Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
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Microbiología
Úlceras crónicas: modelo de integración entre patología vascular, inmunológica e infecciosa

Introducción

Las úlceras crónicas se caracterizan por la pérdida de la continuidad del tejido con múltiples características como lesiones cutáneas con presencia de necrosis alrededor, centro purulento y sangrante, acompañadas de un proceso inflamatorio y escasa tendencia a la cicatrización del epitelio y mucosa que se encuentran expuestos a la degeneración por la aparición de la úlcera, así como erosiones cutáneas con fondo límpido y bordes prominentes que limitan el área (1).

Las úlceras crónicas se pueden clasificar en úlceras vasculares (venosas o arteriales), infecciosas e inmunitarias.

Las úlceras vasculares son aquellas que dañan el endotelio vascular como consecuencia de una patología arterial o venosa obstructiva. Muestran una incidencia de 2,5 millones de casos registrados anualmente en los Estados Unidos. Éstas suelen ser recurrentes, causan incapacidad y limitan la deambulación.(2)

Enfocándonos en las úlceras venosas, aparecen por lo general en la pierna en la región supramaleolar interna, aunque también se pueden encontrar en la zona de las pantorrillas representando un 80-90 % total de todas las úlceras vasculares. Son indoloras y en la periferia suele existir una vena insuficiente.(3)

La alta incidencia de población que padece úlceras vasculares, las prolongadas estancias hospitalarias y las largas bajas laborales, hacen que el tratamiento local de este tipo de lesiones sea un reto para el personal de salud. La elección del tratamiento se hará tomando en cuenta ciertos criterios de valoración que incluyen el estado general del paciente, patología base o el proceso causante de la lesión, así como también basándose en las características propias de la úlcera tamaño, profundidad, localización, presencia de tejido necrótico, infección, valoración de la zona periulcerosa, productos utilizados anteriormente, entre otros.(2)

Existen también úlceras causadas por desordenes metabólicos como la Diabetes Miellitus, especialmente en personas que presentan pie diabético. Donde se pierde el engrosamiento de la pared de los capilares afectando el transporte transcapilar de las células, aumentando la expresión de moléculas de adhesión que favorecen la extravasación y por ende el incremento de células inflamatorias en el sitio de la lesión. Se encuentra una disminución de las células encargadas de la cicatrización y hay presencia de necrosis del tejido alrededor de la úlcera. En estas lesiones el componente macro y microangiopático asociado a la glicosilación por el exceso de glucosa sanguínea lidera una serie de fenómenos inflamatorios e inmunológicos que conllevan a que la lesión sea incapaz de sanar.(4)

En los últimos años se ha registrado un aumento de la incidencia de las úlceras en general, siendo esto muy importante a nivel mundial debido a que el tratamiento para cada una de ellas es limitado.

Un tipo de úlcera encontrada con gran incidencia es de naturaleza infecciosa, donde destacan las infecciones parasitarias, virales y bacterianas (leishmaniosis, Hansen, herpéticas, sifilíticas), pero el prototipo de úlcera crónica, herida que no sana es la úlcera de Buruli, causada por la infección de Mycobacterium ulcerans, única micobacteria conocida hasta la actualidad con la capacidad de generar una toxina llamada Mycolactona. Se piensa que la micobacteria genera la úlcera en el músculo esquelético causando la inhibición de la respuesta inmunitaria en el sitio de lesión (inmunosupresión local).(1)

Algunos de los tratamientos empleados en la actualidad para tratar las úlceras de Buruli consiste en antimicrobianos como la rifampicina y estreptomicina, que se encargan de reinvertir el proceso de inmunosupresión local y conducir al proceso inflamatorio habitual en diferentes compartimientos de la piel.(5)

Las úlceras vasculares se pueden tratar con DHN-Na (difenilhidantoinato de sodio) favoreciendo la cicatrización de las lesiones, con aumento de la capacidad de granulación del tejido, desplazamiento epitelial para propiciar la continuidad del tejido y así disminuir el tiempo de solución de la úlcera. Se pueden realizar angiografías para la revisión de las venas o arterias que se encuentren obstruidas y así tratarlas de forma adecuada.(3)

Sin embargo la mayoría de las úlceras venosas se tratan con vendas de compresión, elevación del miembro inferior (ya que normalmente se suelen encontrar en los miembros inferiores), utilizando apósitos especiales para favorecer el microambiente que lleve a una mejor cicatrización y la absorción del líquido serosanguinolento de la úlcera.

Todos estos mecanismos y la base inmunológica de las úlceras crónicas se desarrollaran a continuación, debido a que todas de una forma directa o indirecta intervienen en la respuesta inmunitaria, inhibiéndola, como en la infección por Mycobacterium ulcerans, causando un aumento de leucocitos y disminución de la extravasación de estos al sitio de lesión en donde se encuentre la úlcera afectando de esta manera los procesos de inflamación de la misma, o incrementándola, como en el caso de las afecciones vasculares y en desórdenes metabólicos, donde aumenta la acumulación de células proinflamatorias en el sitio de la lesión.(1) Igualmente se evidencia en esta patogénesis multifactorial la presencia de fenomenos de formación de biopelículas (biofilms), que contribuyen a perpetuar la presencia infecciosa, con automodulación gracias a los fenómenos de “Quorum sensing”.(6)




Continua: Tipos de úlceras

Úlceras crónicas: modelo de integración entre patología vascular, inmunológica e infecciosa
Introducción
Tipos de úlceras
Desordenes metabólicos
Citocinas en úlceras venosas
Úlceras infecciosas
Otras úlceras
Modelo de integración entre la patología vascular, inmunológica e infecciosa
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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