Acumulado Enero - Diciembre 2023 (93 - 96) 93
ISSN 1317-987X
 
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Psiquiatría
Saber objetivo sobre la subjetividad, desde el psicoanálisis intersubjetivo y la filosofí­a del siglo XX

Introducción.

Objetivismo versus subjetivismo
A través de la historia de la filosofía se ha ido alternando pendularmente entre el objetivismo y el subjetivismo, aunque con nombres diferentes en el tiempo.

Simplificando mucho, el objetivismo, también llamado realismo, empirismo o filosofía de la trascendencia aristotélica, se propone conocer las "cosas en sí", es decir, se considera que lo primero es la cosa percibida y después surge la idea. Por tanto, la verdad tiene que ser una para todos, independientemente del lugar y tiempo, pues es el "objeto" el que determina lo percibido. Por el contrario, el subjetivismo o idealismo -heredero de la idea innata platónica- considera que las apariencias de las cosas dependen del sujeto que las observa y, por tanto, de sus ideas, prejuicios e idiosincrasia, de modo que no existiría una verdad universal (1).

Esta dualidad se complica con David Hume pues aun siendo empirista su filosofía se relativiza, llegando al escepticismo, al señalar que dado que la experiencia no se concluye nunca y el saber avanza continuamente, no serían posibles las verdades eternas (2). En el otro polo, Kant representa al idealismo alemán, pues aunque reconoce la existencia del objeto percibido, señala que la "cosa en sí" es incognoscible y es el hombre quien por medio de sus capacidades cognitivas innatas, sus reglas a priori, codifica lo percibido y da sentido a las cosas. Sin embargo, Kant no renunció a la objetividad o a la ciencia y pretendió hacer una metafísica como ciencia que estudiara las formas a priori o trascendentales de la mente (3).

Entonces, podemos decir que Freud fue kantiano pues se planteaba -aunque no sin reservas- la necesidad de dar estatuto de ciencia al psicoanálisis y establecer reglas y métodos para su metapsicología, que permitieran objetivar los funcionamientos de la mente y de sus formas a priori.

Pero ¿de qué ciencia hablamos?, pues a finales del siglo XIX Dilthey había distinguido entre "ciencias de la naturaleza" (como la física y las matemáticas) y "ciencias del espíritu" o culturales (como la historia y el derecho), cada una con sus objetos y métodos de estudio. De modo que se incurre en error al pretender trasladar los métodos de unas a otras y cuando se piensa que ciencia son sólo hechos, como pretenden los que olvidan que en palabras del padre de la fenomenología Edmund Husserl: "Meras ciencias de hechos hacen meros hombres de hechos ¿pueden el mundo y la existencia humana tener sentido alguno si las ciencias sólo admiten como verdadero lo que es objetivamente constatable?" (4).

Sin embargo, señala Ahumada, admitir la pluralidad de hipótesis y renunciar al realismo ingenuo tampoco significa que hay que adoptar un subjetivismo irrestricto y, parafraseando a Hume, dice: "Quienes, filósofos o psicoanalistas, se alzan en nuestra disciplina contra el "realismo ingenuo", cuidan cada mañana de poner el zapato izquierdo en el pie izquierdo" (5). Por tanto, no es cierto que haya que elegir entre objetivismo y subjetivismo, ya que hay situaciones donde corresponde ser objetivo y en otras subjetivo. Por ejemplo, la subjetividad comprende aspectos como la sensibilidad estética, la moral, el arte, los sentimientos e intuiciones, los mitos, las metáforas y las sutilezas del lenguaje. Aspectos en que la objetividad no puede captar lo esencial de la experiencia y lo que es más importante para la persona (6).

Es a esta subjetividad a la que se refiere André Green, fallecido el 22 de enero de 2012, cuando plantea que la aproximación científica del psicoanálisis pretende, por el análisis de la subjetividad, alcanzar un "saber objetivo sobre la subjetividad", o sea, un conocimiento "objetivable" de la subjetividad y, a través de ella, sobre la realidad psíquica (7).

Green parte de la base de que la ciencia actual no es capaz de abordar con propiedad y validez la cuestión del sujeto, el pensamiento no científico y el funcionamiento psíquico. Sin embargo, ve al psicoanálisis como ciencia en tanto progresa por tanteos, por ensayos y errores, y demuestra ser refutable, si no por procedimientos objetivos, al menos por el conflicto de las interpretaciones que hacen las diferentes escuelas (8). Ahumada, entre otros, piensa de modo similar (9).

Desde mi propia subjetividad, me referiré a varios psicoanalistas y filósofos del siglo XX que, entre otras cosas, padecieron los horrores de la primera y/o la segunda guerra mundial o guerras civiles y regímenes totalitarios de uno u otro extremo. Por lo cual no puede entenderse su ideario sino dentro del contexto histórico, filosófico y científico que les aportó su perspectiva, pues como decía Ortega y Gasset, "Yo soy yo y mi circunstancia".

Perspectivismo: de Nietzsche a Ortega y Gasset

El perspectivismo aparece como teoría alternativa al objetivismo y al subjetivismo y afirma que la realidad es multiforme y puede ser apreciada desde diferentes perspectivas.

El primero en usarlo fue Leibniz pero lo desarrolló Nietzsche de manera más radical y escéptica, llegando a decir que el conocimiento era una suma de metáforas y no había hechos, sino solo interpretaciones. En cambio, a diferencia de Nietzsche, del subjetivismo y de los hermeneutas del diálogo, para Ortega y Gasset la perspectiva no la impone el sujeto sino la cosa en sí (la realidad y no el observador) por lo cual si éste es sustituido por otro la perspectiva sería la misma.

Para describirlo, Ortega usó la metáfora de la sierra del Guadarrama, la cual, mirada desde Madrid no es igual a la vista desde Segovia, sin que haya una única visión verdadera. O sea, la verdad estaría constituida por la suma de las diferentes perspectivas complementarias (incluso las no vistas), siendo la única perspectiva falsa la que se pretende única. Sin embargo, ni Ortega ni Dilthey lograron coordinar la relatividad de todos los puntos de vista parciales con la unidad de la verdad total (10).

Pero como perspectiva no significa ausencia de verdades ni relativismo absoluto, Jürgen Habermas planteó, como modo de encontrar la perspectiva más adecuada y "pragmáticamente legítima", utilizar al consenso. Aunque aclaró que podría obtenerse falsamente, por ejemplo, por medio del poder(11).
Saber objetivo sobre la subjetividad, desde el psicoanálisis intersubjetivo y la filosofí­a del siglo XX
Introducción.
Intersubjetividad, hermenéutica y filósofos del diálogo
¿Se necesitan estudios longitudinales prospectivos con control experimental en psicoanálisis?
Conclusiones
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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