El manejo de los nódulos tiroideo en nuestro contexto lo basamos en los
resultados de la biopsia por aspiración con aguja fina. La tiroidectomía con fines diagnósticos
y propósitos terapéuticos es recomendable en todos los pacientes que tienen una citología por aspiración con
aguja fina (CAAF) reportada como
sospechosa o positiva para carcinoma (1). La extensión de la intervención dependerá de la
estratificación de los riesgos y del criterio del cirujano actuante (2). La extensión apropiada
de la cirugía en los casos de carcinoma
bien diferenciado del tiroides (CBDT) es a menudo objeto de mucha
controversia en la literatura publicada (3). Aún que, existe criterios
uniformes en el caso de la tiroidectomía total (TT) para indicarla en pacientes clasificados de alto riesgo de
acuerdo con los índices pronósticos disponibles (ej AGES, AMES, MACIS), existiendo un considerable rango de opiniones para el manejo de los pacientes
con riego intermedio o bajo (3,4). Varios investigadores se
inclinan por la completa resección de todo el tejido tiroideo como el
tratamiento estándar para todos los
CBDT, sin embargo, otros piensan que
esta categoría de pacientes pueden
manejarse efectivamente con la sola
hemitiroidectomía. La diferencia en este modo de actuar se basa en que no existen estudios
randomizados, ni evidencias en estudios observacionales que puedan soportar estas conductas (1,5). Cuando los resultados de
la CAAF son reportados como, insuficientes, sospechosos, o neoplasia folicular, la hemitiroidectomía
puede realizarse, dependiendo de la sospecha de cáncer. A menudo se recomienda
la hemitiroidectomía para establecer el diagnóstico definitivo. Finalmente el
manejo dependerá del resultado final
del estudio histopatológicos y
en seleccionadas circunstancias del
corte por congelación (6). En los pacientes en los cuales se realizó la
hemitiroidectomía como operación
inicial y el diagnóstico final reporto
CBDT, la consideración es que se debe completar la tiroidectomía (CT), dependiendo de los riesgos del paciente(7,8).
Comparado con la tiroidectomía total (TT), esta intervención evita el sobre
tratamiento en casos de que el
resultado sea reportado como benigno. En caso contrario es necesario someter al
paciente a una segunda intervención (CT) (9,10). En los casos que
requieran la CT, recientes publicaciones han señalado que el porcentaje de
complicaciones es sin duda más
alto que cuando se realiza la TT como
intervención inicial.
El objetivo primario de este estudio fue revisar nuestra experiencia con CT en el
tratamiento del CBDT y comparar el porcentaje
de lesiones de los nervios recurrentes (LNR) e hipoparatiroidismo con una cohorte de pacientes con CBDT tratados primariamente con TT.
Secundariamente determinar el manejo intraoperatorio de las glándulas
paratiroides y si este fue predictivo
para que se desarrollase el hipoparatiroidismo permanente.