El advenimiento de la cirugía laparoscópica constituyó, para la década de los noventa, un gran cambio
en cuanto a la concepción mundial de la cirugía moderna, representado esto por
procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos y contrarrestando en parte lo
que hasta ese momento venía dado por “grandes incisiones, para grandes
cirujanos”(3). Así este
abordaje aporta ventajas en relación con menor dolor postoperatorio, rápida
recuperación, menor estancia hospitalaria y mejores resultados desde el punto
de vista estético(4,5). Sin
embargo también se asocian importantes limitaciones para el cirujano como la
pérdida de la sensación táctil, disminución de la concepción de profundidad,
aunado a la percepción de imágenes en dos dimensiones y el efecto fulcrum, que obliga a realizar
movimientos en sentido inverso a lo que normalmente se haría en cirugía a cielo
abierto, y alterando la correcta coordinación ojo-mano, originando en última
instancia pérdida de destreza(6).
Añadido a esto, los cirujanos en formación siempre han tenido que
adquirir experiencia operativa a través del "ensayo y error
supervisado" en ambientes reales(3), pero recientemente se ha estimulado
la búsqueda de programas y herramientas educacionales para el aprendizaje en
ambientes seguros y evitar el daño al paciente.
La aparición, con el nuevo milenio, de la tecnología robótica aplicada a
la cirugía supuso un espectacular empuje en diferentes campos, calando
rápidamente en la esfera urológica y posteriormente en procedimientos
ginecológicos y en cirugía general, donde su creciente popularidad está
marcando la pauta(7). Con la introducción de dichos sistemas
robóticos, se pretende superar dificultades técnicas(8). Sin embargo, el
costo más alto sigue siendo un obstáculo para su amplia distribución, por lo
que muchos problemas socioeconómicos quedan por resolverse en el futuro.
Además, aún son necesarias pruebas más concretas sobre los beneficios tanto
para el paciente como para el cirujano, en comparación con la laparoscopia
convencional(9).
En nuestro centro se inició el programa de cirugía robótica en 2009. Desde entonces se han reportado sus aplicaciones
en vías digestivas, específicamente en cirugías del hiato esofágico y cirugías
de la vía biliar principal, donde además hemos demostrado la utilidad de
modelos inanimados para simulación de pasos indispensables del procedimiento
quirúrgico(10,11).
Tal como se ve reflejado en el trabajo publicado por Anderberg y
colaboradores, las tareas realizadas por medio del sistema robótico parecen ser
ejecutadas con mayor facilidad, que aquellas efectuadas por vía laparoscópica
convencional, incluso por aquellas personas sin experiencia alguna en cirugía
laparoscópica(12).
En nuestro estudio se puede evidenciar que, a pesar de ser individuos sin
experiencia en laparoscopia avanzada, desde la misma primera práctica el tiempo
empleado para alcanzar la tarea en el anudado asistido por robot, es
considerablemente menor (16 ± 0 min Vs 10,8 min ± 3,3) que con la laparoscopia
convencional, con una diferencia estadísticamente significativa (p= 0,024). Durante las prácticas sucesivas el tiempo en
realizar la tarea mediante cirugía laparoscópica convencional no mejoró y
persistió una gran dispersión en la muestra, lo cual es claro reflejo de que
aún no se ha alcanzado el dominio de la técnica.
De hecho en la publicación de Stefanidis y colaboradores, basada en
técnicas de anudado intracorpóreo asistido por robot, los autores informaron que el rendimiento de
los participantes en esta tarea mejora considerablemente, acortando así la
curva de aprendizaje, en comparación con el rendimiento en cirugía
laparoscópica que no mejora sino hasta después de tres repeticiones de la tarea(1). Por tal motivo es de suponer que estos
sistemas mejoren significativamente
la curva de aprendizaje, permitiendo a los
alumnos adquirir habilidades
quirúrgicas en corto tiempo, mientras se reduce el
error quirúrgico, disminuyendo la morbilidad en los pacientes(3).
