Durante
el año 2014 ingresaron al programa de atención materna una población de 12.254
gestantes, de las cuales fueron 6.756 adolescentes y 5.498 adultas, las cuales
iniciaron su control prenatal en esta institución. De esta población se había
establecido una muestra con un nivel de confianza del 95% conformada por 388
pacientes, a las cuales para lograr identificar la presencia de anticuerpos T. pallidum se les realizó rutinariamente
durante el control prenatal el tamizaje de sífilis con la prueba no treponémica
VDRL. Como puede apreciarse en la Tabla 1 se identificaron 70 casos
probables, 32 (16,5%) adolescentes y 38 (19,6%) adultas reactivas a esta
prueba, con un promedio de diluciones significativamente mayor entre las
adultas (4,63±6,09 vs. 9,74±1,58; p< 0,0001); sin embargo, no se encontraron
diferencias significativas en la incidencia entre grupos ni en el riesgo de tener
una prueba reactiva (p > 0,05; OR [IC95%]= 0,810 [0,482-1,362]).
En la Tabla 2 se comparan los
datos clínicos de embarazadas con sospechas de sífilis en adolescentes y
adultas. Se puede observar que la edad de la adolescente se ubica en 17,07±1,58
años, en tanto que la adulta se encuentra en los 28,42±5,21 años. Por otra
parte, tanto la edad gestacional como la edad de la menarca fueron muy
parecidas en ambos grupos (18 semanas y 11 años, respectivamente); la edad de
la primera relación sexual fue menor en las adolescentes (15,66±1,84), sin
embargo, la paridad resultó ser ligeramente mayor en las adultas (1,92±1,15).
Al describir las características sociodemográficas
de los grupos estudiados (Tabla 3), se observa que en las
adolescentes predomina en estado civil soltera (84,4%), y en las adultas el
estado civil casada (44,7%). En cuanto al nivel de instrucción, las
adolescentes, en pocas oportunidades culmina la
secundaria (6,3%) y las adultas en un porcentaje mayor (47,9%) puede
culminar la secundario o llegar a estudios técnico o profesionales. En el tipo
de vivienda también es posible observar diferencias, siendo las adolescentes
las que viven en viviendas de interés social (34,4%) y las adultas en viviendas
tipo casa (57,9%). Otro factor social incluido es la religión, en ambos grupos,
se observa una mayor frecuencia de la católica en proporciones similares
alrededor del 70%.
En cuanto a la ocupación, las
adolescentes presentan mayor desempleo al observar predominio de amas de casas
(78,1%), mientras que en las adultas a pesar que también se observa una alta
frecuencia de amas de casa (36,8%); se presentan mayor ocupación predominando
el oficio de domésticas (26,3%). Con
relación a la procedencia en ambos grupos se observa altas frecuencia procedencia
urbana (68,7% y 81,6% respectivamente) sin embargo; en las adolescentes, se
observa mayor procedencia rural (31,3%). Por otra parte, cuando se estudia la
estratificación social, mediante el método de Graffar en ambos grupos, se
observa el predominio del tercer estrato social.
Para confirmar los casos se realizó
una prueba específica (Fta-ABS), detectándose 10 casos de los 32 iníciales (31,2%)
en adolescentes y 14 de los 38 casos (36,8%), en adultas; sin diferencias
significativas entre los grupos (p> 0,05; OR [IC95%]= 0,779 [0,287-2,111]. Se estableció una incidencia global de SG de
6,18% y 34,28% de falsos positivos (Tabla 4).
Las Tablas 5 - 7 buscan
identificar los factores de riesgos relacionados a la sífilis, comparados entre
las gestantes adolescentes y las adultas. En la Tabla 5, muestra los
factores de riesgos biológicos destacando “antecedentes de ITS” (75,0%) y el
“diagnóstico de la pareja de ITS” (62,5%); al compararlo los grupos, son las
adultas las que con mayor frecuencia presentan todos los factores de riesgo
incluido. Por su parte, en la Tabla 6 se
identifican los factores
de riesgo sociales, donde destacan el desempleo (62,5%),
deserción escolar (62,5%) y la procedencia rural (29,2%), siendo necesarios
destacar que estos factores de riesgo adquieren especial importancia en el
grupo etario adolescente.
Finalmente, en cuanto a los factores de riesgo
conductuales (Tabla 7), se observa con mayor frecuencia el predominio de las
conductas de riesgo: “relaciones sin protección” (100%) en ambos grupos y
“promiscuidad” (87,5%); cuando se compara las conductas de riesgo según los
grupos estudiados; se observa que el consumo de drogas (12,5%) y el inicio
tardío del control prenatal posterior a las 13 semanas de gestación (33,3%)
predominan en las adolescentes sobre las adultas.