intervenciones
preventivas. Las principales especies de helmintos transmitidos
por el suelo que infectan al hombre son Ascaris lumbricoides, Trichuris
trichiura, Necator americanus
y Ancylostoma duodenale según la Organización Mundial de la
Salud (2).
La mayoría de las
playas en Latinoamérica presentan suelos arenosos, húmedos, oxigenados y
temperaturas que oscilan entre 25º-31ºC que favorecen
la sobrevida y desarrollo de las formas parasitarias infectantes de los
geohelmintos. El
número estimado de parásitos en la arena de playa depende de ciertos factores tales como la estación
del año, precipitaciones, temperatura atmosférica de la región, condición de la
marea, así como también el grado de afluencia de temporadistas durante periodos
vacacionales (3). Es así como los huevos depositados en el suelo se desarrollan más
lentamente a temperaturas más bajas, mientras que la tasa de desarrollo aumenta
a temperaturas más altas3. Por su parte, la humedad previene la
desecación y muerte de las larvas en desarrollo, y además tiene un efecto sobre
la motilidad de las mismas ya que en ambientes secos el movimiento
probablemente no sea posible,mientras que las precipitaciones generan dispersión de las
larvas (4).
La presencia de animales
domésticos o en estado de abandono, y la ausencia o mal funcionamiento de baños
públicos en las playas; son factores que incrementan
el riesgo de adquirir infecciones antropozoonóticas en piel, ojos, sistema gastrointestinal,
ya sea al caminar con los pies descalzos, asolearse en las playas, o
simplemente al ingerir alimentos con cierto grado de arena contaminada con
parásitos (3- 6), que se genera ante el desconocimiento que
tienen las personas acerca de la transmisión de las parasitosis.
A nivel
internacional, se ha considerado establecer parámetros microbiológicos como
indicadores de contaminación ambiental en los ecosistemas de los suelos y agua
en zonas recreacionales tales como playas, lagos y ríos, de gran atracción
turística. Así por ejemplo, Brasil cuenta con El Consejo Nacional de Ambiente
(CONAMA) (7) que contempla
la evaluación parasitológica de la arena de playa.
En relación a esto, Rocha
et al. (8) relacionaron la prevalencia de
parásitos con factores ambientales tales como temperatura ambiental y del suelo,
el porcentaje de humedad y la exposición a luz solar; así como también las
estaciones climáticas del año en siete playas del municipio de Santos, Brasil, empleando
técnicas de sedimentación espontánea de Lutz y de flotación de Faust, así como la
técnica de Rugai modificada, obteniendo como resultado: 82,5% de positividad
para larvas y 37,1% para huevos de Anquilostomideos. Además 59,4% y 4,8% correspondieron a huevos
de Toxocara spp. y larvas de Strongyloides spp. respectivamente, 11,6%,
de huevos de Ascaris lumbricoides y 10%
quistes de Entamoeba spp. La mayor
recuperación de estos parásitos correspondió a los períodos Mayo - Octubre y
Febrero - Marzo, en los cuales se registraron precipitaciones. Los autores
reflejan la importancia de estos agentes parasitarios, así
como también enfocan la importancia de la detección de huevos de Ascaris
lumbricoides como un marcador biológico importante de la contaminación
fecal humana y alerta
la posible transmisión de otros agentes infecciosos (8).
Se ha descrito una
frecuencia de 32,7% de enteroparásitos en 110 muestras de arena de tres playas
del Municipio San Vicente – Brasil (9), evidenciando larvas de
Anquilostomídeos y huevos de Ascaris
spp. mediante la técnica de sedimentación espontánea. Por su parte; en Paraiba
– Brasil (10), la frecuencia de parásitos de importancia en salud
pública se ubica en 67,8% en 14 playas de gran afluencia de temporadistas, en
el que 50% de muestras de arena seca y 85% de arena mojada presentaron formas
parasitarias correspondientes a huevos (21,9%) y larvas (15,6%) de helmintos,
así como quistes de protozoarios (62,5%), obtenidos por las técnicas
sedimentación espontánea y Rugai modificada.
Esto demuestra el riesgo potencial de adquirir parasitosis por contacto con
arena de playa y la importancia de realizar estudios que fomenten evaluaciones
parasitológicas en playas de manera que se minimice el riesgo de infecciones.
En Venezuela, las playas constituyen el
lugar recreacional por excelencia; por lo que suele evaluarse
ciertas condiciones que determinan si se encuentra “apta” o no para bañistas. A
pesar de esto, las normativas vigentes (11,12) no estipulan la determinación
de parásitos en arena de playa, por lo que no existe una completa evaluación de
condiciones de salubridad ambiental.
Sin embargo, se han generado diversas
investigaciones en este país (13-18) que
evidencian la presencia de parásitos de importancia en salud pública en suelos
de parques recreacionales y áreas de esparcimiento con distintas
características granulométricas del suelo. Guerrero et al. (18) demostraron la presencia de larvas rhabditoides
(8,3%) y filarioides (2,1%) de Strongyloides
spp., huevos (2,1%) y larvas rhabditoides (12,5%) de Anquilostomideos., huevo
de Toxocara spp. (4,2%) y Ooquiste de
Isospora belli (2,1%) en 110 muestras
de arena de una playa de Puerto Cabello – Venezuela; procesadas por las
técnicas Willis, Rugai modificada, y lavado con solución salina 0,85% con la
posterior sedimentación espontánea. Además, obtuvieron mayor frecuencia de
parásitos en época de sequía en relación a la de lluvia, probablemente debido a
una mayor depuración o dispersión de formas parasitarias por las
precipitaciones; que disminuyen la tasa de recuperación de los mismos.
Por tanto, se
consideró importante determinar la presencia de enteroparásitos en arena de
playa como indicadores de contaminación fecal y su relación con condiciones
ambientales en Playa Quizandal, Puerto Cabello, en el periodo de marzo
2013-enero 2014, dado que es un sitio recreacional público, de fácil acceso,
con gran afluencia turística y es un punto de partida para trasladarse a islas
cercanas.