Por
otra parte pudiese ser un factor a considerar, de acuerdo al trabajo publicado
por Schaafsma y colaboradores, y considerando que durante la fase inicial del proceso de adquisición de nuevas habilidades, los cursos de formación
en presencia de un experto parecen ser útiles.
La
retroalimentación por parte de laparoscopistas expertos durante la realización,
por parte de cirujanos novatos, de tareas avanzadas, como el anudado intracorpóreo,
puede generar cambios en el rendimiento y realización de cada tarea,
optimizando el desempeño; aunque esto no formó parte de los objetivos del
presente estudio y pudiese ser considerado como una variable asociada(13).
Igual
relevancia, para el análisis de la eficacia en la consecución de un ejercicio
determinado, merece el uso de una escala que permita determinar en forma
objetiva y estructurada el desempeño de un individuo en una tarea determinada,
indistintamente de su nivel de experiencia, por lo cual el GOALS sirve como
herramienta para el fortalecimiento de las debilidades en programas de
entrenamiento(2). La evaluación con esta escala es mas precisa
que el tiempo en el cual se realiza la tarea, lo cual queda en evidencia cuando
observamos que si bien la tarea en cirugía laparoscópica el tiempo no mejoró y
presentó gran dispersión hasta la última práctica, el puntaje de GOALS si
mejorór significativamente, lo cual quiere decir que los individuos no
realizaron la tarea en menor tiempo, pero si con una mejor técnica.
De acuerdo a los datos obtenidos en nuestro trabajo, la facilidad con que
el sistema robótico permite desarrollar una tarea, esto valorado según el
puntaje conseguido en la evaluación global de habilidades laparoscópicas
(GOALS), parece ser indiscutible aún sin contar con la presencia de
retroalimentación por parte de expertos (Práctica 1= 7
± 0
Vs 21,2 ± 4,1puntos) (p=
0,000).
Ha sido demostrado por diferentes publicaciones, el hecho que la cirugía
robótica permite un mejor y mucho más rápido dominio de tareas avanzadas, como
el anudado intracorpóreo, con iguales o mejores resultados que la cirugía
laparoscópica, con el consecuente acortamiento de las curvas de aprendizaje y
de los costos inherentes a la consecución de las mismas; la cirugía robótica
pudiera considerarse una opción eficaz para entrenamiento quirúrgico, con gran
relevancia clínica tanto en cirujanos expertos como en novatos(12).
Por otro lado, y fundamentándonos en la data disponible, tal como se
muestra en la experiencia de Corcione y colaboradores, la cirugía robótica es
factible y puede realizarse de forma segura, siendo necesarios alrededor de
diez procedimientos robóticos, de acuerdo a las investigaciones de dicho grupo,
necesarios para lograr el dominio del sistema(14); aunque en
contraste con nuestra investigación, incluso pudiesen ser menos las prácticas
necesarias para un adecuado manejo de la cónsola y de sus componentes.
Sin embargo, y a pesar de lo que parece una sólida evidencia, estudios
para comparar las curvas de aprendizaje entre cirugía robótica y laparoscopia
convencional, resultan escasos; los parámetros de estudio presentan gran
diversidad, no estando en algunos de los casos bien definidos; sesgándose un poco la experiencia, debido a
la experiencia previa laparoscópica de los cirujanos participantes en la
mayoría de las series clínicas, y limitando la evaluación objetiva de la curva
de aprendizaje(8).
El
presente es el primer estudio latinoamericano que involucra residentes del
postgrado de cirugía general en análisis de aprendizaje para una tarea en
cirugía minimamente invasiva asistida por robot, demostrando las ventajas para
la enseñanza y realización de ejercicios complejos en laparoscopia.
En conclusión las prácticas de
tareas laparoscópicas complejas en sistemas robóticos mejoran y acortan la
curva de aprendizaje en sujetos sin experiencia previa en laparoscopia
avanzada.